Pues para estudiar profundideces, como por ejemplo dónde se puede conseguir un objeto de estudio así que salga económico y tal, y que exista, claro, o cómo quedarse quietecico para salir en la foto mientras a los otros, a los que se mueven por ahí metidos en herejías como la teología de la liberación les pegan dos o tres tiros, o para conseguir que el nombre de la compañía de Jesús salga en los papeles y se lleve de boca en boca por el campus y la ciudad, no como ahora que nadie le hace ni puñetero caso, y en fin, para cositas así.
Ya me imagino a los teólogos de la cátedra, todos ellos muy estudiosos y eruditos, metidos en la biblioteca como ratitas, dale que te pego a la reflexión y al pajeo mental (que por cierto el bedel podría encerrarlos y tirar la llave al retrete, que lo mejor es que no les molesten en sus sesudos pensamientos), para que la sociedad avance en bienestar y sabiduría y eso, porque la teología sirve para eso, para mejorar al Hombre, no sólo para mantener ocupados mullidos sillones y orondos sofases.
Hay que reconocer los méritos de estos señores pensantes, que por obra, gracia y pasta de los dirigentes de turno se ponen con esta cátedra a la altura de otros egregios especialistas en profundísimos estudios, como la Criptozoología, la Pitufología, la Angelética y la Limbognosia, disciplinas que han llevado al Hombre a estar donde está, en lo más alto de la escala evolut… perdón, en lo más alto de la pirámide de la Creación, muy por encima de los ateos, escépticos y fabricantes de anillas para cortinas de ducha.
Loa a la cátedra de Teología de la Universidad de Granada, loa, loa… lo han vuelto a hacer.