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Una carta revela que el Papa conocía las denuncias contra el obispo chileno desde 2015

El caso de Juan Barros, el obispo chileno acusado de encubrir durante años al sacerdote Fernando Karadima, declarado culpable en 2011 de haber cometido abusos a menores, continúa poniendo en cuestión la política de ‘tolerancia cero’ frente a los abusos sexuales promulgada por el pontífice argentino. Una de las víctimas del sacerdote asegura que en 2015 envió una carta al Papa donde describía los abusos y cómo las autoridades eclesiásticas chilenas intentaron ocultarlos. La misiva llegó a manos del pontífice, que sin embargo durante su reciente viaje a Chile negó haber tenido pruebas de la responsabilidad de Barros en el caso Karadima y aseguró no conocer el testimonio de las víctimas.

“Santo Padre, me animé a escribirle esta carta porque estoy cansado de pelear, llorar y sufrir”, escribe Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, al papa Francisco en la carta. Una misiva de ocho páginas escrita el 3 de marzo de 2015 y difundida ahora íntegramente por la agencia de noticias AP donde Cruz explica con detalle los abusos de los que fueron testigos otros clérigos, entre ellos Juan Barros, que ese mismo año fue nombrado obispo de Osorno, a pesar del rechazo por parte de la Iglesia chilena.

Marie Collins, que en ese momento formaba parte de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores -instaurada en 2014 por el papa Francisco para proteger y prevenir los abusos sexuales dentro de la Iglesia-, entregó directamente la misiva a uno de los hombres más cercanos a Francisco, el cardenal de Boston Sean O’Malley. El prelado norteamericano es presidente de la Comisión y miembro del C9, el consejo de cardenales elegido por el Papa para la reforma de la curia. Más tarde O’Malley confirmó a Collins que había entregado la misiva al pontífice.

“Su ‘tolerancia cero contra el abuso’ no se aplica en Chile”, escribió Juan Carlos Cruz al Papa en su carta. “El sentimiento general de muchos chilenos es que ellos se protegen entre ellos e ignoran cualquier llamada de auxilio o reparación”, denunció sin obtener respuesta.

Críticas por defender a Barros

En su reciente visita a Chile y Perú el pontífice se reunió durante media hora con un reducido grupo de víctimas de abusos por parte de eclesiásticos entre las que no se encontraban las víctimas del sacerdote Karadima. Durante el viaje de vuelta a Roma, el papa Francisco defendió ante los periodistas al cuestionado obispo Barros asegurando que no existían “pruebas” contra el líder de la Diócesis de Osorno y que nunca había escuchado a ninguna víctima directamente. “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, hablaré. No hay una sola prueba en su contra. Todo es una calumnia”, sentenció.

Las afirmaciones del pontífice fueron recibidas con indignación por las víctimas del sacerdote Karadima, que consideran a Barros cómplice de los abusos. La difusión ahora de la carta pone en cuestión las palabras del Papa, según las víctimas. “Me molestó y al mismo tiempo no podía creer que alguien tan importante como el mismo Papa pudiera mentir sobre esto”, aseguró Cruz. Incluso el cardenal O’Malley reconoció que las palabras del papa Francisco habían sido desafortunadas y eran dolorosas para las víctimas.

La polémica obligó al pontífice a entonar el ‘mea culpa’. “La palabra prueba es la que me ha traicionado. Me he equivocado, no quería hablar de pruebas sino de evidencias”, dijo. Y envió a Chile a Charles Scicluna, arzobispo de Malta y uno de los mayores expertos en investigaciones canónicas sobre abusos de clérigos contra menores, que llegará a Santiago el próximo 20 de febrero.

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