El obispo de Rancagua, Alejandro Goic, presentó ayer su renuncia como presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos Sexuales a Menores de Edad de la Conferencia Episcopal de Chile. El eclesiástico enfrenta un escándalo y la suspensión de 14 sacerdotes en su diócesis por supuestas conductas cuestionables.

“He presentado mi renuncia indeclinable al Consejo. Necesito concentrar todas mis energías en la diócesis para esclarecer todos estos lamentables hechos, con mis hermanos sacerdotes, apoyando a todas las comunidades, en especial a las que más han sufrido y han quedado sin su párroco”, dijo Goic en una entrevista publicada ayer en el diario chileno La Tercera.

El prelado de Rancagua, localidad ubicada unos 85 kilómetros al sur de Santiago, se refería así a los casos de abusos y conductas impropias que presuntamente cometieron párrocos y sacerdotes de su diócesis y que se dieron a conocer hace una semana en un reportaje televisivo de Canal 13. Ahí se denunció a un grupo de sacerdotes que conformaban una especie de cofradía y que, entre otras prácticas, se contactaban por Internet con jóvenes menores y mantenían conversaciones de connotación sexual.

En reacción a ese reportaje, el obispo Goic, en viaje desde el Vaticano, reconoció que actuó sin la agilidad adecuada en el proceso indagatorio del sacerdote Luis Rubio y otros clérigos mencionados.

En la entrevista con el periódico, Goic aclaró que de los 14 sacerdotes suspendidos (13 párrocos y un vicario parroquial) solo uno, Luis Rubio Contreras (párroco de Paredones), está denunciado por abuso de menores y sus antecedentes han sido entregados a la Justicia civil y enviados a la Santa Sede. “Para los 13 restantes se ha abierto la correspondiente investigación previa para esclarecer si los hechos y sus circunstancias son constitutivas de delitos y así discernir el procedimiento canónico correspondiente de acuerdo a la gravedad de los mismos”, detalló el obispo. “Estas actividades no eran conocidas y yo no fui capaz de darme cuenta, si es que hubo signos visibles. Hoy tengo que reconocer que en eso fui poco cuidadoso”, sostuvo el clérigo.

Tras hacerse pública la renuncia de Goic, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile informó que la dimisión fue aceptada ayer mismo. “Comprendemos que las actuales necesidades y dificultades que han ocurrido en la diócesis que pastorea han hecho necesaria esta determinación”, indicó un comunicado.

El comité informó también que mientras se deciden los pasos más convenientes a seguir para el reforzamiento del Consejo de Prevención de Abusos, esta instancia eclesial será presidida por el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz.

El escándalo de los sacerdotes de la diócesis de Rancagua ocurre en medio de una severa crisis de la Iglesia católica chilena por los casos de abusos sexuales cometidos por religiosos, algo que hizo que todos los obispos convocados por el papa Francisco al Vaticano presentaran su renuncia.

Se espera que el obispo de Roma tome medidas de corto, mediano y largo plazo, entre las que se cuenta la salida de al menos cuatro obispos.

La crisis se desató por el caso de los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima y el supuesto encubrimiento por parte algunos prelados, incluido el obispo de Osorno, Juan Barros. El viernes, se dio a conocer la destitución del ex canciller del arzobispado de Santiago tras haberse auto denunciado por un caso de abuso sexual.