La ultraderecha acusa al Gobierno de prohibir las extremas unciones, atacar la libertad religiosa o querer “volar” la Cruz del Valle de los Caídos “como hicieron los yihadistas con los Budas de Bamiyán”. Contra los musulmanes: “El Islam se convierte en un peligro para la civilización que lo acoge”
Moción de censura contra Pedro Sánchez... ¿y contra el Papa Francisco? Eso ha parecido, escuchando esta mañana al líder de Vox, Santiago Abascal y, especialmente, al presidente del Gobierno, que ha acusado al jefe de la ultraderecha de “despreciar la figura y el mandato del Papa Francisco“.
A pocos días de encontrarse con Bergoglio en el Vaticano, Sánchez demostró haberse leído la última encíclica papal, ‘Fratelli Tutti’ (de hecho, recomendó a Abascal leer el documento sobre la fraternidad humana), y preguntó al líder de Vox: “¿Cómo casa su propuesta fiscal de suprimir todos los impuestos con el pensamiento del Papa de ayudar a los pobres? Ustedes desprecian la figura y el mandato del Papa Francisco”.
“Su discurso está plagado de ciertas expresiones anticonstitucionalistas. Con usted la Constitución de 1978 no hubiese sido posible. Usted ha hecho referencia a los valores cristianos de su partido, la fe es imprescindible y sepa que vamos a proteger a todas las religiones“, aseguró el presidente.
¿Vuelve el carlismo? ‘Dios, Patria, Rey’ ha sido el leit motiv del discurso del diputado de VOX Ignacio Garriga, encargado de ejercer como portavoz de la ultraderecha en la moción de censura contra Pedro Sánchez. Un discurso que ha concluido con un gráfico “Que Dios bendiga a nuestra Patria, que Dios bendiga a España”.
‘Dios, Patria, Rey’ fue el discurso fundacional del carlismo (después vino lo de ‘Fueros’), uno de los ejes vertebradores de la opción política que se alzó en armas, junto a Mola y Franco, contra la República el 18 de julio de 1936 y que, al final de la Guerra, se integró en la Falange y que ‘resucitó’ en 1958 cuando el Régimen se adscribió a los Principios Generales del Movimiento.
‘Dios (ojo, su Dios), Patria (la única e indivisible) y Rey (pero no el actual, sino el carlista)’. Curioso homenaje de VOX. Con todo, hacía mucho tiempo (nunca es demasiado) en que estos tres términos, unidos, no aparecían en la tribuna del Congreso de los Diputados. Y nunca en democracia. Cosas de la nueva política y de los extremos.
Ataque a la libertad religiosa
Tras el discurso de Garriga, el líder de VOX, Santiago Abascal, volvió a retomar, en varias ocasiones, la ‘cuestión religiosa’, achacando al Gobierno haber impedido a los ancianos muertos en las residencias recibir la extrema unción, de cerrar iglesias y de impedir -eso no lo dijo- la libertad religiosa. Aunque sí les dijo que “se ríen de los creyentes, y les acosan”.
También, en el ámbito internacional. Hablando de China, Abascal arremetió con dureza contra el Papa Francisco, sin citarlo: “Hasta han nacionalizado la Iglesia católica, para ponerla al servicio del partido, y para ello han contado con lamentables y tristes complicidades”.
El líder de VOX hizo una encendida defensa de Donald Trump, también en lo religioso: “Estamos con los que construyen iglesias, ustedes con quienes las queman”.
“Hay que blindar las fronteras, para que los inmigrantes no entren, y también hay que blindar los mares, para que los traficantes negreros no puedan traficar con la dignidad de las personas”, glosó Abascal. “Hay que expulsar de manera inmediata a los inmigrantes ilegales”, señaló, exigiendo “encerrarles hasta su expulsión”, y reclamando “perseguir a las ONG” que ayudan a los inmigrantes en la frontera sur, a quienes acusa de “colaborar con las mafias del tráfico de personas”.
¿’Volar’ la cruz del Valle?
“El Islam se convierte en un peligro para la civilización que lo acoge“, espetó el líder de VOX recordando al profesor francés degollado la pasada semana en Francia.
Como señala El País, además, la moción de Vox parece adentrarse en una realidad paralela cuando arremete contra la ley de memoria democrática, aún en borrador. Además de asegurar que el Gobierno baraja una supuesta “voladura” de la cruz del Valle de los Caídos,le acusa de “reservarse la competencia de disolver asociaciones que hagan apología de la dictadura”, una potestad que solo corresponde a los jueces; o de “disolver a los benedictinos del Valle”, cuando lo que se prevé disolver es la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que gestiona el monumento con recursos públicos.
“Se respeta el descanso de los muertos y su enterramiento”, clamó Abascal, acusando al Gobierno de querer “volar la Cruz del Valle como los yihadistas hicieron con los budas de Bamiyán”. “Dejen de profanar tumbas contra la voluntad de las familias, que ya traen ustedes suficientes plagas”, clamó.
