Welby, gracias a un sintetizador, ha podido grabar un vídeo en el que con voz metálica afirma que su "grito" no es de desesperación, sino que está cargado de "esperanza humana y civil para el país" y que su estado es el de una persona que ha perdido todas las esperanzas y sólo desea no despertarse al día siguiente. El enfermo asegura en su carta-vídeo que él ama la vida, que morir le horroriza, "pero lo que por desgracia tengo no es vida… sólo es un testarudo e insensato ensañamiento en mantener activas las funciones biológicas".
Una muerte digna
El italiano añade en su mivisa, hecha pública por la asociación a la que pertenece, que "mi cuerpo no es mío" y que si en vez de vivir en Italia, donde la eutanasia está prohibida, "fuera suizo, belga u holandés, podría evitar el ultraje, pero soy italiano y aquí no hay piedad". El enfermo terminal agrega que no pide una muerte "digna, ya que la muerte nunca puede ser digna". "Digna debería ser la vida", añade con su voz metálica, insistiendo en que la eutanasia no es una muerte digna, "sino oportuna". Además de la carta-vídeo, Welby contó el pasado viernes en un programa de televisión su situación.
Hasta el Parlamento
Tras recibir la carta-vídeo de Welby, el presidente de la República envió otra al enfermo en la que Napolitano le cuenta que escuchó "muy conmovido" su desesperado llamamiento y que se siente afectado "tanto como persona como presidente". No obstante, Napolitano ha decidido no pronunciarse sobre la eutanasia a menos que se abra un debate político sobre el tema "en los lugares idóneos". Napolitano considera que el mensaje de Welby puede ser la ocasión para reflexionar sobre un asunto complejo dadas sus implicaciones éticas. De hecho, ha manifestado que llevará tal debate al Parlamento.