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La impune valla islamófoba y antifeminista de Vox ante su sede que denuncié hace dos meses ha dado el pistoletazo de salida a la oleada vandalizadora de murales feministas que ahora cruza España. Así que hay que exigir con más brío aún que política y justicia nos protejan ya a mujeres y musulmanes del ataque fascista
Hace un par de meses, el 11 de abril, publiqué el artículo Permitir el racismo y dar leña al antirracista que partía de mi asombro ante la impunidad con que Vox tenía ante su sede en Madrid una valla islamófoba y antifeminista sin que la justicia actuara para protegernos de su odio tanto a la comunidad musulmana como al conjunto de mujeres. El cartel es una foto de seis mujeres con burka con el irónico eslogan: ‘FELIZ 8-M DE 2030’.
Esa valla impune, como temía, ha sido el pistoletazo de salida de una campaña de ataque a la comunidad musulmana y al conjunto de mujeres. Campaña consistente en vandalizar murales contra la violencia de género y en defensa de la igualdad entre mujeres y hombres. ¿Cómo se vandalizan? Pues cubriendo las caras de las mujeres con rabioso espray negro que forma especies de burkas de tinta.