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Vara de mando y cirio en mano

Munícipes que desfilan satisfechos, cirio en mano, junto al patrón del pueblo. Ediles que no participan en las manifestaciones religiosas. Ayuntamientos que acuerdan no secundar las representaciones eclesiásticas. Vivimos en un Estado aconfesional, pero, ¿deben los representantes públicos mantenerse al margen de los actos litúrgicos?

La mayoría de alcaldes desfilan en las procesiones por sus creencias, porque electoralmente conviene o por simple tradición y representación de la ciudad en los actos religiosos. Sin embargo, las relaciones iglesia-consistorio a veces no son fáciles y en varios municipios los ediles no participan de las representaciones litúrgicas, aunque siguen siendo una minoría en la C. Valenciana.

LA SAFOR
Bellreguard, pueblo pionero
En la comarca de la Safor los alcaldes, independientemente del partido al que pertenezcan, participan de los actos religiosos situados en lugares de privilegio, generalmente en primera fila si son dentro de los templos o presidiendo junto a los sacerdotes u otras autoridades eclesiásticas si son procesiones o actos de calle.

Únicamente en el municipio de Bellreguard no tiene lugar esa relación entre autoridades civiles y eclesiásticas. La primera corporación de la democracia aprobó que el alcalde y los ediles no representaran al consistorio en las manifestaciones religiosas. Lógicamente, pueden acudir a las mismas, y de hecho lo hacen, pero mezclados entre el resto de fieles o participantes. Hasta ahora Bellreguard sólo había conocido alcaldes del PSPV-PSOE o del Bloc, y siempre se ha cumplido el acuerdo. En las pasadas elecciones el PP logró la alcaldía, y el nuevo munícipe señaló que mantendría ese principio.

Sin llegar a ser tan estricto,el nuevo Gobierno local de Ador, formado por el grupo independiente Gent d´Ador, de carácter progresista, comunicó al sacerdote que el alcalde y los concejales dejarían de presidir actos religiosos, pero con algunas excepciones. Sí se acudirá el día de la patrona, la Mare de Déu de Loreto, o cuando exista una invitación expresa de la parroquia o la entidad que organice el acto religioso para que el alcalde y los concejales se sitúen en un lugar preferente.

En el lado totalmente opuesto se encuentra Gandia, donde los alcaldes casi siempre han presidido las ceremonias religiosas a las que han acudido, y especialmente las procesiones. Después de la victoria del PP en las pasadas elecciones, que han situado a un alcalde de este partido al frente del municipio por primera vez en la historia, Arturo Torró no sólo mantiene esa situación, sino que incluso llegó a celebrar una misa en la Seu Colegiata para dar gracias a Dios por la victoria electoral, un hecho hasta ahora insólito en la comarca. Al tomar posesión, también solicitó la presencia de una Biblia en la mesa donde se situaba la Constitución Española.

L'HORTA
Acuerdos de pleno incumplidos
Con los primeros pasos de la democracia, y con la intención de alejarse de los modos franquistas, varios municipios de la comarca de l´Horta decidieron hacer oficial la separación entre Iglesia y Gobierno impidiendo la participación de alcalde y corporación municipal en los actos religiosos.

Curiosamente, el primer ayuntamiento de l´Horta en derogar de forma oficial aquella prohibición estaba gobernado por un socialista histórico como era el alcalde de Paterna José Borruey. En 1999, y con el apoyo de PP y UV, el PSPV retiró una norma de 1979 que impedía a los políticos locales participar en procesiones y misas. Y en 2005, el mismo Borruey propuso nombrar alcalde perpetuo al Cristo de la Fe, patrón de Paterna, aunque sus propios compañeros de grupo se lo impidieron.

Más reciente es el caso de otro político socialista, la alcaldesa de Alaquàs Elvira García, quien en plena campaña electoral del 22-M decidió «olvidarse» con el apoyo del PP local, de una norma municipal de 1979 impidiendo también la asistencia de la corporación a las procesiones. La edil socialista justificó su decisión en que la Orden de Mínimos de Sant Francesc se lo había pedido «con insistencia», así que no tuvo ningún reparo en desfilar ordenadamente junto a ediles populares y socialistas tras la imagen del santo.

Y el último ha sido el nuevo alcalde popular de Bonrepòs i Mirambell Fernando Traver, y además por partida doble. Traver y el resto de ediles del PP participaron en la procesión del Corpus Christi y en la de San Juan, celebradas el pasado junio. Cuando los socialistas le recordaron al día siguiente la norma municipal de no asistir a procesiones, Traver aseguró que no la conocía y que, en todo caso, cuando se aprobó (1981) él apenas tenía un año, por lo que no se sentía obligado a cumplirla.

LA MARINA ALTA
Sin debate sobre el laicismo
Los alcaldes y ediles de la Marina Alta no fallan a las procesiones de sus fiestas patronales. Tampoco hay debate. Participan en procesiones como las de la Santíssima Sang, en Dénia, el Nazareno, en Xàbia, las de la Mare de Déu de les Neus y el Crist de la Suor, en Calp, o el Ecce-Homo, en Pego. Ceden el protagonismo a la religión y se sitúan en segundo plano, pero hasta ahora ningún mandatario ha roto la tradición de asistir a los actos.

El único ayuntamiento donde ha surgido el debate del laicismo ha sido Pedreguer. Pero no por las fiestas patronales. En el anterior mandato, los entonces grupos de la oposición, PSPV y Bloc, criticaron al alcalde, Andrés Ferrer, del PP, que llevara a un sacerdote a bendecir l'Espai de Meditació que se había creado en el cementerio municipal. Le recriminaron que ese lugar de meditación era laico y debía estar libre de manifestaciones de un determinado credo. Sin embargo, no ha habido más fricciones en una comarca en la que unos alcaldes son más beatos que otros, pero ninguno se atreve a hacerle un feo a las procesiones y misas patronales. Además, pese a que la sociedad cada vez es culturalmente más abigarrada y se profesan distintas religiones, consecuencia de que hay residentes de distintas nacionalidades, los ayuntamientos no son aconfesionales, sino que siguen favoreciendo con subvenciones y convenios a la iglesia.

EL CAMP DE MORVEDRE
Polémica en Canet
La participación de los gobernantes locales en las procesiones se ha convertido ya en algo habitual en muchas poblaciones de El Camp de Morvedre, si bien hace apenas una semana la polémica estalló en Canet d´ En Berenguer, cuando EU censuró que el nuevo alcalde, Leandro Benito (PP), hubiera participado en el desfile de Sant Pere con la vara de mando, acompañado de otros ediles.

Aunque la formación de izquierdas anunció entonces una moción para impedir la representación institucional en cualquier acto religioso, éste es un fenómeno extendido donde gobierna el PP.

Incluso en Sagunt (más de 60.000 habitantes), su alcalde Alfredo Castelló (Partido Popular) cierra habitualmente todos los desfiles, acompañado siempre de varios concejales. Esta imagen chocó inicialmente en la ciudad, después de cuatro años en los que la alcaldesa socialista, Gloria Calero, acudía por norma a todos los festejos religiosos a los que la invitaban, pero sin participar activamente en ellos, como sí empezaron a hacer Castelló y su equipo de gobierno, con comunión incluida.

Comunión política, religiosa y urbanística entre el ayuntamiento y la Iglesia católica
Los veinte años de gobierno del PP han servido para sellar unas privilegiadas relaciones entre ayuntamiento e Iglesia. Lo son en el plano personal, en el político y también en cuestiones puramente materiales y urbanísticas. Nada más llegar al ayuntamiento, la tendencia del PP quedó clara. El gobierno introdujo una variante en el itinerario de la Procesión Cívica del Nou d´Octubre para que pasara por la Catedral. Poco después, en 1994, con Juan Cotino como hombre fuerte del  Gobierno local, tuvo lugar la primera y única visita de la patrona a la casa consistorial, un hecho sin precedentes que Rita Barberá recordó en la oración que dedicó a la Virgen en la celebración de sus veinte años en la alcaldía. Esa comunión personal e institucional también ha sido política. El PP y el Arzobispado han ido de la mano (también a nivel regional y nacional) en la denuncia de la Ley del Aborto o el matrimonio homosexual, dos de las bases del discurso que luego dejó en Valencia el papa Benedicto XVI durante el Encuentro Mundial de las Familias. Por último, esas buenas relaciones se han traducido en acuerdos y convenios. El hecho más relevante fue la permuta del solar que hoy ocupa el museo de l´Almoina, lugar donde está fijado el origen de la ciudad, justo detrás de la Basílica, por seis solares municipales en los que luego el Arzobispado ha construido otros tantos templos, entre ellos el de las naves de la Cros y, más llamativo, la Iglesia del Opus. Recientemente el consistorio ha cedido un solar en Campanar, donde iba un colegio, a la Universidad Católica. Allí construirá una facultad y una clínica. josé parrilla valencia

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