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Separación o comunidad, o ¿El modelo francés es, de verdad, solamente Francés?

La esencia de la Ley de 1905 se concentra en los primeros dos artículos

Articulo 1: “La República asegura la libertad de conciencia. Garantiza el libre ejercicio de los cultos , en adelante, bajo la única restricción,proveniente del interés que hace al orden público.”

Artículo 2:”La república no reconoce, no mantiene, ni subsidia religión alguna. En consecuencia, luego del 1° de Enero siguiente a la promulgación de esta ley, todos los gastos, concernientes al ejercicio de los cultos, se suprimirán de los presupuestos del Estado, departamentos y comunas..” Les recuerdo que desde Napoleón I hasta 1905, el sistema que prevaleció fue el Concordato i.e. un sistema mediante el cual La Iglesia Católica Romana estaba especialmente financiada por los impuestos públicos.

También les recuerdo que no era la primera vez que tal ley de separación existió en Francia, ya que surgió como resultado de la Gran Revolución Francesa, desde 1795 hasta 1801 (Hasta el Concordato de Bonaparte)y en 1871 durante le breve, aunque gloriosa, Comuna de Paris. En este sentido podemos decir, que la separación es por su naturaleza coherente, con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y que fue cuestionada cada vez que se confiscó el poder popular. Hablaré de esto más adelante.

Empecé con las leyes de Educación porque jugaron un rol importante en el advenimiento de la ley de 1905: una generación se había educado en los bancos de la escuela pública- es decir- estatal y por lo tanto, la opinión pública estaba madura para la separación. Pocos años antes, en 1901, se había sancionado una ley referida a la libertad de asociación, que permitía y aún lo hace, a cualquiera asociarse de cualquier forma, con diferentes propósitos o metas. Esta ley no tiene equivalente en el mundo y tampoco lo tiene la de 1905. En realidad, ambas están relacionadas al establecer la libertad de asociación, se podía transferir a las Iglesias establecidas ( la Católica Romana, tanto como a las Protestantes y Judía) del sector público al privado..

Si se examina detenidamente los dos artículos más importantes de la ley de 1905, se advierte que el artículo 2: es decir, el no reconocimiento y la ausencia de subsidios por parte del Estado a cualquier culto, se presenta como una consecuencia natural del artículo 1, el cual, repitámoslo una vez más, provee la libertad de conciencia y la liberta de ejercicio de los cultos. Se debe a que la libertad de conciencia consiste en, la libertad de creer o no creer, de practicar o no practicar una religión y que el Estado no se permite a sí mismo ninguna interferencia en esta esfera. Como contraparte de la completa libertad que se reconoce a las iglesias, éstas, a su vez, se ven impedidas de intervenir en la esfera pública. Llamamos “clericalismo” a tal intromisión..

Secularismo [laicismo] es establecer la separación entre las religiones y el Estado. Esto no significa, absolutamente, una manera no religiosa de pensar, ni siquiera una anti-religiosa. Tampoco una manera diferente de nombrar a una falta de interés en la religión o al ateísmo, por ejemplo. Algunos países han establecido al ateísmo como doctrina del Estado y nadie puede decir que esos países hayan tenido un alto nivel democrático.

La ley de 1905 no iba contra las creencias religiosas, no era una ley restrictiva; por el contrario, fue una gran ley de libertad. Si tal no hubiera sido el caso, ¿ cómo podría esta ley, a pesar de algunas dificultades, aunque no numerosas, sino organizadas por pequeños grupos “extremistas”, que intentaban saquear a Francia, lograr el consenso en un país,por ese entonces, de mayoría católic¨?

En ocasión del centenario de la Ley de 1905, se suscitaron numerosos comentarios. Hubo algunos intentos prejuiciosos de re-escribir la Historia, por ejemplo, en Le Monde: el diario que suele narrar la verdad sobre temas pequeños, para poder decir mayores mentiras sobre los grandes temas. Pero Le Monde no es el único diario que lo hace. Gran parte de la ley de 1905 es obra de la Libre Pensee de aquel tiempo. Aristide Briand, el expositor del Comité Parlamentario sobre la ley, y Ferdinand Buisson, presidente de la comisión encargada de la redacción de la ley, eran ambos Librepensadores. El mismo F. Buisson presidía la Federación Francesa de Librepensadores. La ley fue casi totalmente redactada en el Congreso Mundial del Libre Pensamiento, en 1904,en Roma. En 2005, los diarios y algunos comentaristas manifestaron que la ley de separación, había sido la obra de los moderados de ambas partes; los moderados de la Libre Pensée y los católicos moderados, contra los extremistas de ambos bandos. Esto es totalmente falso. Todos los Librepensadores que eran miembros del Parlamento votaron a favor. Mientras que el Papa( quien se supone representa a todos los católicos, según creo), al día siguiente de la votación, urgía a éstos a rechazar la ley y curiosamente, a establecer asociaciones vinculadas al culto que debían constituirse para administrar los edificios religiosos. Como consecuencia, el Estado y las Comunas debieron sortear la situación, convirtiendo los lugares del culto y las Catedrales, construidas antes de la ley, en edificios públicos , mantenidos y restaurados con dineros del pueblo.

En la actualidad, no obstante estos argumentos, La Iglesia jamás aceptó esta ley y sea directa o indirectamente, a través de políticos que representan los intereses de la misma, ha procurado minimizar la ley o, con mayor contundencia, cuestionarla, cada vez que puede hacerlo.

En esta tarea, la han acompañado otras religiones, tales como la Federación Protestante, la cual- contradiciendo su apoyo a la ley de separación de 1905, por razones estratégicas, algunas veces hasta se anticipa en su accionar para encabezar las demandas de lo que denominan: “ el retoque” de la ley. El pretexto es que han ingresado recién llegados al juego, tales como nuevas religiones, que no fueron tenidas en cuenta en 1905,por ejemplo: el Islam. Como no deseo desviarme del tema, hablaré más adelante, sobre esto.

Primero, doblegaron la ley de 1905- y fue un duro golpe- al propiciar el Concordato de Bonaparte en tres departamentos: el Alto Rin, el Bajo Rin y la Moselle. cuando fueron devueltas por Alemania a Francia, luego de la Primera Guerra Mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial, por supuesto, el Régimen de Vichy estableció un férreo sistema anti-secular: educación religiosa en las escuelas, enseñanzas de los deberes hacia Dios, subsidios a las escuelas privadas. Regresaron las congregaciones religiosas y las asociaciones pertenecientes al culto fueron autorizadas a recibir donaciones y legados, que estaban prohibidos por la ley de 1905, para impedir que los sacerdotes presionaran a los moribundos para engatusarlos respecto a sus herencias. Se autorizó a las comunas a pagar por el funcionamiento de las iglesias ( no sólo por el mantenimiento de los edificios como dije antes).

Deben recordar que la mayoría de estas disposiciones fueron mantenidas luego de la Liberación , lo que es periódicamente denunciado por la Libre Pensée.

La Cuarta y Quinta Repúblicas que siguieron a la Guerra instrumentaron y desarrollaron extensas reglamentaciones anti-seculares que violaban la ley de 1905: en pocas palabras: hay leyes que exigen que las comunas subsidien escuelas privadas (el 95 por ciento de ellas son religiosas) y otorguen becas a sus estudiantes. Recuerden que los directivos y maestros que trabajan en escuelas primarias y secundarias privadas– mientras estas escuelas funcionen con contratos con el Estado- reciben sus salarios de éste- igual que los directivos y maestros de las escuelas públicas.

Un enorme flujo de fondos públicos se vuelcan a las iglesias a través de sus escuelas, así como a través de asociaciones familiares, asociaciones comunales, movimientos juveniles, y hasta clubes deportivos. La Libre Pensée ha comenzado a levantar un inventario de todos los fondos públicos malversados. El 9 de Diciembre de 2006 ( la Ley de separación de 1905 fue sancionada el 9 de Diciembre y el inventario de los lugares de culto fue levantado en 1906) dimos a conocer “Los Estados Generales en defensa del Secularismo” y en esta ocasión presentamos un informe completo que puede obtenerse aquí y que denominamos: “El Libro Negro de Violaciones al Secularismo”. Nuestra evaluación llega a una suma total de 10 millones de euros por año que es desviada de los fondos públicos a las iglesias, principalmente a la Iglesia Católica Romana. Para una idea más precisa acerca de esta asombrosa suma de fondos públicos, hay que tener presente que el total del impuesto sobre la renta es de cuarenta y nueve billones de euros al año La deuda nacional alcanza a los cuarenta y dos billones. Queda claro que, en Francia, un 20% del impuesto a la renta y una cuarta parte de la deuda nacional va a parar anualmente a la Iglesia Católica Romana: una vez más, la gran beneficiada en nuestro país.

Algunos de nuestros amigos en Francia y Europa y otros que no se encuentran en términos amigables con nosotros, por decirlo amablemente, formulan la siguiente pregunta: puesto que hay tantas violaciones al secularismo en Francia ¿ no es ésta la prueba de que “el modelo francés” de secularismo, “la laicité á la francaise” no es la solución correcta? ¿Y que la ley de 1905 debería ser rescrita, adaptada, corregida, adicionada o hasta desechada? La cuestión es: ¿Debemos arrojar al bebé junto con el agua del baño? ¿ Debemos desechar una ley en forma definitiva porque es permanentemente violada?. “ No Matarás”: por desgracia, el crimen se da en todas partes: ¿deberíamos descartar ese principio y sancionar una nueva ley que consienta el crimen? La Paz es buena. Por desgracia, hay guerra por todas partes: ¿deberíamos entonces abandonar la lucha por la paz y por reestablecerla donde quiera? Hay ejemplos innumerables de este tipo de razonamiento. No. No debemos abandonar la lucha por la Ley de 1905, bajo ningún pretexto: las embestidas contra la ley confirman la idea de que todo debe hacerse para restaurarla. Es esencial para la República tanto en Francia como en el resto del mundo. Retomaré luego este tema.

El secularismo defiende también otro valor: el hecho de que el Estado deba limitarse a sí mismo a la esfera pública significa que solo reconoce a los individuos como ciudadanos, sin distinguirlos por sus creencias, religiones u opiniones filosóficas. Lo que prevalece es la igualdad de todos ante la ley.

Al mismo tiempo que vemos, en Francia, las continuas embestidas contra el secularismo, contemplamos crecer distintos tipos de comunidad. Estos tipos de comunidad, cualesquiera sean las opiniones y los valores que esgriman, son usados frecuentemente como caballos de Troya por los enemigos de la democracia, particularmente por las iglesias que se están vaciando. Podemos entender la causa: Según una encuesta confiable del semanario católico La Vie, 16 por ciento piensan que Jesucristo no existió o que probablemente no existió; sólo el 39 por ciento cree que fue el hijo de Dios. En otro sondeo de opinión de.. Le Pelerin – otra revista católica –el 89 por ciento de los católicos piensan que la intervención divina no tienen nada que ver con los milagros y un 16 por ciento piensa que no existen:¡ pueden ustedes ver como progresa la Iglesia Católica Romana ! Tomen nota de que esto no vacía la cueva de Lourdes.

Más seriamente: si la comunidad sostiene algunos valores característicos de grupo, de cultura, de tradición que pueden cultivarse en la esfera privada si así lo desean, se convierte en enemiga de la libertad, si exige derechos especiales en la esfera pública, y en enemiga de la emancipación si trata de evitar a alguien que salga de ella..A la cultura humana universal trata de oponer su cultura interna, limitada y restrictiva. Ernest Renan, en una conferencia en la Sorbona in 1882, que se convirtió en la piedra fundamental del concepto que define a una nación, lanzó la pregunta:”¿Qué es una nación?” “considerando que antes que una cultura francesa, una cultura alemana, una cultura italiana, hay una cultura humana”.¿No lanzó acaso la pregunta más relevante? “No tenemos derecho a viajar por el mundo tocando los cráneos de la gente, para luego asirlos por la garganta y decirles: Ustedes son de nuestra sangre! Ustedes nos pertenecen!”, agregó.

La identidad de un hombre no se mide por su pertenencia a un grupo, a una etnia, a una casta. Él es un depositario de todos los logros de la civilización humana, en lo que tiene de mejor, que es universal y permanente. Escuchemos al filósofo francés Alain Finkielkraut, quien sintetizó claramente la diferencia entre 1789 y las castas, en su libro “La Derrota del Pensamiento” de 1989:

«Hasta entonces, los individuos se definían por su posición en el orden social y de pronto rompieron filas. Todos resultaron estar más allá de las castas”. Ernst Bloch [un historiador] lo denominó:” el derecho de arrojar sus libreas”

Y Finkielkraut concluía: “Entonces, la opción es sencilla: o los hombres tienen derechos o son sirvientes con librea”.

¿Y podemos solicitar entonces que- puesto que los Estados financian las religiones-debieran también financiar las comunidades humanistas no religiosas?

¿ Cuál es la conexión entre el secularismo, considerado no como una manera no religiosa de pensar, sino como un sistema legislativo institucional que separa la esfera pública de la esfera privada?¿ Y qué es una comunidad no religiosa? Un conjunto de individuos que se reconocen a sí mismos en valores comunes no religiosos? ¿Un partido político? Yo no soy creyente. Creo que un gran número de personas e esta audiencia tampoco lo son.¿Significa esto que compartimos el mismo punto de vista acerca de todo, como le sucede a un creyente que debe honrar los dogmas? ¿ Es que tenemos el derecho de decir a los Estados: “Representamos a todos aquéllos que no tienen una representación religiosa, dennos dinero?” Si queremos hacer del secularismo la religión de los no creyentes y basamos nuestra actividad en el otorgamiento de subsidios públicos, entonces, podremos decir que la separación es un bello concepto que defenderemos con entusiasmo en un Congreso, pero que debemos descartar rápidamente, como una propuesta inútil y de ningún valor efectivo.

Si queremos ser coherentes con nosotros mismos, debemos decir a los Estados: ¡ Dejen de financiar a las comunidades, a todas las comunidades! ¡Usen el dinero público para desarrollar los servicios públicos: hogares diurnos, escuelas, hospitales, centros de salud, caminos, centros culturales, oficinas de Correo, servicios públicos de energía y transporte. Si hay una competencia entre comunidades, creyentes y no creyentes, que ésta sea mediante el medio democrático de un libre debate, sin privilegios para ninguna de las partes. En iguales términos y sin interferencia del Estado. Las cifras son claras: mientras menos gente hay en las iglesias, más dinero reciben de los Estados y es también mayor la cantidad de fondos y protección que reclaman de éstos. Si se insiste en el mantenimiento de la distribución de los dineros públicos de manos del Estado, se permite, que las Iglesias en decadencia, prolonguen indefinidamente su agonía.

La Unión Europea, cuya constitución, sugerida o bosquejada, se basa enteramente en la doctrina social de la Iglesia Católica Romana- con preámbulo o sin él, referente al pasado religioso o humanista de los Estados Miembros.¿Por qué hemos de sorprendernos, entonces, de que se procure bloquear, toda evolución de los países hacia la separación de las religiones y los Estados, mediante el congelamiento en la reglamentación de las relaciones existentes, en cada país, al momento de la ratificación del tratado?

¿Por qué sorprenderse cuando el Consejo de Europa prioriza el diálogo con las iglesias?

¿Por qué sorprenderse cuando en una delegación a Bruselas, los librepensadores ingleses y franceses fueron informados, de que era natural que se priorizara las relaciones con las iglesias, antes que con las asociaciones humanistas, puesto que las primeras representaban lo trascendente mientras que las segundas, lo inmanente?

Es un lugar común asumir que la palabra “laicité”( secularismo) no tendría traducción a ningún otro idioma:: da la impresión de que una nueva maldición divina hubiera caído sobre esta Torre de Babel, que los humanistas están tratando de construir, “cuya cima llegaría a los cielos”.

¿Dijiste “ Laicité”? Nadie te entiende, amigo, no existe en el idioma de la Unión Europea, ni en ningún idioma hablado por gente honesta.

Y bien:” …dame la palabra y te daré la cosa”…, como escribió un poeta librepensador francés del siglo XVIII,( a propósito: era un cura), en un poema gentil aunque algo vulgar, a una hermosa dama.

Todos aquéllos que hablan de la imposibilidad de traducir la palabra “Laicité” a otros idiomas son los mismos, en efecto, que quisieran que nada cambia que se mantengan todos los privilegios del pasado. Porque, al fin de cuentas;¿es esa idea de que las creencias deben confinarse a la esfera privada y no deben interferir en la esfera pública , tan extraña, para los ciudadanos de cualquier parte del mundo?

¿ Qué resulta intraducible? El hecho de que millones de Euros se viertan, en absoluta legalidad, en las iglesias establecidas y reconocidas por los Estados? En Alemania, en 1999, por ejemplo, los Católicos y los Evangelistas recibieron más de cuatro billones de Euros cada uno, lo que representa el 28% de su presupuesto.¨

¿Es intraducible el pensar que resulta insoportable que la Iglesia Católica , en la mayoría de los países europeos (incluyendo el territorio francés) mantenga derechos de privilegio concedidos por los Concordatos?

¿Puede entenderse que resulte insoportable que en Alemania el beneficio para un desempleado no creyente se debite, en forma automática, a la cantidad de fondos que le corresponden a los impuestos de la Iglesia, aunque no los pagara cuando estaba empleado?

En el mismo país:¿ es natural que alguien que desee abandonar la iglesia a la cual pertenece, deba pagar un impuesto de treinta a cien euros?

¿Es extremista o pasado de moda, solicitar que las iglesias no se escondan tras el escudo del Estado, mediante leyes que condenan la blasfemia, incluso para aquéllos que no comparten la creencia que contiene la supuesta blasfemia?

Es obvio que buscan impedir toda crítica a sus ideas retrógradas. Hay leyes contra la blasfemia en todos los países europeos, con la excepción de Francia y Bélgica, y .sin embargo, en estos mismos países, hay leyes que castigan toda injuria. De tal manera, que los obispos franceses han iniciado una demanda reciente, por un cartel de publicidad comercial que exhibe La Última Cena en la cual-¡ qué vergüenza!-sólo hay mujeres. En la primera audiencia el cartel fue condenado. Por fortuna, la Corte de Casación, la máxima jurisdicción en Francia lo desechó. « Laïcité » es también la exigencia de la abolición de toda reglamentación acerca de la blasfemia. Estas leyes pertenecen al pasado. Deben ser liberadas del peso de la ley en Estados modernos..

Nuestros amigos de la Sociedad Nacional Secular han redactado un programa para Gran Bretaña. Lo hemos publicado en nuestro periódico trimestral”L’Idée Libre”, precisamente, en la sección sobre ese país. Se consigue en la delegación Francesa a muy bajo precio. Lo siento, pero está en francés, pero ésta es, una vez más, presumo: una especialidad, « à la française ». ¿Cuál es este programa que desean incluir en la Constitución por la cual están luchando?.

  1. No hay una Iglesia oficial..
  2. El Estado no financiará actividades religiosas.
  3. Los ingresos de todos los servicios públicos son independientes de las religiones.
  4. Ninguna religión o secta puede influenciar a la legislación.
  5. Ningún acto público debe tener como finalidad principal alentar la práctica religiosa..
  6. Ningún acto público debe tener el propósito de prohibir la práctica religiosa..
  7. No le está permitido al Estado corregir una doctrina religiosa , ni interferir en las jerarquías de las religiones.
  8. No se le permite al Estado expresar ningún credo ni preferencia religiosa.
  9. No se permite a los políticos en ejercicio, expresar sus preferencias religiosas, durante el tiempo de su mandato electoral.

¿Es éste un programa solamente para los británicos?

¿Considerarlo bueno sólo para Gran Bretaña, incapaz de cruzar los mares y alcanzar otras tierras, como su muy cuestionada cocina?

No lo creemos. Es el verdadero significado de lo que llamamos « la Laicité ».Es el fruto de la experiencia de nuestros camaradas británicos, como la ley de 1905 fue el fruto de la experiencia de los librepensadores de Francia que la redactaron. Cada país puede y debe hallar su propio camino, hay muchas formas, pero el objetivo sólo vale la pena, si se procura que la humanidad de un paso adelante, en la ruta hacia una democracia verdadera.

He mencionado que la defensa de la ley de 1905 es esencial para toda la humanidad. Pero ¿podremos luchar de la misma manera en el mundo, por la separación de las Iglesias y del Estado, si ya no hay más ley de separación en Francia o si esta ley es por completo distorsionada y vaciada de su contenido?

Muchas Gracias..

Claude Singer

(Traducción Susana Tampieri)

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