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Rescindir el contrato de un cura o no subvencionar romerías: las medidas del Ayuntamiento de Zaragoza que sublevan al PP

“Ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Es el punto 3 del  artículo 16 de la Constitución Española. En el punto 1 del mismo artículo, dice: “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación”. Resulta lógico, por ende, sostener que las administraciones deberían reconducirse hacia una preceptiva aconfesionalidad (según la Real Academia Española, aconfesional: que no pertenece ni está adscrito a ninguna confesión religiosa).

Desde su llegada al Ayuntamiento de la capital aragonesa, Zaragoza en Común ha ido tomando una serie de medidas tendentes a alcanzar dicha cualidad. Siendo respondido cada paso, desde los sectores más conservadores, como un oprobio mayúsculo contra la libertad religiosa.

Las episodios más recientes –en el actual mes de enero– fueron la decisión del equipo de gobierno municipal de rescindir la relación contractual que el Consistorio mantenía, desde hace 34 años, con un sacerdote para que diera servicio al Cuerpo de Bomberos –algo que IU ya denunció en la pasada legislatura–. Según fuentes municipales, esta persona cobraba 4.200 euros al año.

La otra medida consistió en modificar el recorrido de la cabalgata de Reyes y que estos no hicieran una parada en el Belén de la plaza del Pilar para adorar al Niño Jesús.

Cada decisión al respecto genera una plétora de críticas, encabezadas por el PP. Estas dos postreras no han sido una excepción. Jorge Azcón, portavoz de los populares en el Ayuntamiento, acusó al concejal de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, de tener “fobia a la libertad religiosa” por rescindir el contrato del capellán. Demuestra, dijo, “su falta de respeto al sentir mayoritario de los zaragozanos en este terreno”.

El cambio en el recorrido de la cabalgata responde, según el portavoz, “a la obsesión del sectario Gobierno de Pedro Santisteve de apropiarse de las festividades de los zaragozanos con el absurdo intento de separarlas de sus profundas raíces cristianas” y a la “auténtica obsesión antirreligiosa” de Zaragoza en Común.

Las medidas anteriores

Estas solo han sido las dos últimas de una lista que, seguro, seguirá acrecentándose, a tenor de la firme convicción de los y las representantes municipales de que este es el camino correcto.

De la anterior legislatura viene el acuerdo municipal – anulado por la Justicia– de condicionar la cesión de una parcela al Gobierno de Aragón a que esta se utilice para la construcción de un centro de gestión pública -evitando así que pudiera acabar edificándose un centro concertado dependiente de alguna entidad religiosa-. En la misma línea, se aprobó, en julio de 2013 y con el apoyo de PSOE, CHA e IU, una  moción de esta última formación para no ceder de manera gratuita suelos o inmuebles públicos a entidades religiosas para prácticas de culto.

Fuentes municipales aseguran que el propósito, en la actualidad, es no ceder suelo público a ninguna entidad religiosa. Señalan, como ejemplo, que la comunidad islámica reclama con insistencia espacio para construir una mezquita y se les deniega.

Eliminar la misa de bomberos, no subvencionar romerías y no pagar arreglos florales

Nada más llegar al frente del Ejecutivo, se tomó la decisión de retirar el Cristo que presidía los plenos municipales. Este fue restaurado y, actualmente, se guarda en la vitrina histórica del Ayuntamiento. Ya en 2012 se trató de articular esta medida, a través de una declaración de aconfesionalidad de la institución, pero  no salió adelante por los votos en contra del PP y del entonces alcalde, Juan Alberto Belloch (PSOE).

Otro paso se dio en mayo de 2016, cuando se dejó de financiar el autobús que llevaba a los vecinos del barrio del Arrabal a la ermita de San Gregorio, en la romería celebrada cada segundo domingo de mayo. Pocos meses después, en octubre del mismo año, la decisión fue dejar de pagar algunos de los arreglos florales del Rosario de Cristal. Hasta ese momento, los fondos para abonar dichos adornos salían del Servicio de Parques y Jardines.

También relacionado con el Cuerpo de Bomberos, en marzo de 2017, el Ayuntamiento de Zaragoza determinó que la misa por el patrón de los bomberos, celebrada todos los 8 de marzo, dejaría de llevarse a cabo en el propio parque de Bomberos. La cercana parroquia de Santa Ana fue el lugar elegido para albergarla.

Representación municipal en actos religiosos e inmatriculaciones

Trató el Gobierno municipal de evitar que los concejales acudieran –como tales– a actos religiosos. Lo hicieron con una propuesta de cambio del Reglamento de Protocolo, Ceremonial, Honores y Distinciones.  No salió adelante porque PP, PSOE y CHA (aunque con argumentaciones distintas) votaron en contra. Una medida similar sí recibió la anuencia en el Consistorio oscense, y no fue respetada por los ediles de PP y Ciudadanos, que entraron en misa con la banda consistorial.

Importantes esfuerzos se están haciendo también para reclamar los bienes de los que se apropió la Iglesia Católica. Recientemente, la Justicia  dio la razón al Ayuntamiento y levantó el veto para que se pudiera reclamar la nulidad de estas inmatriculaciones.

Encuentro con las distintas confesiones

El pasado mes de julio, el Ayuntamiento de Zaragoza puso en marcha una mesa de diálogo con las distintas confesiones religiosas “para el fomento de la cohesión social en un contexto internacional marcado por el terrorismo yihadista y el discurso del odio”.

El objetivo, explicaron, es “conocer de primera mano las distintas realidades que conviven en la ciudad y propiciar que las entidades religiosas promuevan el reconocimiento social de la diversidad”. Siempre, acentuaron, “desde la neutralidad de las instituciones y bajo la consideración de que la creencia religiosa forma parte del ámbito privado de las personas y debiendo garantizar la separación entre confesiones y Estado”.

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