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UNI Laica denuncia la continuidad de talleres y cursos pseudocientíficos en la Universidad de Granada

UNI Laica ha presentado una queja a la Rectora de la Universidad de Granada, Vicerrector de Estudiantes, al Defensor Universitario y al Decano de la Facultad de CC. de la Educación.

Desde 2011, UNI Laica (la Asociación por una Universidad pública y laica) defiende la aconfesionalidad universitaria y, en su apuesta por la ciencia y el humanismo, se opone a que ciertas creencias pseudo- o anti-científicas se hagan pasar por ciencia en la universidad.

Pseudociencias en los talleres de Casa de Porras

Por esta razón, UNI Laica viene denunciando el carácter pseudocientífico de varios de los talleres que la Universidad de Granada ofrece a todos los ciudadanos, varias veces al año, en la Casa de Porras. Los talleres en cuestión se ofrecen dentro de un grupo denominado “Hábitos saludables”.

Hace muchos años que asociaciones de ‘escépticos’ (en España destacan ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico y Círculo Escéptico) luchan contra el fraude de las pseudociencias, en particular en el terreno de la salud (las pseudoterapias). Más recientemente, también está siendo muy combativa la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas. En 2011, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad publicó un documento de “Análisis de situación de las terapias naturales” en el que realizó un inventario de terapias naturales y concluyó que “La evidencia científica disponible sobre su eficacia es muy escasa y si bien en la mayoría de los casos estas terapias son inocuas, no están completamente exentas de riesgos”. La Organización Médica Colegial asumió y revisó este listado. Gracias a estas y otras informaciones y denuncias, en los últimos meses parece haber crecido la conciencia social sobre el riesgo que suponen las terapias no avaladas científicamente, y algunas universidades, como la de La Coruña y la de Valencia, se han posicionado claramente contra ellas, y contra las pseudociencias en general.

Atendiendo a las diversas fuentes, los talleres de Casa de Porras que pueden considerarse clara o potencialmente pseudocientíficos son los siguientes:

Chi-kung, Masaje yoga tailandés, Masaje shiatsu y reiki, Meditación y mindfulness, Reflexología podal, Reflexología aplicada a la bioenergía, Yoga, Taichí, Danzaterapia y Yolates.

Si comparamos con los que había hace años (cuando UNI Laica presentó la primera denuncia ante la UGR), comprobamos que los talleres de carácter pseudocientífico no solo no se han eliminado, sino que han ido a más. Lo único que hemos conseguido es que mengüen o se eliminen las pretensiones curativas en la publicidad, de modo que ya solo se nos prometen cosas tan imprecisas –pero impresionantes–­ como proporcionarnos “un manantial inagotable de paz, salud y vitalidad” y ayudarnos a “una vida sana, feliz y armoniosa” (Chi-kung), “mejorar el estado general de salud” (Taichí), “alivio en diferentes patologías” (Masaje yoga tailandés), “aliviar su cuerpo de dolencias, estrés, etc.” y “considerar la reflexología como una técnica de sanación” (Reflexología aplicada a la Bionenergía), “dar claridad a su flujo físico y mental” (Yolates), etc.

En la publicidad de varios de los talleres (Chi-kung, Masaje shiatsu y reiki y Taichí) se sigue hablando de una misteriosa energía, el “chi” o “ki”. Muy misteriosa, pues no ha podido ser nunca detectada. Aun así, también hay referencias a los “meridianos” por los que circula (Reflexología aplicada a la Bionenergía); en este contexto, la “bioenergía” aparece también como algo impreciso, esotérico, vitalista.

El curso de Reflexología podal es ya un lamentable clásico de estos talleres, denunciado desde el primer momento; sostener que en los pies hay una especie de mapa bidimensional de todo el cuerpo, y que tocándolo, gracias a los “meridianos” energéticos, se puede conseguir un efecto benéfico específico sobre cualquier órgano o zona, es sencillamente ridículo. Pero, lejos de eliminarse este curso, se ha ampliado con uno nuevo: el ya mencionado de Reflexología aplicada a la bioenergética, que considera la reflexología como una “técnica de sanación” y que asegura que se puede “ver todo el organismo reflejado en los pies”.

Tampoco estaba hace años el reiki, esa técnica por la que la energía aliviadora o sanadora (ki) fluye mágicamente desde las manos del masajista a la persona masajeada sin necesidad de tocarla.

La reflexología y el reiki son pseudociencias evidentes, mientras que otras de las técnicas o disciplinas de los talleres (taichí, chi-king, yoga, mindfulness…), pueden ser pseudocientíficas o no, dependiendo de cómo se ofrezcan, lo que a su vez depende de quiénes las impartan. Conviene por ello analizar el perfil de los “profesores” de los talleres. Observamos con inquietud que el monitor de Masaje yoga tailandés, Shiatsu, Reiki y Taichí aparece como diplomado en reflexología podal y “terapia con piedras”. La monitora de Chi-kung tiene dos maestrías en reiki. La de Yoga viene avalada por sus conocimientos de reiki, aromaterapia, flores de bach y naturopatía. Y de la de Yolates se destaca su máster de arteterapia por la UGR (véase luego). Todas estas disciplinas aparecen listadas como pseudociencias en las referencias citadas arriba.

Otras incursiones pseudocientíficas en la UGR

Por otro lado, la UGR no solo da amparo a las pseudociencias mediante los talleres de la Casa de Porras. Con frecuencia ofrece jornadas, cursos o conferencias de disciplinas consideradas terapias naturales dudosas, como el coaching, que puede ser un entrenamiento legítimo, pero se sumerge en lo claramente insostenible cuando se apoya –y ocurre a menudo– en la pseudociencia de la nueva era denominada “programación neurolingüística”.

El Centro de Actividades Deportivas de la UGR nos ofrece cursos de “Tai Chi Chuang” (“Sistema Terapeútico, Arte Marcial y Vía de Autoconocimiento”), chi-kung, meditación, kung-fu…, y lo hace en colaboración con un centro privado de yoga y taoísmo experto en el conocimiento de esos inaprensibles “meridianos”.

No debemos olvidar –acaso sea lo más grave, y por eso lo venimos denunciando explícitamente– que las asignaturas de religión católica que se ofrecen en los Grados de maestro de Infantil y Primaria, y en los cursos para la DECA (Declaración Eclesiástica de Competencia Académica), deberían estar fuera de la enseñanza universitaria no solo por confesionales, sino también por pseudo- y anti-científicas (se enseña en ellas creacionismo y creencia en milagros).

Tampoco debemos olvidar el máster de “arteterapia” que, a fuer de pseudocientífico y mal gestionado, ha desencadenado reprobaciones de algunas de sus alumnas, que incluso hicieron una huelga; ante sus duras y fundamentadas protestas a varias de ellas se les ha devuelto el dinero de la matrícula, y otras están esperándolo. Con ello, entendemos que la UGR reconoce implícitamente la razón de las alumnas, y más aún cuando asegura que no volverá a ofertarlo.

También continúan las actividades de la Fundación para el desarrollo de la consciencia. Una charlatanería a la que afortunadamente se le retiró la Cátedra Consciencia y Desarrollo. Sin embargo, la Fundación sigue diciendo que la tiene (http://www.desarrolloconsciencia.org/catedra/). Y sigue presente en la UGR mediante la oferta de cursos a través de la Fundación UGR-Empresa.

Por último –de momento–, tenemos el dudoso curso del Centro Mediterráneo sobre “Consciencia, Salud y Medio Ambiente”, con sus mescolanzas de consciencia, física cuántica, etc. Creemos que debería vigilarse qué se dice ahí.

Lo peor de estos talleres y cursos es que, en algún caso, propician el adoctrinamiento escolar infantil, y, en otros, pueden servir para dotar de acreditación o aval universitario a quienes deseen montar negocios basados en fraudes pseudocientíficos, algo cada día más extendido. Esta complicidad de la UGR –sin duda no pretendida, faltaría más– nos parece escandalosa, y desde UNI Laica estamos advirtiendo a la ciudadanía, a través de los medios, de que las pseudoterapias y pseudociencias en general siguen siendo timos aunque quienes cobren por ofertarlas exhiban títulos de la UGR u otras universidades.

El veto de la UGR a la continuidad del máster de arteterapia, aunque ha sido una acción demasiado tardía, es el tipo de actuación que debe esperarse de una universidad pública. Hay algún otro buen antecedente (en relación a las “constelaciones familiares” y a ciertos cursos del Instituto Confucio. Pero en el caso de los talleres de la Casa de Porras y de algunos otros cursos y conferencias, la UGR –tan excelente en otros ámbitos– sigue, como tantas universidades, sin vigilar y actuar debidamente.

No perdemos la esperanza en que la denuncia actual sirva para que finalmente la UGR actúe de forma decidida, para que, en adelante, lejos de ofrecer pseudociencia (y de conceder títulos que amparen engaños de charlatanes), la UGR contribuya, como ya han empezado a hacer universidades como la de La Coruña y Valencia, a la defensa ciudadana frente al fraude de las pseudoterapias y de las pseudociencias en general.

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