Abu Ishak Al-Houwayni, prestigioso jurisconsulto y teólogo muslim, ha afirmado durante un debate que «la cara de una mujer es como la vagina».
En Egipto, hace unos días, durante un coloquio en el que se debatía sobre la cuestión del velo islámico, se recordó a Hoda Shaarawi, la más notable feminista árabe de principios del pasado siglo, que es conocida por ser la primera egipcia que se arrancó el velo en un lugar público para reivindicar la libertad de la mujer en las naciones musulmanas.
Shaarawi, nacida en el seno de una familia adinerada, luchó contra la ocupación británica que sojuzgaba a su país y desarrolló una intensa actividad feminista. A su regreso de un viaje a Roma efectuado en 1923, donde había asistido a una conferencia internacional sobre los derechos de la mujer, como gesto de desafío a la tradición islámica se quitó el velo en una estación de ferrocarril, mostrando de este modo su rechazo a la opresión y el sometimiento servil de la mujer.
Respecto a la personalidad y mensaje de Hoda, el conocido intelectual Sheik Al-Houwany espetó durante el coloquio a los asistentes: “¿Qué es el velo?. El velo es lo que cubre el rostro de una mujer. Por lo tanto, la cara de una mujer es como una vagina”… Con tan enigmáticas palabras, el prestigioso teólogo no quiso afirmar que las mujeres tengan literalmente las facciones como una “sonrisa vertical”, sino que la jeta femenina, como la vagina, atrae y extravía a los varones, de ahí su obligada ocultación bajo una funda, ya sea el discreto niqab o un buen burka.
La rusticidad argumentativa de este zafio personaje no merecería demasiada atención, salvo chanzas y asco, sino fuera porque individuos de semejante catadura son quienes están recibiendo de la sociedad egipcia un apoyo masivo, por cierto, expresado de manera democrática; por otro lado, queda por ver cómo será el futuro en Egipto para las mujeres desobedientes, los cristianos , los ateos y judíos, bajo el yugo de los Hermanos Musulmanes.
La “Primavera Árabe”, como se observa en éste VÍDEO, no ha hecho que los soldados y policías porten flores en el cañón de los fusiles; pero todo es susceptible de empeorar gracias a fanáticos iluminados y risibles indigentes mentales muy doctos en teología islámica.
Archivos de imagen relacionados
