La archidiócesis católica de Louisville (Kentucky) ha comenzado la transferencia de fondos a una cuenta de fideicomiso después de acordar el pago de 25,7 millones de dólares a las víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
La compensación es resultado de una de las mayores demandas legales contra la Iglesia católica, y responde a las reclamaciones de por lo menos 243 personas que alegaron haber sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes.
El arzobispo Thomas Kelly, en un mensaje dirigido a las víctimas, pidió perdón por las “acciones u omisiones que llevaron a ese abuso”. “Espero que este acuerdo sea una señal de nuestra disposición a ayudar a restañar vuestras heridas”, agregó.
El abogado William McMurry, que representó a los demandantes, indicó que la archidiócesis ha declarado bienes por valor de unos 48 millones de dólares.
La Iglesia católica en Estados Unidos se ha visto sacudida durante más de dos años por miles de denuncias sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en algunos casos hace varias décadas.
Las demandas condujeron a la dimisión del cardenal Bernard Law de la archidiócesis de Boston (Massachusetts), y a la presentación de denuncias, por parte de grupos de laicos católicos, de que la jerarquía eclesiástica encubrió deliberadamente a los transgresores.
En Louisville, las acusaciones han estado dirigidas contra decenas de sacerdotes y algunos ex empleados de la iglesia.
El administrador de la archidiócesis, Brian Reynolds, dijo que bajo el acuerdo convenido el martes con los demandantes y la justicia, la Iglesia tiene un plazo de 30 días para ingresar los 25,7 millones de dólares en una cuenta que estará bajo el control judicial.
Aunque las demandas estuvieron dirigidas contra la archidiócesis, una congregación franciscana del sur de Indiana, estado limítrofe con Kentucky, acusada en 19 de las demandas, ayudará a pagar una porción de la indemnización, aunque no se ha dicho cuánto.
