En respuesta a la queja que desde UNI Laica-Granada interpusimos ante el Decano de la Facultad de Odontología y el Defensor Universitario sobre la decoración confesional de la cafetería de esa Facultad antes de la semana santa1, ambas autoridades de la UGR nos han remitido sendos escritos2.
Como explicamos más extensamente en esta dirección (https://goo.gl/Bq6w87), Decano y Defensor coinciden en rechazar nuestra petición con argumentos sustentados en lo que nos parece un pobre entendimiento del derecho a la libertad de expresión desde una instancia pública como es la Universidad. Desde ese ámbito público, en un Estado no confesional (según marca la Constitución), no se pueden lanzar mensajes de adhesión (ni de rechazo) a creencias o convicciones particulares, en este caso las católicas. Y si un particular ocupa eventualmente un ámbito público (como es el caso del regente de la cafetería), está obligado a respetar ese carácter público y, por tanto, la aconfesionalidad estatal.
El Defensor Universitario y el Decano de Odontología no sólo coinciden en no entender estas consideraciones tan sencillas, sino en utilizar argumentos falaces para rebatirlas. Así, el Decano llega al extremo de preguntar:
«¿Se eliminarán las procesiones de Semana Santa de las calles de las ciudades de nuestro país al ser espacios públicos? ¿Se evitará también el uso de espacios públicos para manifestaciones de otra índole (de un determinado club deportivo, Halloween, “el botellón”, etc.)?»
Y, el Defensor, a decir:
«En definitiva, los poderes públicos no están obligados a promover que el rechazo hacia lo religioso se convierta en la única “religión”»
Desde UNI Laica, o desde las asociaciones ligadas a Europa Laica, precisamente propugnamos el uso libre por los ciudadanos, sean cuales sean sus convicciones, de los espacios públicos (que no deben por ello estar acaparados por ninguna confesión), y nos oponemos a que los poderes públicos privilegien o “promuevan el rechazo” (por usar la insidiosa expresión del Defensor) de cualquier confesión, creencia o ideología. De modo que las apreciaciones hostiles e infundadas de ambas autoridades hacia lo que creen que es el laicismo ponen de manifiesto su escaso conocimiento de lo que este defiende y significa, que nada tiene que ver, por cierto, con una “religión”.
Pero lo peor es la escasa comprensión (del Decano y el Defensor) de lo que significa la aconfesionalidad del Estado y la neutralidad de éste en lo que atañe a creencias y convicciones. ¿Cómo no entienden que el dueño de una cafetería puede poner la simbología religiosa que desee en su establecimiento porque, aunque sea de acceso ‘público’, es privado, pero el regente de la cafetería de un espacio ‘publico’ (en el sentido de estatal) no debe tener esa facultad, porque no es privado?
Seguramente deriva de esa exigua comprensión la poca sensibilidad de ambas autoridades para defender la aconfesionalidad de la Universidad y, en definitiva, el respeto a la diversidad de convicciones de los universitarios y demás ciudadanos que accedan al ámbito universitario.
En definitiva, las dos respuestas institucionales (del Decano de Odontología y del Defensor Universitario) nos parecen insatisfactorias y decepcionantes, en línea, por desgracia, con lo que viene ocurriendo en la Universidad de Granada, donde el confesionalismo alcanza cotas deplorables (recuérdese la creación de una cátedra de Teología controlada por la Iglesia, el ofrecimiento de un título propio sobre “El mensaje cristiano”, etc., etc.). En el caso que nos ocupa ahora, mala defensa de sus derechos tienen los universitarios con posiciones tan condescendientes con la confesionalidad de los espacios públicos.
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2 Respuesta del Decano de Odontología: https://laicismo.org/wp-content/uploads/2015/05/Decano-Odontología-simbologia-religiosa-cafeteria-2015.pdf
Respuesta del Defensor Universitario: https://laicismo.org/wp-content/uploads/2015/05/Defensor-Universitario-simbologia-cafeteria-Odontologia-2015.pdf
