El presidente no habló durante el oficio y participó en una celebración interreligiosa, mientras miles de mujeres marchaban en su contra.
Donald Trump inició su primera jornada completa en funciones como presidente de EE.UU. en un oficio de oración, el último rito de la transición antes de abocarse de lleno a las tareas de gobierno.
Trump, su esposa Melania, el vicepresidente Mike Pence y su esposa Karen ocuparon la primera fila en la Catedral Nacional en Washington durante el servicio matutino que siguió a la jornada de ritos, pompa y protestas de su investidura.
El servicio ecuménico, una tradición para los nuevos presidentes, se realiza en una parroquia episcopal, y en este caso provocó controversias entre los feligreses opuestos a sus políticas.
Mientras tanto, multitudes de mujeres marchaban en la capital estadounidense y muchas ciudades del mundo en protesta contra Trump.
El obispo Harry Jackson pidió a Dios que dé al presidente, el vicepresidente y el gabinete “sabiduría y bondad en el ejercicio de sus deberes”.
Pidió que Trump y Pence “sirvan a todo el pueblo de esta nación y promuevan la dignidad y libertad de cada persona”.