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Un monseñor argentino en Wikileaks

El embajador norteamericano James Nicholson, según los cables, dijo entender que Montemayor tenía «un duro juicio sobre el terrorismo de Al Qaida por sus precedentes en la Argentina». Es hijo de un oficial de la Marina durante la dictadura

La visión que el Vaticano tenía de la guerra en Afganistán y del centro de detenidos de Guantánamo –donde fueron a parar los talibán y los sospechosos y menos sospechosos de ser simpatizantes de Al Qaida capturados en Afganistán– fue motivo de atención para el gobierno estadounidense de George W. Bush, que se preocupó por averiguarlo de buena fuente: un monseñor argentino que trabajaba en la Secretaría de Estado, es decir en las oficinas del primer ministro de la Santa Sede.

La historia salió a relucir en unos cables de Wikileaks publicados ayer por el diario romano La Repu-bblica y por la revista L’Espresso.

Los cables, calificados como “reservados”, salieron de la embajada estadounidense ante el Vaticano e implican al embajador de la época, James Nicholson, y al monseñor argentino Luis Mariano Montemayor, quien en ese momento trabajaba en la segunda sección de la Secretaría de Estado, es decir aquella que se ocupa de las relaciones con los demás Estados. Montemayor se ocupaba como Consejero de Nunciatura de primera clase, según el título vaticano, de las relaciones con varios países, entre ellos Afganistán y Pakistán.

Hijo de un oficial de la Marina argentina durante la dictadura militar, Montemayor contó, dijo el cable, que “él y su familia vivían amenazados y con protección policial”. “Sus precedentes en la Argentina parecen esenciales para entender su duro juicio sobre el terrorismo de Al Qaida”, acotó el embajador Nicholson.

Refiriéndose al prelado argentino, el cable dijo además que “el responsable vaticano habló repetidamente de conversaciones con diplomáticos rusos y calificó como un elemento inteligente a Dmitry Shtodin. Monseñor Montemayor contó que la Federación Rusa estaba estudiando cuidadosamente el tratamiento que Estados Unidos da a los detenidos, en busca de útiles precedentes para justificar el tratamiento a los prisioneros de Chechenia”. Montemayor contó que su interlocutor ruso quedó sorprendido por su “falta de sentimientos afectuosos” con respecto a los prisioneros de Guantánamo.

Como argentino, comentó el embajador más adelante, Montemayor encuentra que Estados Unidos se mueve en un terreno familiar para él –tanto desde un punto de vista legal como ético– en cuanto a la manera de afrontar el caso de los detenidos de Guantánamo, así como el de John Walker (N. de la R.: Un joven estadounidense, sospechoso de ser talibán, capturado en Afganistán). No obstante, Montemayor se preguntó si los tribunales contra los militares que hubo en la Argentina podrían tener una reedición en Estados Unidos con relación a Guantánamo.

El prelado argentino dijo además, según el cable, que “el asunto del tratamiento de los detenidos puede ganar importancia dentro del Vaticano, donde un debate sobre este tema terminó con un sólido apoyo, aun con algunas reservas, a la campaña de Estados Unidos” en Afganistán.

También se refirió a ciertas voces dentro del Vaticano que hacían temer un desastre humanitario en Afganistán, pero notó por el contrario, “con satisfacción, que la intervención estadounidense ha mejorado claramente la condición humanitaria de los afganos”.

Nacido en Buenos Aires en 1956, Montemayor fue ordenado sacerdote por el cardenal Juan Carlos Aramburu en 1985. Después estudió en Roma y en 1991 se doctoró en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de la capital italiana. Entró en el Servicio Diplomático de la Santa Sede ese mismo año y desde 1993 trabajó en las nunciaturas apostólicas de Etiopía, Brasil, Tailandia, Camboya y Singapur. En agosto de 2000 se incorporó a la Secretaría de Estado vaticano. Actualmente es nuncio apostólico, es decir embajador del Vaticano, en Senegal.

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