Intentará ajustarse a los deseos de los clérigos de que se aplique la religión de forma aún más rigurosa que ahora.
El nuevo rey saudí, Salman bin Abdelaziz al Saud, se apresuró a decir ayer en su primer discurso como monarca que continuará con las mismas políticas que su antecesor. «Seguiremos aferrados al enfoque tradicional sobre el que fue creada esta nación por su fundador, el rey Abdelaziz al Saud», afirmó.
«No nos alejaremos nunca de esa línea, pues nuestra Constitución es el libro de Alá y los actos del profeta Mahoma», dijo Salman, que subrayó la necesidad de unidad entre árabes y musulmanes.
Salman, que nació en Riad, la capital saudí, el 31 de diciembre de 1935, es hermanastro de su sucesor, el rey Abdalá. Mientras fue príncipe heredero -desde junio del 2012- ocupó los cargos de viceprimer ministro y ministro de Defensa.
Antes fue gobernador de la provincia de Riad durante 48 años (1955-1960 y 1963-2011) y supervisó su transformación de una localidad desértica pequeña a una ciudad masificada con rascacielos y universidades. Este cargo le otorgó presencia internacional, ya que recibió numerosas visitas de alto nivel y gestionó inversiones extranjeras.
Muy influyente
Salman procede de una facción de la familia real saudí muy influyente, formada por hijos y nietos del rey Abdelaziz y una de sus esposas favoritas, la princesa Hasa al Sudairi. De él se dice que es uno de los principales mediadores en las rencillas de las diversas facciones familiares.
Como ministro de Defensa, Salman -que tiene una importante participación en un grupo mediático árabe-, se encargó de la entrada de su país en la coalición internacional contra el Estado Islámico liderada por EEUU.
Diversos expertos han apuntado que no está tan interesado en las reformas políticas y sociales como su predecesor y que su prioridad será mantener la estabilidad de Arabia Saudí. Otros opinan que Salman -padre de unos 50 hijos de varias mujeres- está «más orientado» hacia los líderes religiosos del país e intentará ajustarse a los deseos de los clérigos de que se aplique la religión de forma aún más rigurosa que ahora.
Salman, que ha dirigido desde 1956 comités de ayuda a damnificados de terremotos e inundaciones, es un asiduo de Marbella, donde posee un palacio. Ha viajado a España en visitas oficiales y es amigo del rey Juan Carlos.