COMENTARIO: El laicismo ya sabe en qué acaban estas declaraciones de los dirigentes del PSOE. La prueba es evidente, años de gobierno en los que en vez de avanzar en el laicismo, se ha dado marcha atrás y se han favorecido los privilegios económicos, simbólicos o jurídicos de la iglesia y de otras religiones. Incapaces de cumplir su propio programa electoral para revisar una ley de Libertad Religiosa, claramente confesional católica, pese a miles de firmas que les entregamos en apoyo a una ley de Libertad de Conciencia. Así que poco cabe esperar de estas palabras, ahora que no se gobierna y en el calor de una lucha por la Secretaría General, que necesitaba el apoyo de algunas bases que están hartas del clericalismo aceptado por el PSOE en el gobierno.
Además tanto el Concordato como los Acuerdos no necesitan una revisión, sino su derogación total. El Estado no puede considerar y validar un estado ficticio como el Vaticano para realizar traatados internacionales. El Estado debe actuar y legislar para toda la ciudadanía libre de tutelas religiosas de cualquier confesión.
El nuevo PSOE, el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba, recupera el proyecto laico que en su día inició José Luis Rodríguez Zapatero pero que nunca llegó a concluir. Y lo hace con una propuesta de calado: la de la revisión del concordato de España con la Santa Sede, que rige las relaciones bilaterales y que desde su firma durante la transición a la democracia otorga privilegios fiscales y de financiación a la Iglesia católica.
"Si retrocedemos y si cada vez que la derecha llega al poder reconsidera todas aquellas leyes que hemos hecho entre todos para aumentar los derechos civiles y trata de imponer dogmas que no son del conjunto de los ciudadanos, sino de algunos, el PSOE se replanteará seriamente la revisión de los acuerdos con la Santa Sede, ¡seriamente, seriamente!".
Con esas palabras, Rubalcaba desató el entusiasmo de los socialistas ya el sábado, en el discurso con el que pidió a los delegados el voto para convertirse en el nuevo secretario general de la formación española que, desde diciembre, se encuentra en la oposición.
Una vez asumidas hoy las riendas de la formación, la propuesta se incluyó en el programa marco -las líneas ideológicas básicas para los próximos cuatro años- que fue aprobado en el 38 Congreso Federal. "El PSOE propone a la sociedad una estrategia sin privilegios ni distinciones entre las diferentes confesiones religiosas", señala la resolución.
El Estado español financia anualmente con unos 6.000 millones de euros las actividades educativas, sociales, sanitarias y de culto de la Iglesia católica, para enojo de la izquierda en un país en el que, aunque aún mayoritarios, ha ido descendiendo en los últimos años el número de católicos y los matrimonios civiles superan desde hace tiempo a los religiosos.
También Carme Chacón había aludido al tema durante su intervención del sábado ante los delegados, donde defendió que España debe convertirse en "un país laico". "Queremos una sociedad libre de tutelas confesionales, donde todas las religiones son tratadas con respeto pero ninguna con privilegios", dijo la oponente de Rubalcaba. "Llevamos 30 años aguantando demasiado, ¡30 años aguantando demasiado, con todas sus consecuencias!".
Esta recurrencia en el 38 Congreso Federal del PSOE hace prever que la advertencia a la Iglesia católica española, financiada con generosidad con dinero público, será un asunto en el que los socialistas insistirán. La idea es concretar la propuesta y presentarla vía parlamentaria en esta legislatura, según indicaron fuentes socialistas a dpa.
Además, en otra de las resoluciones aprobadas, se apunta la posibilidad de sacar del horario lectivo de los colegios la asignatura de religión, algo que el gobierno de Zapatero se planteó en su día, pero que tampoco llegó a hacer.
La recuperación del proyecto laico por parte del PSOE de Rubalcaba llega en un momento en el que el gobierno de Mariano Rajoy ha anunciado modificaciones en dos de temas de los que en su día hizo bandera el Ejecutivo socialista: el aborto, que despenalizó el gobierno de Zapatero con una ley de plazos, y la asignatura escolar Educación para la Ciudadanía, introducida para fomentar valores ciudadanos y constitucionales y que la Iglesia católica considera una "imposición" moral.
Las relaciones entre el Ejecutivo de Zapatero y la Iglesia católica fueron tensas, sobre todo durante el primer mandato del socialista, cuando se aprobó el matrimonio homosexual, contra el que una veintena de obispos participó en una manifestación poco antes de su aprobación, en 2005.
Tampoco gustaron nada la agilización del divorcio o la experimentación con células madre y los obispos nunca evitaron pronunciarse al respecto con dureza, en lo que desde algunos sectores se considera una injerencia directa de la Iglesia católica en los asuntos públicos. Desde la Santa Sede, Joseph Ratzinger criticó a España como "vanguardia del laicismo".
Zapatero, agnóstico declarado, se comprometió a separar para siempre los asuntos civiles de los religiosos en un país que su Constitución define como aconfesional.
Pero pese a la tensión con los obispos, no sólo no se planteó revisar el concordato con la Santa Sede, sino que acabó negociando con la Iglesia católica una mejora de su financiación directa. Y eso que en el programa electoral con el que llegó por primera vez a La Moncloa, en 2004, había abogado por que cada religión se financiara con las aportaciones de sus fieles, como ocurre por ejemplo en Alemania.
El proyecto de reforma de la ley de libertad religiosa, con el que los socialistas pretendían entre otras cosas hacer desaparecer los crucifijos de las dependencias públicas, quedó además aparcado en la segunda legislatura de Zapatero, en la que la necesidad de hacer frente a la peor crisis económica de la reciente historia de España relegó este asunto.
El nuevo secretario General, Alfredo Rubalcaba, durante su discurso de clausura del 38º congreso del PSOE que se ha celebrado en Sevilla. EFE/ Juan Ferreras
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