Los restos de Baltasar Porcel permanecerán hoy en la capilla ardiente en el Palau Moja de Barcelona (de 10.00 a 19.00 horas), pero mañana retornarán a Andratx, su tierra natal de Mallorca, donde, por deseo de la familia, será homenajeado en la sede del Consistorio en un acto civil que constará de lecturas y música popular. El último viaje de Porcel rescata para la fama al municipio de Andratx, estigmatizado desde 2006 por la corrupción urbanística. El pleno del Ayuntamiento de la localidad mallorquina decretó ayer tres jornadas de duelo por su más famoso e importante vecino. En esta localidad Porcel da nombre al instituto y a un premio literario. Baleares le reconoció en 2009 como el primer escritor del año y ayer el presidente balear, Francesc Antich, de viaje en la República Dominicana, le recordó como "un patriarca de las letras catalanas".
Ayer continuó el goteo de declaraciones en las que se lamentaba la desaparición del autor de Cavalls cap a la fosca, y sus editores en castellano (Destino) y catalán (Edicions 62) coincidieron en defender que su "grandeza" literaria le hacía merecedor del Nobel de Literatura. La editora Pilar Beltrán, que indicó que Porcel trabajaba en una novela policiaca ambientada en Mallorca y protagonizada por un guardia civil, achacó al "hecho catalán" que no se le otorgara el galardón de la Academia Sueca. Coincidieron en la convicción de que no lo tuvo debido a que Cataluña no cuenta con un Estado propio tanto Oriol Izquierdo, director de la Institució de les Lletres Catalanes, como Jordi Porta, director de Òmnium Cultural. Según el crítico literario Joaquim Molas, Porcel "fue una fuerza de la naturaleza que convirtió la vida en gran literatura".
