Mohamed Abukan Ibrahim, de 48 años, fue lapidado el domingo pasado en el campo de fútbol de la población de Afgoye, 30 kilómetros al noroeste de Mogadiscio. Un tribunal islámico, controlado por la milicia integrista Hezb al Islam, lo culpó de adulterio. Su pareja se salvó de la muerte al ser soltera y menor de edad. Recibió cien bastonazos. Otro hombre, Ahmed Awale, fue ejecutado por haber matado a un vecino. Un familiar del muerto le disparó en la cabeza. Familiares de los dos ajusticiados intentaron luego matar al juez, miembro de otro clan, y en la refriega murieron tres personas más. Las milicias de Hezb al Islam y de Al Shabab son próximas a Al Qaeda y combaten contra el gobierno de transición somalí. La mayor parte del territorio está bajo su control y allí se aplica la versión más radical de la charia
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