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Retiran una estatua del patrón de la Policía de la comisaría de La Moncloa por ser un “símbolo religioso”

La comisaria María Marcos y Pedro Sánchez, el 18 de febrero en la inauguración del nuevo Centro de Mando y Seguridad de La Moncloa. EP

Esta debía ser la actitud de todos los responsables de edificios públicos de este país (comisarías, universidades, centros escolares, hospitales, juzgados, cuarteles,…) donde lamentablemente siguen presentes símbolos religiosos propios de una época nacionalcatólica que vulnera la aconfesionalidad estatal. La retirada de toda símbología religiosa y particular es la única manera de cumplir con los principios de igualdad y no discriminación de toda la ciudadanía, sean cuales sean sus creencias y convicciones, y con la neutralidad del Estado, que no puede favorecer, privilegiar o discriminar ninguna de ellas.


  La comisaria principal María Marcos dice que la imagen del Santo Ángel de la Guarda en un edificio público va en contra del “principio de laicidad del Estado” y la sustituye por una bandera con el escudo institucional del Cuerpo Nacional de Policía

La directora del departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno, María Marcos Salvador, ordenó a finales del pasado año la retirada de una estatua del patrón de la Policía Nacional de la comisaría especial de La Moncloa al tratarse de un “símbolo religioso” y estar ubicada en un edificio público, lo que va en contra del “principio de laicidad del Estado”.

Ésta fue la respuesta que ofreció la comisaria principal al comité regional de Madrid de la Confederación Española de Policía (CEP) cuando le demandó explicaciones en diciembre sobre los motivos por los que la imagen del Santo Ángel de la Guarda no ocupaba su lugar habitual -en la entrada de la comisaría especial de la Presidencia del Gobierno- y le pidió que la repusiera “a la mayor brevedad posible”.

En su escrito, la organización sindical se hacía eco del “malestar generalizado” que la decisión había causado entre los agentes destinados en dichas dependencias policiales, agravado por el hecho de que fue el “único símbolo” religioso retirado de dichas instalaciones. Así, se mantiene una réplica de la Virgen del Pilar, patrona de los guardias civiles.

El mando policial acordó la retirada de la estatua y su sustitución por una bandera con el escudo institucional del Cuerpo Nacional de Policía por ser la presencia de aquélla “contraria al principio de laicidad del Estado”, según ha justificado.

En su artículo 16.3, la Constitución proclama la condición aconfesional del Estado español, al disponer que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”. La Carta Magna no menciona el término ‘laico’, expresión que sí viene utilizando el Tribunal Constitucional desde 2001 al hablar de “laicidad positiva”.

María Marcos recuerda que la imagen del Santo Ángel de la Guarda se encontraba en el vestíbulo de la comisaría especial de la Presidencia del Gobierno junto a la oficina del Documento Nacional de Identidad (DNI), una zona “muy transitada” al ser frecuentada por los más de 2.000 empleados públicos que trabajan en el complejo de La Moncloa y por sus familiares directos cuando han de llevar a cabo trámites como la renovación del DNI o el pasaporte.

“Orgullo personal y profesional”

En su fundamentación, la comisaria principal recurre también a la doctrina del Tribunal Constitucional, que en sentencias fechadas en 1982 y 1996 estableció que “la presencia de simbología estática religiosa en los edificios públicos es contraria al citado principio, por propiciar confusión entre los fines religiosos y los fines públicos o porque de su exhibición exclusiva pueda inferirse una cierta desigualdad respecto al resto de creencias o afectar a la sensibilidad de quienes no profesan ninguna”.

Igualmente, el mando policial recuerda que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) también ha dejado claro que “el Estado tiene la función de organizador neutral e imparcial del ejercicio de varias religiones, creencias y confesiones con el objeto de fomentar el orden público, la armonía y la tolerancia religiosa (…)”.

En su respuesta a la CEP, María Marcos expresa su “sentimiento de orgullo personal y profesional” por el Cuerpo al que está vinculado desde hace más de 36 años y “al patrón el Santo Ángel de la Guarda”,  al tiempo que reitera el derecho de los agentes adscritos al Departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno a profesar su religión o creencia “en el ámbito de su privacidad” bajo las premisas de respeto, tolerancia y no discriminación.

La comisaria principal relevó el pasado 14 de septiembre al coronel de la Guardia Civil Alejandro Hernández Mosquera -hoy jefe de la Comandancia en Baleares- al frente del Departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno. María Marcos había ocupado con anterioridad la dirección del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO).

Relegó a un guardia civil

La llegada de Fernando Grande-Marlaska al Ministerio del Interior tras prosperar la moción de censura promovida por el PSOE supuso que dos de los tres hermanos Hernández Mosquera fueran relegados de los puestos que ocupaban. Así, Juan Hernández Mosquera fue destituido como director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad -cargo que pasó a ocupar el comisario José Antonio Rodríguez González, conocido como Lenin– y Alejandro Hernández Mosquera fue desplazado meses después como máximo responsable de seguridad en La Moncloa.

Santo Ángel de la Guarda, patrón de la Policía desde 1926

Durante el reinado de Alfonso XIII, el Ministerio de Gobernación declaró al Santo Ángel de la Guarda como patrono de los cuerpos de Vigilancia y Seguridad, antecesores de la Policía Nacional. Fue mediante una real orden fechada el 31 de marzo de 1926, semanas después de que el Papa Pío XI autorizara tal patronazgo.

Hasta 1973, la conmemoración tenía lugar el 1 de marzo, acordando la Iglesia Católica a partir de ese año retrasarlo al 2 de octubre. Con motivo de esa festividad, el Cuerpo Nacional de Policía organiza actos conmemorativos, en los que tiene lugar la entrega de medallas y cruces al Mérito Policial con distintivos rojo o blanco con las que el Cuerpo reconoce la trayectoria de los agentes.

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