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Un tribunal británico reconoce el derecho a ir a clase con túnica

La sentencia declara ilegal la expulsión de una alumna musulmana

El Tribunal de Apelación británico reconoció ayer el derecho de una escolar musulmana a ir a clase con ’jilbab’ (una prenda islámica tradicional que cubre el cuerpo hasta el suelo), apelando a los Derechos Humanos.

   Shabina Begum, que hoy tiene 16 años, fue expulsada del colegio por saltarse la normativa relacionada con el uniforme escolar y acudir a clase con esta túnica de cuerpo entero. La menor estuvo representada en el proceso de apelación por la abogada Cherie Booth, esposa del primer ministro Tony Blair.

 

  La sentencia declara ilegal la acción del colegio que "niega" a la joven "el derecho a manifestar su religión" y, con ello, el "acceso a una educación apropiada".

 

   La decisión del Tribunal británico contrasta con la política del Gobierno francés, que el año pasado prohibió todo tipo de signos religiosos en las escuelas estatales.

 

   La normativa británica es, por tradición, más liberal al respecto y el colegio en cuestión, el instituto Denbigh de Luton, al norte de Londres, acepta que sus estudiantes vistan algunas prendas islámicas, como la túnica tres cuartos, los turbantes y pañuelos.

   Así fue Shabina Begum, huérfana y de origen bangladeshi, durante muchos años a clase, pero al cumplir 15 años optó por la llamada túnica jilbab (hasta el suelo), que sólo deja ver las manos y la cara, prohibida en su colegio aunque aceptada en muchos otros. Al no acatar la norma, fue expulsada del Denbigh.

   Cherie Booth centró "los puntos fundamentales" del caso en la naturaleza e interpretación del derecho a una educación y la libertad religiosa de su cliente. Booth echó por tierra un fallo anterior favorable al colegio argumentando que le garantizaba vía libre para "elegir y seleccionar" las creencias religiosas que se aceptaban por su normativa de vestuario.

   Begum relacionó ayer su expulsión del colegio con el "ambiente de intolerancia surgido en las sociedades occidentales tras el 9-S", que ha convertido el "islam en objetivo de humillación en nombre de la guerra contra el terror".

   Los jueces lores han admitido el derecho del instituto a imponer una disciplina de vestuario pero advirtieron que, en este caso, no se había tenido en cuenta el derecho de la colegiala a expresar su religión, según se contempla en el artículo 9 de la legislación británica de Derechos Humanos.

 

El colegio debería haber justificado cualquier "injerencia" en tal derecho antes de proceder con la expulsión de la estudiante.

   El Tribunal de Apelación pidió al Gobierno de Tony Blair una más clara orientación respecto al alcance de la legislación en Derechos Humanos relacionados con la escuela. No hay una ley específica en materia de uniforme escolar en el Reino Unido.

   La junta de gobernadores del Denbigh relacionó su derrota en una "cuestión técnica" y advirtió que el uniforme se adoptó tras consultar al ministerio, los escolares, padres e importantes organizaciones musulmanas".

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