La Asociación Clara Campoamor solicita al alcalde de Vitoria que no tome medidas contra el chofer de una autobús municipal que no dejó subir a una mujer con la cara cubierta
La presidenta de la Asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella Ruiz, ha pedido al alcalde de Vitoria, Javier Maroto, y a la empresa Tuvisa que «no se tomen medidas» contra el trabajador que no dejó subir a un autobús a una mujer que llevaba el rostro cubierto, y ha reclamado que, por contra, se adopten iniciativas contra el uso del velo integral o el burka, al considerar que es «un signo claro e inequívoco de violencia contra la mujer que en ningún ámbito ni situación debería permitirse llevarlo».
Ruiz ha remitido una carta al regidor de la capital alavesa y al director de la empresa pública de transportes urbano después de la polémica creada tras la negativa de uno de los conductores de Tuvisa a permitir el acceso a un autobús urbano de una mujer con el rostro totalmente cubierto.
En este sentido, ha destacado que se debe evitar que las mujeres lleven velo integral, burka «o cualquier vestimenta cuyo objetivo sea darle un tratamiento diferente al hombre por el mero hecho de ser mujer».
En la misiva, recogida por Europa Press, la presidenta de la Asociación Clara Campoamor ha mostrado su «disconformidad y decepción» con el tratamiento del «incidente» ocurrido el Vitoria, y ha destacado que, «nuevamente y de forma estratégica, se obvia la realidad de la mujer cubierta, bajo criterios demagógicos y aprovechando la crispación social existente en el tratamiento a las personas en función del lugar de nacimiento y/o religión».
Para Blanca Estrella Ruiz, de nuevo «se relega a un segundo plano el debate sobre los derechos de la mujer, que tanto esfuerzo ha costado a muchas mujeres luchadoras a los largo de estos años».
En su opinión, «la indumentaria (velo, velo integral o burka) es un signo claro e inequívoco de violencia contra la mujer que en ningún ámbito ni situación debería estar permitido llevarlo, independientemente de la justificación social o filosófica que se le pretenda dar».
La presidenta de Clara Campoamor ha recordado que estos hechos «nos retrotraen a épocas ya superadas, cuando el ideal de mujer era el del sacrificio, la obediencia y subordinación». «Se utilizaba estratégicamente el control, entre otros mecanismos el de la indumentaria, con el que se pretendía proporcionar un modelo en que debían ir convenientemente vestidas, es decir con mangas largas o al codo, sin escotes, y con faldas holgadas que no señalaran atenciones indebidas», ha subrayado.
Por todo ello, la asociación feminista ha solicitado al alcalde y al director de Tuvisa «que no se tomen medidas» contra el trabajador que impidió subir a un autobús con el rostro tapado, sino contra la utilización de indumentaria discriminatoria y que claramente supone un acto de violencia contra la mujer».