Los pasados días 14 y 15 de marzo se celebró en Madrid la Primera Convención Atea, organizada por AMAL (Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores) y con el apoyo de Europa Laica. ¿Una convención de ateos? Se podría pensar que no tiene sentido tal reunión. ¿De qué se habla cuando no se cree en la existencia de un ser supremo? De todo, absolutamente de todo. Pero, entonces, en una convención de dos días daría poquísimo tiempo para hablar “de todo”. Quizá. Lo cierto es que dio tiempo para hablar de muchas cosas; fue una convención con “sorpresas”.
La primera sorpresa (la única desagradable) me la llevé al inscribirme en la lista de periodistas acreditados. ¡Era el único! Me pareció increíble que ningún medio de comunicación acudiera para después poder informar del evento. Ni siquiera los medios “de izquierdas”, “alternativos” ¿Tan fuerte es la influencia de la Iglesia católica? Sorprendentemente, sí. Más grave me resultó en un momento en que aún estaban recientes los asesinatos de París, cometidos por militantes religiosos contra un periódico empeñado durante mucho tiempo en practicar la libertad de expresión.
De manera que sin otra prensa que el periódico que tienes en tus manos (Tierra y libertad núm.321, de abril de 2015), pero con la sala llena a rebosar, comenzó el sábado 14, a las 10,30 horas, la Primera Convención Atea. Inauguró el acto Luis Vega haciendo una panorámica de la actividad de AMAL para, a continuación, dar paso al tema I, “Los ateos en el mundo actual”, que expone junto a Rubén Gómez: la idea-fuerza es que en una sociedad de bienestar se progresa más y hay menos lugar para las creencias. Se ofrecen estadísticas sobre población y creencias que demuestran que a mayor progreso intelectual y más poder adquisitivo de los ciudadanos, baja el porcentaje de los creyentes. A continuación, su compañero de mesa contextualiza el avance religioso en España debido, entre otras cosas, a no haberse producido en su momento una revolución liberal. Incide en la utilización por parte de la Iglesia del complejo de culpa, así como de la caridad, que es usada para diferenciar a las personas; finaliza su intervención hablando de la interrelación entre economía y política.
Sobre las 12,30 comienza a tratarse el tema II, “Los ateos frente a la muerte y la enfermedad”. Comienza Javier González Medem (en sustitución de Luis Martín, que está enfermo) hablando sobre la eutanasia y el derecho de todos los humanos a una muerte digna. Argumento que es continuado por Fernando Sola, que esboza una historia de las luchas por conseguir ese derecho.
Tras una pausa para comer (fraternalmente), se reinicia la sesión sobre las 16,00 horas con la proyección de un documental sobre el dinero de la Iglesia católica en España. A continuación comienza a tratarse el tema III, “Crímenes de la Iglesia”. Fernando Cuartero traza la historia del cristianismo como una historia del crimen organizado, con un interés enfermizo en acallar los avances de la ciencia, uno de cuyos momentos más tristes es la condena a Galileo y otros científicos, con la ejecución de algunos de ellos, como Giordano Bruno. En esa línea, Julio Reyero pone en evidencia la impunidad de los delitos de la Iglesia actual. En el turno de preguntas se produce un interesante debate.
Sobre las 17,00 horas la tribuna se convierte en escenario par hacer entrega del II Premio Torquemada, que este año recae en el ministro del Interior, por sus prácticas inquisitoriales. Siguiendo en clave de humor, actúa el trío Los Nuevos Reinsertables, con un divertido espectáculo musical irreverente. Con una cena acaba la jornada.
El siguiente día, domingo 15, comienza la Convención a las 10,20 horas con el tema IV, “Ciencia y su evolución”, de la mano de Francisco Torrubiano, Antonio Mollinedo y Andrés Acosta, que hablan respectivamente de la historia de la ciencia, de la divulgación científica y de la cosmología moderna. Sus interesantísimas explicaciones provocan un aluvión de preguntas y reflexiones entre el público asistente, que desgraciadamente hay que interrumpir para dar paso al tema V, “Estado laico en España”, introducido por Albert Riba, José Orihuela y Miguel Hernández. Tocan temas candentes como la situación actual de la Iglesia a la luz del Concordato de 1953 y acuerdos posteriores, y lo que supone en la legislación, con críticas al sistema político vigente y a los partidos políticos que lo hicieron posible y lo siguen manteniendo. Tras el debate con el público, que hubo que cortar cuando eran las 15,00 horas, se clausuró la Convención con la esperanza de convocar otra el próximo año. Aprovechamos para felicitar a los organizadores por el buen desarrollo de los actos y por el interés que despertaron entre los asistentes.