El Ministerio de Justicia está reelaborando estos días un nuevo reglamento de la Ley de Libertad Religiosa para darle una mayor inclusividad según la Constitución.
Uno de los aspectos es el mecanismo de exoneración del curso de religión en el caso de los colegios estatales–que el anterior reglamento pedía solicitarla demostrando que se pertenecía a otra religión distinta a la católica y el nuevo podría normar que se haga la exoneración por medio de una solicitud simple–.
Ya que es evidente que en el Perú también hay cristianos no católicos, creyentes no cristianos y no creyentes en ninguna religión lo más sensato y práctico debería ser que no se enseñe de forma obligatoria un curso de religión (católica) en los colegios estatales. Todo padre y/o madre de familia tiene el derecho que a sus hijos se les inculque o no alguna religión, pero para el primer caso están las respectivas organizaciones religiosas.
Ya que al Estado le compete la educación de sus ciudadanos sería más sabio que se enseñe en sus escuelas un curso de ética y otro de historia religiones en primaria y secundaria respectivamente. Pero para eso los congresistas o el Presidente de la República actuales tendrían que denunciar o invalidar el tratado de 1979 (Concordato) entre el gobierno peruano de facto y el Estado del Vaticano que favorece e implementa la enseñanza exclusiva de las doctrinas católicas en los colegios estatales peruanos.
