Manifestantes queman una imagen de la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, durante una protesta contra la persecución de los rohinyas, en Karachi (Pakistán), el 17 de septiembre.
Cerca de 20.000 musulmanes se han manifestado este lunes en la capital de Bangladés, Dacca, en protesta por la violencia perpetrada contra la minoría musulmana rohinya en Birmania, origen de una grave crisis humanitaria en la región y de su éxodo masivo hacia el Estado vecino.
Una multitud de manifestantes vestidos con túnicas blancas y cantando «Dios es grande» se han reunido esta mañana junto a la gran mezquita de Dacca y han marchado hacia la embajada birmana para «asediarla».
Sin embargo, la policía, que ha desplegado un gran número de agentes en las calles del centro, ha bloqueado la marcha y solo ha autorizado que una delegación de 10 personas fuera a la embajada para entregar una petición.
«Cerca de 20.000 personas se han unido a la manifestación», ha declarado a AFP Anwar Hossain, alto responsable de la policía de Dacca, en un ambiente de «tensión». Los manifestantes, según la misma fuente, se han dispersado hacia el mediodía.
Denunciar las masacres
El grupo islamista Hefazat-e-Islam, convocante del acto, ha señalado que pretendía rodear la legación dipolomática birmana con cientos de miles de sus partidarios. «Es nuestro deber religioso denunciar las masacres en Birmania», ha declarado Abu Rajhan, exestudiante de una escuela coránica llegado de un suburbio de Dacca para unirse a la marcha.
Más de 410.000 miembros de la etnia rohinya han huido a Bangladés desde el 25 de agosto para escapar de la campaña de represión emprendida por el Ejército birmano ante los ataques de rebeldes rohinyas. La ONU ha calificado de «limpieza étnica» los abusos y atrocidades del Ejército y de milicias budistas contra la población civil rohinya.
La causa rohinya ha provocado una ola de solidaridad en el mundo musulmán, con numerosas manifestaciones de apoyo en Pakistán, Malasia e Indonesia.