Esto constituye para el cómico, la demostración de que la Iglesia Católica sigue teniendo un poder increíblemente fuerte y “controla muchas cosas por detrás”. Por todo ello considera que sigue habiendo mucho trabajo por hacer pero: “no para eliminar la religiones, sino para poder tener un plantamiento de sociedad atea que sea respetada”.
Destaca además el hecho de que el Concilio se celebrara en una ex iglesia desconsagrada que perteneció a la Inquisición y donde se realizaban autos de fe. Para Bassi esa fue la imagen más potente del evento, poder hablar de ateismo en un lugar en el que durante siglos la gente gritó, lloró y fue sometida a tortura en nombre del Dios del amor.
Leo Bassi también ha criticado la posición del PSOE con respecto al Concilio y sobre todo la de Izquierda Unida, que primero apoyó el evento, pero cuando el alcalde de Toledo se opuso, respaldaron esta decisión y terminaron apoyando los obstáculos que, lo que considera la parte más oscurantista de la Iglesia, levantó contra ellos. “Al final se opusieron a un acto con astrofísicos, biólogos y profesores de filosofía en donde se discutió civilizada y profundamente sobre aspectos de la condición humana”.
Finalmente el cómico y filosofo rechaza frontalmente que haya sido un acto provocativo: “¿De qué manera hablar de filosofía puede ser una provocación? Si estamos ya en una sociedad en la que simplemente hablar de ateismo es considerado una provocación, significa que están las cosas muy mal”. Bassi destaca que los asistentes al Concilio no eran estudiantes marginales, sino de gente de mediana edad, perfectamente integrada en la sociedad, dueños de negocios y con poder adquisitivo, que compartían unos ideales ateos y una visión más bien laica de las cosas.