La Organización Nacional del Yunque es una sociedad secreta surgida en México con la supuesta intención de proteger los valores cristianos. Es conocida su infiltración en el Partido de Acción Nacional (PAN). En España no alcanzó influencia política hasta que el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero se empeñó en legislar contra la vida ,el matrimonio y la religión.
En España, gran parte del descontento de los católicos fue canalizado por asociación Hazte Oír, y otras fundadas por miembros de esta sociedad. El punto de inflexión más importante se produjo cuando salió a la luz un informe, encargado por el obispo auxiliar de Getafe, monseñor Rico Pavés, a un laico, Fernando López Luengos, vicepresidente de la asociación Educación y Persona, sobre las actividades del Yunque en España.
Miembros de HazteOir que figuraban en este informe llevaron a juicio a su autor, por “vulneración del derecho al honor”. En mayo de 2014, el tribunal encargado del caso afirmó que el contenido del informe era “esencialmente veraz”. A raíz de esto, algunos miembros de la jerarquía católica se han mostrado reticentes a que esa sociedad secreta siga influyendo en la Iglesia.
Origen, objetivos e ideología
El Yunque fue fundado en 1955, en la ciudad mexicana de León (Estado de Guanajuato), por el estudiante de arquitectura Ramón Plata Moreno, que entonces contaba solo 20 años. Su fin teórico era instaurar “el Reino de Cristo”, siguiendo la tradición cristera, y el fin práctico era luchar contra el comunismo que, en su opinión, se estaba infiltrando en la universidad. El medio fue crear una sociedad secreta muy difícil de detectar, cuyos miembros, fuertemente disciplinados, no debía tener contacto entre sí ni saber quiénes eran sus jefes.
El Yunque creó asociaciones “pantalla” para atraer a personas motivadas hacia el activismo y de probada virtud, que tras ser adiestradas, eran sometidas a juramento y organizadas en células muy pequeñas sin relación entre sí. Los jefes dirigen la sociedad con ayuda de centros de documentación donde guardan los informes que con regularidad redactan los miembros sobre las personas que conocen.
Los tres principios que se inculcan a los miembros del Yunque se llaman primordialidad (la organización debe anteponerse a todo, incluso la familia o la Iglesia), obediencia (que ha de ser incondicional) y reserva (secreto). En realidad, esos tres principios estarían mejor definidos, respectivamente, por las palabras perjurio -o juramento sacrílego-, totalitarismo y mentira.
Los miembros del Yunque juran “defender aún a costa de mi vida este instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la tierra” y se vigilan unos a otros: “En este acto te has integrado a quienes Dios ha elegido para instaurar el reino. Desde este momento encontrarás en cada uno de nosotros un compañero y un amigo; pero si tus intenciones fueran traicionarnos o llegaran a desviarse de algún modo, en cada uno de nosotros encontrarás un juez justiciero”.
Si desde un punto de vista civil y religioso, es imposible dar por válido semejante juramento, aún más grave es que la mayoría de los que lo hacen carezcan de la madurez necesaria para comprometerse de por vida: son jóvenes inexpertos, empujados a un activismo social irreflexivo, ansiosos de fama y éxito aparente, reclutados entre quienes buscan defender los valores cristianos, la vida del no nacido, la familia, etc.
La forma totalitaria de entender que “el que obedece no se equivoca” -como reza la “liturgia” de su ceremonia de ingreso- está sugerida en el lema de su principal organización-pantalla española (Hazte Oír): “Nunca dudes de que un grupo pequeño de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo”. Si supieran que su autora fue Margaret Mead, antropóloga estadounidense lesbiana, quizá buscarían otro lema.
Con el secreto absoluto, contradice también el Yunque la enseñanza cristiana de que la verdad ha de ser difundida, pervirtiendo la doctrina sobre la “restricción de conciencia”, según la cual nadie está obligado a decir la verdad a quien no tiene derecho a conocerla. Para defenderlo de quienes lo consideran “malo”, los yunquistas se consideran con derecho a decir que El Yunque no existe, que no lo conocen o no son miembros, porque lo que ellos “saben” es distinto y superior a lo que el resto cree conocer. Se consideran autorizados para engañar y mentir a todos, puesto que nadie tiene derecho a saber lo que ellos no quieran que se sepa.
El juicio que desveló la existencia del Yunque
En México el Yunque llegó a tener cierta influencia en el Partido de Acción Nacional (PAN) y en el gobierno de Vicente Fox (2000-2006). En España, parecía destinado a ser un grupúsculo derechista marginal en medio de una sociedad que viraba en sentido contrario. Y así fue hasta la llegada al poder del socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), cuyo afán de ruptura con todo lo que sonara a cristiano -imponiendo el “matrimonio homosexual”, el laicismo en la enseñanza, el aborto sin restricción, etc.- crispó a la sociedad española.
El Yunque en España organizó asociaciones universitarias poco conocidas, como Corporación Universitaria, Testimonio 2000 o Instituto Phoenix, y se infiltró en partidos conservadores. El Instituto Phoenix, creado en 2001, se transformó en Hazte Oír y el Yunque puso al frente a Ignacio Arsuaga Rato, sobrino de Rodrigo Rato (vicepresidente de los gobiernos de José María Aznar entre 1996 y 2004).
De la tímida defensa de los valores tradicionales, pasó con Zapatero a la crítica continua, abierta y agresiva, por la técnica de enviar e-mails masivos y organizar manifestaciones, contra el gobierno. Con el prestigio adquirido y el dinero de México, el Yunque pretendió liderar la lucha por la vida y la familia (integrando sus asociaciones-pantalla en el Foro de la Familia) y la objeción al laicismo impuesto en la asignatura de Educación para la Ciudadanía (con Profesionales por la Ética).
Hacia 2009, diversos grupos y personas argumentaron que la unidad de acción no justificaba admitir a los miembros del Yunque, que aprovechaban para captar a los jóvenes. La manifestación provida del 17 de octubre fue un punto de inflexión, ya que Derecho a Vivir desobedeció las consignas del Foro de la Familia.
Tres años antes, en 2006, cuatro de los miembros de la Junta Directiva de Hazte Oír la abandonaron tras saber que se les ocultaba la existencia del Yunque, y el último que no era yunquista lo hizo en 2009. También por entonces en las diócesis de Valladolid, Toledo y Barcelona, se había descubierto la amplitud de la infiltración del Yunque en la pastoral juvenil y universitaria. En Madrid, el Centro de Estudios Universitarios (CEU) echó a varios yunquistas infiltrados.
La comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española encargó en 2010 al laico Fernando López Luengos un informe -que este tituló El Transparente de la Catedral de Toledo- que desveló la infiltración del Yunque en las asociaciones laicales. La jerarquía pareció contentarse con exigir al Yunque -por boca del cardenal Antonio María Rouco- que abandonara el secretismo, lo que simuló hacer, al fundar tres de sus miembros la asociación Organización del Bien Común. El cardenal Cañizares -que había sido arzobispo de Toledo y entonces trabajaba en Roma- declaró al diario El País: “No hay problema con ellos, por sus hechos se les conocerá”.
Los hechos mostraron que El Yunque había engañado a la Jerarquía y que siguió actuando en secreto. Lograron introducir a uno de sus miembros como consejero y asesor jurídico de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), controlando el personal que contrata esta institución pontificia.
La justicia civil, al dirimir la querella interpuesta por Hazte Oír contra López Luengos, dio ocasión a que el obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés, testificara que los obispos conocían al Yunque y lo consideraban perjudicial. En la sentencia emitida el 19 de mayo de 2014, la jueza María Belén López Castrillo acreditaba «la relación entre alguno de los miembros de Hazte Oír con el Yunque» y afirmaba que López Luengos había hecho un servicio no solo a la Iglesia, sino a toda la sociedad, pues la Constitución Española prohíbe las sociedades secretas.
La postura de la Jerarquía en México y en España
La primera condena del Yunque tuvo lugar en 1963, cuando el arzobispo de México, Miguel Darío Miranda Gómez, en carta pastoral fechada el 16 de noviembre, criticó a “algunas organizaciones estudiantiles, que, en la elección de los medios, se apartan de las directrices de la Iglesia y de la ley moral; no vacilan en el secreto, exigir juramentos o promesas y recurrir a la religión como uno de sus medios más eficaces para atraer adeptos”.
Esa advertencia fue ignorada por los yunquistas, de modo que Miranda, en circular a las instituciones educativas fechada el 28 de septiembre de 1964, mencionó expresamente a la que entonces era organización-pantalla más activa del Yunque: “desaprobamos el que se promueva entre los alumnos de los colegios católicos la afiliación a la organización actualmente denominada MURO; se debe disuadir tanto a los maestros cuanto a los alumnos el afiliarse o continuar afiliados al MURO; y no se debe permitir la formación de células de MURO en los planteles”.
Medio siglo después, en España, la Jerarquía católica desautoriza al Yunque y a sus plataformas en privado, o discretamente, como ha hecho el obispo de Getafe, al prohibir a sus sacerdotes colaborar y a las asociaciones diocesanas asistir a cualquier actividad de Hazte Oír. Al tiempo, invitan al Yunque a dejar de ser secreto y le ofrecen constituir una asociación canónica dedicada a la política, semejante a la Asociación Católica de Propagandistas. Esta oferta la hizo el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, a un miembro del Yunque en presencia del autor de estas líneas, en diciembre de 2013, y la repitió el 1 de octubre de 2014 en Infocatólica.
La respuesta del Yunque ha sido automática, sin necesidad de consultas ni reflexión: ellos son políticos y no tienen interés en someterse al control de la Iglesia. El presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, afirmaba el 2 de octubre de 2014 en carta a sus seguidores, que su organización «no tiene ninguna dependencia, gracias a Dios, con la Iglesia».
Un mes después el mismo Ignacio Arsuaga buscaba en la plaza de San Pedro un encuentro fortuito con el Papa Francisco cuya foto aprovecharía para simular haber sido recibido en audiencia por Su Santidad, y que el Papa se adhería a la causa de Hazte Oír. El Yunque sigue así aprovechando todo contacto para simular que la Iglesia apoya sus iniciativas y continuar captando incautos. Han colocado a un colaborador suyo al frente del nuevo partido derechista VOX y visitan a todos los obispos de España para pedirles su apoyo en las elecciones de este año.
Ejemplo de su pulso contra la Jerarquía es que el 21 de enero, Más Libres -otra plataforma dependiente de Hazte Oír- anunciara para abril de 2015 un congreso internacional sobre cristianos perseguidos en cuya organización se ha negado a colaborar la Conferencia Episcopal, pero para el que explotarán los contactos de AIN. Lejos de retraerse, utilizan la plataforma CitizenGo.org para multiplicar contactos en países donde la Iglesia aún no está prevenida frente al Yunque: Ecuador, Panamá, Argentina (donde ya tenían la asociación Argentinos Alerta) otros de América, Francia, Polonia, y hasta Rusia.
Mientras tanto, y profundizando en la luz arrojada por la sentencia del caso López Luengos, la forense Victoria Uroz desvelaba en tres entrevistas publicadas en enero por Forum Libertas los principales nombres y actividades de las personas y grupos vinculados a esta sociedad secreta.
REFERENCIAS
– Un tribunal considera «esencialmente veraz» la relación de algunos miembros de HazteOir con el Yunque. Juan Francisco Jiménez en Forum Libertas, 28 de mayo de 2014.
– Entrevista de Victoria Uroz con Juan Francisco Jiménez en Forum Libertas (Parte 1, Parte 2 y Parte 3).
– Documentación sobre la organización en Wiki Yunque.