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ZP no modificará los acuerdos y relaciones con la Iglesia Católica

«Los ciudadanos han votado un proyecto electoral y lo que el Gobierno llevará al Parlamento es estrictamente el contenido de lo que ha tenido el respaldo en las urnas, por lo tanto, el Gobierno no tiene en esa dirección ninguna actitud ni ningún problema con la jerarquía eclesiástica. Son los ciudadanos los que han dicho que querían ampliar el espacio de libertades civiles y los que quieren reformar temas educativos», aseguró Zapatero.

«Profundo respeto»

El presidente mostró su consideración hacia a la Iglesia, pero deslizó la advertencia para terminar: «Reitero mi profundo respeto a la posición que mantiene la Iglesia, aunque sean muy críticos con el Gobierno. Por mi parte no va a haber reciprocidad, habrá respeto a lo que es un país democrático y libre en el que las leyes las dictan los parlamentarios, representando a los ciudadanos».

En la línea de la posición del Gobierno en la última semana, Zapatero quitó trascendencia a las iniciativas de estudio previo para una posible revisión de las relaciones económicas entre el Estado y la Iglesia.

«No hay ninguna previsión de cambios de lo que representan los acuerdos básicos con la Iglesia católica», aseguró Zapatero.

Según el Ejecutivo, su intención es evitar abrir un nuevo frente con la Iglesia dando la impresión de que existe un enfrentamiento más allá de la dura crítica de la Conferencia Episcopal contra iniciativas legales del Gobierno socialista. El viernes, el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el anteproyecto de ley de reforma del Código Civil para permitir el matrimonio entre homosexuales, tal y como preveía el programa electoral del PSOE.

En esta línea, la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que «este Gobierno está con la Constitución, y ésta lo que establece es que el Estado es aconfesional y laico», a pesar de lo cual «existe máximo respeto y diálogo con la Iglesia».

«Puede ocurrir que algunas decisiones que ha adoptado el Gobierno para tratar de solucionar problemas para los ciudadanos puedan no haber gustado o discrepar de esas decisiones, pero eso no es una confrontación con nadie», declaró la vicepresidenta a Onda Cero.

«Nosotros respondemos ante los ciudadanos, la Iglesia responde ante sus fieles y existe un máximo respeto y diálogo con la Iglesia», agregó.

«Tenemos una especial relación, económica y de todos los tipos, y no se ha alterado. Como dice la Constitución, estas relaciones con la Iglesia católica son preferentes. El Gobierno no tiene la intención de equipararla a ninguna otra religión de distinta naturaleza».

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