Nací en Barcelona el 25 de diciembre del 36 y mis padres, republicanos, me pusieron el nombre "laico" de Acacia.
En el parte de nacimiento que mi madre pidió al registro civil de Barcelona en el 40, cuando estábamos en exilio en Francia, se puede leer: "Se IMPONE a la persona inscrita en este folio el nombre de Natividad en sustitucion del de Acacia que se entenderá TACHADO DE OFICIO conforme a lo prevenido en la Orden del 9 de febrero de 1939". Una vida entera luchando para imponer mi nombre cuando mis papeles legales llevaban otro.
"Yo no sabía que habian quitado la identidad a la gente", dijo el presidente del Tribunal de París, "es un documento que tiene valor histórico".
Este día recibo el decreto oficial. Un elemento mínimo frente a la historia pero fuerte simbólicamente de la lucha por la memoria.