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Un informe revela que el papa Francisco conocía la conducta sexual “inapropiada” de un obispo argentino

Lo publicó la agencia Associated Press, quien dice que esto abre “interrogantes sobre si Francisco hizo de la vista gorda” ante las denuncias contra sus aliados.

El Vaticano recibió informes en 2015 y 2017 de que el obispo argentino cercano al Papa Francisco se tomó fotografías desnudo, mostraba un comportamiento “obsceno” y había sido acusado de presuntas conductas sexuales inapropiadas con seminaristas, reveló este lunes una investigación de la agencia estadounidense Associated Press según las declaraciones del exvicario general, sacerdote Juan José Manzano.

El informe contradice afirmaciones de la Santa Sede de que se enteró hace apenas algunos meses. Francisco aceptó la renuncia de Gustavo Zanchetta el 1 de agosto de 2017 después de que sacerdotes de la provincia de Salta denunciaron “autoritarismo” y un exvicario, el rector de un seminario y otro prelado enviaran al Vaticano informes sobre de supuestos abusos de poder, conducta inapropiada y acoso sexual a seminaristas mayores de edad, dijo el exvicario.

El escándalo en torno a Zanchetta, de 54 años, es el más reciente en implicar a Francisco en una época en que él y la cúpula católica en general enfrentan una crisis de confianza sin precedentes sobre los malos manejos de casos de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes y de conducta sexual inapropiada hacia adultos. El pontífice ha convocado a los líderes eclesiásticos a una reunión el próximo mes para definir los planes a futuro de la Iglesia universal, pero sus propias acciones en casos individuales se encuentran cada vez más bajo los reflectores.

Exobispo cercano al Papa, investigado por abuso sexual

“La decisión del papa de permitir que Zanchetta renunciara discretamente, y posteriormente ascenderlo a la posición número 2 en una de las oficinas más delicadas del Vaticano, ha generado nuevas interrogantes sobre si Francisco se hizo de la vista gorda ante las denuncias de comportamiento inapropiado de sus aliados o rechazó las acusaciones en su contra como ataques ideológicos”, dijo el informe firmado por las periodistas Almudena Calatrava, Natacha Pisarenko y Nicole Winfield.

El acusado, hijo espiritual de Bergoglio

Manzano, quien fuera alguna vez el vicario general de Zanchetta, reconoció que él fue uno de los funcionarios diocesanos que informó sobre los comportamientos de su jefe en 2015 y envió al Vaticano las imágenes digitales que el exobispo se había tomado. Manzano dijo a AP que él fue una de las tres personas que presentaron una segunda denuncia ante la nunciatura apostólica del Vaticano en Buenos Aires en mayo o junio de 2017, cuando “la cosa estaba mucho más grave (con Zanchetta), no sólo porque hubiera habido alguna cuestión de abuso sexual… lo que había era un ‘in crescendo’ de medidas que conducían la diócesis al abismo”.

“En 2015, propiamente sólo remitimos un soporte digital con fotos selfies del anterior obispo en actitudes obscenas o fuera de lugar; (el comportamiento) nos pareció inapropiado y peligroso”, dijo. “Fue un alerta que hicimos llegar a la Santa Sede a través de obispos amigos. La nunciatura no toma intervención directa, pero el Santo Padre hace llamar a Zanchetta y él se justifica diciendo que le habían hackeado el celular, que había gente que con eso quería dañar la imagen del Papa”.

Francisco envió a Gustavo Zanchetta a Orán en 2013, uno de los primeros nombramientos de obispos de su papado. Conocía bien a Zanchetta, quien había sido subsecretario de la conferencia episcopal argentina que encabezó el excardenal Jorge Mario Bergoglio en dos periodos consecutivos entre 2005 y 2011. Según todos los indicios, tenían una relación cercana. Manzano dijo que Bergoglio había sido confesor de Zanchetta y lo trataba como su “hijo espiritual”.

“Todo esto podría explicar por qué Francisco lo asignó a Orán a pesar de las acusaciones sobre supuestos abusos de poder cuando Zanchetta estuvo al frente de asuntos económicos en la diócesis de Quilmes”, dice el informe de AP, que revela que a principios de enero Vaticano confirmó que el nuevo obispo de Orán abrió una investigación en torno a los supuestos abusos sexuales de Zanchetta.

El portavoz de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, subrayó sin embargo, en un comunicado el 3 de enero, que las acusaciones de abusos se conocieron a finales de 2018, tras la renuncia de Zanchetta y casi un año después de que Francisco creara un nuevo puesto para él como “asesor” en la oficina de administración financiera del Vaticano. Según AP, Zanchetta le pidió a Francisco que le permitiera salir de Orán debido a que tenía malas relaciones con los sacerdotes y era “incapaz de gobernar”, dijo Gisotti en un comunicado. “En el momento de su renuncia, hubo acusaciones contra él de autoritarismo, pero no hubo acusaciones de abuso sexual contra él”, se afirmó en el comunicado.

Agresivo, manipulador, acosador

Manzano dijo que el Vaticano tenía información de comportamiento sexual inapropiado desde 2015, incluyendo las fotografías desnudo y los reportes de supuesto comportamiento inapropiado y acoso en mayo o junio de 2017, aunque resaltó que no constituyeron una denuncia canónica formal. Tras esto, Francisco convocó a Zanchetto a Roma, según Manzano. Volvió a Argentina, “y desconozco lo que Su Santidad le dijo pero vino muy mejorado, hasta el punto que ni siquiera se investigó cómo llegaron esas fotos a Roma”, agregó. Zancheta “se ponía agresivo si se lo confrontaba… manipulaba datos, personas, influencias para lograr sus propósitos”.

Manzano denunció la agresividad de Zanchetta y contó que se presentaba en el seminario a cualquier hora, bebiendo con los seminaristas y siempre acompañado de un seminarista cuando visitaba una parroquia, a veces sin pedirle permiso al rector. “El rector procura contener a los estudiantes, estando presente cuando aparece el obispo, pero monseñor busca la forma de evitar ese cuidado y descalificarlo ante los chicos”, dijo Manzano a AP. “El malestar se agrava, algunos dejan el seminario, allí el rector investiga y advierte acosos y conductas inadecuadas”.

En mayo o junio de 2017, Manzano, el rector y otro sacerdote presentaron sus preocupaciones al segundo a cargo de la nunciatura de Buenos Aires, monseñor Vincenzo Turturro, quien la “vehiculizó (impulsó) fabulosamente”. Manzano dijo que reportó a la jerarquía eclesiástica los supuestos abusos de Zanchetta, mientras que el rector reportó los presuntos abusos sexuales en el seminario. Dijo que desconocía los detalles de los supuestos abusos, pero descartó cualquier acto de violación.

“El papa volvió a convocar a Zanchetta en julio de 2017. Al volver a casa, éste anunció su renuncia a través de un comunicado difundido el 29 de julio en el que indicaba que necesitaba de atención inmediata para un problema de salud”, relata el informe. “El exobispo se dirigió a la provincia de Corrientes, en la que estuvo algunos días antes de viajar a España, donde se cree que se reunió con uno de los guías espirituales de Francisco, el padre Germán Arana, un jesuita a quien el pontífice le había referido a otro obispo conflictivo, el chileno Juan Barros”.

La solución papal: un cargo en El Vaticano

El 19 de diciembre de 2017 Francisco designó a Zanchetta en el cargo de “asesor” en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), un organismo crucial que administra los bienes raíces y financieros de la Santa Sede. “Aunque el anuario del Vaticano coloca a Zanchetta como el principal subalterno del presidente de la dependencia, nunca quedaron claras sus responsabilidades específicas, ya que el cargo no existía anteriormente”, dice AP, cuyo informe asegura que tanto El Vaticano como el obispado de Orán no quisieron comentar su investigación.

Manzano, sin embargo, defendió la manera en que Francisco manejó el caso, al señalar que el mismo pontífice debería ser considerado como una víctima de la “manipulación” de Zanchetta. “Jamás hubo intención de ocultar nada. Jamás hubo intención del Santo Padre de defenderlo de nada”, afirmó el párroco. Negó que hubiera contradicciones del Vaticano en su comunicado del 3 de enero, al hacer una distinción entre el reporte de un supuesto abuso sexual y una denuncia formal.

El actual obispo de Orán, Luis Antonio Scozzina, se negó a hablar con la AP frente a las cámaras, diciendo que quería guardar silencio hasta que la investigación estuviera en manos de la Santa Sede. Emitió un comunicado en el que llama a las víctimas a levantar la voz y brindar testimonio. Pero señaló a la AP que no quería crear un circo mediático que pudiera poner en riesgo los derechos de las víctimas y del acusado.

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