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Talleres contra la diversidad sexual y los anticonceptivos en escuelas públicas de Argentina

Casi no hay actividades escolares de educación sexual  y el gobierno dio de baja la formación docente. Pero autoriza talleres de ONG católicas que enseñan a rechazar la diversidad sexual, la masturbación, los anticonceptivos y los derechos de las mujeres.

El embarazo –por más prematuro que sea–siempre llega a buen puerto y las enfermedades de transmisión sexual se pueden tratar. Pero los problemas emocionales son los más importantes; no existe ningún profiláctico que proteja al corazón.” Esto fue lo que escucharon los chicos de sexto y séptimo grado de la escuela N° 5 Armada Argentina, Distrito 21, en el taller de educación sexual que brindó en la escuela la ONG Protege tu Corazón.

En la biblioteca de la escuela pública –¡y laica!– dos talleristas de la organización vinculada a la Iglesia Católica pregonaron lo maravilloso que es tener familias numerosas con seis o siete hijos, la importancia del matrimonio como consagración de las personas y hasta dijeron: “Las chicas tenemos que saber muy bien cómo vestirnos, porque después nos tenemos que hacer cargo de lo que nos pase”.

Quien denunció el hecho fue una docente que presenció por casualidad la actividad, y entre el espanto y la indignación dio aviso a la directora de la escuela y al sindicato Ademys. “Realmente es muy preocupante. Que en una escuela lindera a la villa 20 y al complejo habitacional de Soldati, donde el embarazo adolescente es un problema grave, vengan y te digan que lo más importante son los problemas emocionales y que hay que aprender a tolerar lo que nos pasa sin quejarse, porque según ellos ‘quejarse habla mal de nosotros’, es algo terrible”, le contó a Diario Z la maestra que hizo la denuncia y por razones de estabilidad laboral reserva su nombre.

Basta entrar al sitio web de la ONG (www.protegetucorazon.com) para comprobar que la educación sexual que imparten en sus talleres entra en clara contradicción con las normativas impuestas por las leyes de Educación Sexual Integral tanto nacional como de la Ciudad. Pregonan que no existe el sexo seguro, que la mejor forma de anticoncepción es la abstinencia, que todo tipo de aborto –incluido el legal– es un asesinato, que el matrimonio deber ser entre un hombre y una mujer, y desalientan la homosexualidad, la pastilla del día después, la masturbación, el sexo oral, entre otras prácticas que reprueban.

Para Protege tu Corazón la educación sexual centrada en el conocimiento del cuerpo no es de calidad, porque “incentiva a probar”. Dicen que, en vez de insistir en el uso del preservativo y las pastillas anticonceptivas, este presupuesto podría invertirse en “programas para uso adecuado del descanso y en generar espacios como parques, bibliotecas, auditorios y canchas deportivas”.

Consideran que sus cursos son fundamentales, ya que “los videos musicales, los videojuegos y el cine pueden llevar a los adolescentes a la ‘sexualización’ y a confundir amor con sexo”. Para ellos alguien tiene que aclararles estas ideas a los chicos, ya que “muchos consideran cualquier tipo de sexo como ‘natural’ y ‘normal’”. En las recomendaciones que les dan a los padres, les aconsejan hablar de sexualidad con los adolescentes, incluso sobre los temas “que no te gustan o no estés de acuerdo”, como la masturbación, la homosexualidad, el sexo oral, la contracepción, la píldora del día después, el aborto y los métodos para abortar, entre otros.

“La enseñanza de los valores y contenidos que dicha organización promueve hacia niños y niñas de escuelas estatales de nuestra Ciudad es absolutamente ilegal por encontrarse en total contradicción con la concepción, enfoque y contenidos de las leyes de Educación Sexual Integral”, dijeron desde Ademys, sindicato docente que hizo pública la denuncia. En el mismo comunicado exigieron “el cese inmediato del dictado de estos talleres en las escuelas públicas” y que se investigue cuál fue el organismo que permitió la injerencia de esta institución.

“Haber sido testigo del taller de Protege tu Corazón me revuelve la tripa. Decidí trabajar en la escuela pública por los valores que implica y mi compromiso es con los chicos. Me indigna que puedan pasar estas cosas”, se lamenta la maestra.

Organizaciones que brindan talleres hace añares explicaron que la ONG no figura en la lista de las autorizadas por el Ministerio de Educación porteño para esta función. Según trascendió, desde la escuela dijeron que nada entra a las aulas sin autorización del supervisor del distrito. “Ya nos comunicamos con el Ministerio y no vamos a hacer ninguna declaración pública sobre el tema”, fue tajante Liliana Schröder, directora de la escuela Nº 5.

La educación sexual es un derecho. Así lo determinó la ley porteña de Educación Sexual Integral (ESI), sancionada en 2006. La norma estableció la formación obligatoria en todos los niveles para “garantizar el derecho a la información para el ejercicio de una sexualidad integral responsable y con formación en valores”. Entre los objetivos de la ESI se encuentran promover una concepción positiva de la sexualidad, brindar información precisa y actualizada, promover la maternidad y paternidad responsable, cuestionar los estereotipos y prevenir las enfermedades de transmisión sexual y toda forma de violencia y abuso sexual.

Más allá de los que sucedió en Lugano, el panorama en el resto de las escuelas no es mucho más alentador. Los docentes cuentan que hay muy pocas actividades y talleres, que prácticamente no llega material elaborado por el gobierno porteño y que la capacitación docente es muy escasa.

“No existe un cumplimiento integral de la ley. Después de muchísimos reclamos y pedidos de informes, desde el Ministerio de Educación establecieron que cada escuela debe incorporar en su proyecto educativo alguna actividad para los adolescentes, pero si se hace o no y cuáles son los contenidos queda librado a cada institución”, explica María Elena Naddeo, directora general de Niñez, Género y Diversidad de la Defensoría del Pueblo. Para la ex legisladora esta resolución fue una herramienta del gobierno para desentenderse y quitarse de encima la responsabilidad de aplicar la ESI.

Naddeo insiste en que la gestión de Mauricio Macri no hizo otra cosa que frenar y obstaculizar la aplicación de la ley. Una de las medidas en este sentido fue la de suspender, en 2007, los talleres que dependían del Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes, y que llegaban a cubrir casi el 50 por ciento de las escuelas. Según la funcionaria, hoy en día los talleres están reducidos a su mínima expresión y tienen muy poco alcance, y la formación docente es muy escasa.

“Hay una postura conservadora que cree que estos temas deben ser reservados a la familia y a la vida privada, como durante mucho tiempo pasó con la violencia doméstica. Es un problema muy serio, la educación sexual es uno de los puntos del petitorio de Ni Una Menos”, sostiene Naddeo. Para los especialistas la educación sexual es fundamental, porque implica el cuidado del cuerpo, el respeto por la diversidad y la convivencia con los pares, y la prevención de abusos, de la violencia de género y del embarazo adolescente.

“Hay algunos talleres, pero únicamente para el nivel secundario y todos en manos de ONG, por lo que no sabemos cuál es su orientación. El único material que llega a las escuelas es el de Nación y desde que dieron de baja el postítulo sobre Educación Sexual del Cepa ya prácticamente no hay capacitación docente”, explica Carolina Brandariz, secretaria de género de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).

Brandariz cuenta que el presupuesto asignado para el cumplimiento de la ESI es del 0,001 por ciento y que el 86 por ciento de este monto se transfiere a las organizaciones. “El Estado debería hacerse cargo de la implementación en vez de tercerizarlo en ONG y fomentar la formación de los maestros, ya que son agentes multiplicadores del sistema educativo”, sostiene Brandariz.

El 3 de junio pasado miles y miles de personas marcharon al Congreso de la Nación al grito de Ni Una Menos. La violencia contra las mujeres, que día a día inunda las páginas de los diarios con sus femicidios, se convirtió en una demanda concreta, un petitorio de cinco puntos al que la mayoría de los políticos adhirió. El cuarto punto pide: “Garantizar y profundizar la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos para formar en igualdad y para una vida libre de discriminación y violencia machista”.

El jefe de Gobierno porteño y candidato a presidente aprovechó la oportunidad y se sumó a la campaña. Bajo el título “Qué ninguna mujer vuelva a sentir miedo”, Macri publicó: “Estoy convencido de que con un compromiso serio desde la Nación podemos terminar con esta ola de violencia contra las mujeres. Como primer paso, me comprometo a cumplir los cinco puntos planteados por #NiUnaMenos”.

En las escuelas públicas de la Ciudad, siguen esperando.

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