Según informó la prensa italiana, el Consejo Nacional de Instrucción Pública ha decidido la suspensión, que el profesor Franco Coppoli recurrirá desde el punto de vista administrativo, pero no en la magistratura del Trabajo.
Coppoli ha decidido continuar en lo que considera 'una batalla de civismo' para la afirmación de 'un principio reconocido en todos los países de Europa menos en Italia'.
Los alumnos de Coppoli se reunieron en asamblea para adoptar una postura sobre la decisión de su profesor de retirar el crucifijo durante sus lecciones y finalmente resolvieron que la cruz debía permanecer donde estaba.
La Oficina Escolar Provincial pidió la adopción de un procedimiento disciplinar contra Coppoli.
En su declaración Coppoli apuntó que no existe 'ninguna norma que imponga la presencia del crucifico en las aulas de las escuelas superiores', por lo que desde un punto de vista ético el hecho de que los alumnos decidan por mayoría no es 'un objetivo de la enseñanza'.
Se da la circunstancia de que el Tribunal Supremo italiano anuló ayer la condena a siete meses de cárcel y la suspensión de empleo del juez Luigi Tosti, que había sido condenado por suspender tres audiencias porque había un crucifijo en la sala.
Los hechos se remontan al año 2006 cuando en el transcurso de una audiencia Tosti suspendió el proceso para pedir al Ministerio que se restaurase la condición laica del Estado mediante la retirada del crucifijo.