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‘Presionaban a las embarazadas para que diesen al bebé; o se lo quitaban’

Tramas en centros del Patronato de Protección a la Mujer

Consuelo García vivió en primera persona ese drama. Estuvo interna en el centro madrileño de Padre Damián, gestionado por monjas adoratrices, donde su vida se cruzó con la del Doctor Vela, uno de los nombres que más se repite en las tramas de tráfico de niños. El ginecólogo, que ejercía entonces en la clínica San Ramón -hasta que, en 1981, un reportaje de Interviú mostró cadáveres de bebés congelados en sus sótanos- daba clases de auxiliar de clínica a las internas, que después hacían las prácticas con él.

El Patronato de Protección a la Mujer, presidido por Carmen Polo, dependía del Ministerio de Justicia y comenzó a operar de forma activa en 1952. Controlaba decenas de centros por toda España, gestionados por órdenes religiosas. "Allí nos llevaban a mujeres de bajo nivel, a jóvenes que consideraban rebeldes, a niñas mal de familias bien…", cuenta esta mujer que, marcada por su experiencia, ha investigado a fondo lo que ocurría en los centros.

'completa', si eras virgen, o 'incompleta', si no", añade. Y es que uno de los traumas para la moral de la época era quedarse embarazada siendo soltera.

A Consuelo García la detuvieron el día de la ejecución de Puig Antich, una de las últimas penas de muerte del Franquismo. "Se celebraron manifestaciones en Barcelona y yo participé. Me detuvieron y una semana después, llegó mi madre con mi médico a casa, me puso una inyección y me desperté en Madrid", cuenta. Consuelo define a sus padres como "una familia bien que no aceptaba su conciencia política. Me consideraban una rebelde y no era fácil vivir con ellos". Era 1974. Tenía 15 años.

A algunas las habían enviado sus padres para disimular la gestación y dar luego al niño en adopción ; a otras, las habían detenido los de Patronato o habían terminado allí después de pedir ayuda a una asistente social", cuenta. Y reconoce que lo del robo de niños se asumía como normal. "Recuerdo que un día llegaron a mi centro dos niñas de Peñagrande que acababan de dar a luz. Tenían el pecho vendado y lloraban porque decían que les habían quitado al hijo. ¡Y ni siquiera nos escandalizaba!".

[ASÍ FUNCIONABAN LAS TRAMAS] Yo he recopilado documentos en los que religiosos se dirigen al centro diciendo que tienen una familia católica buenísima que quiere un niño y que le den uno para saltarse la lista de adopciones. Todo lo arreglaban entre ellos".

Testimonios de Peñagrande

Loli es una de ellas. Estuvo en Peñagrande en 1982 y cuenta que durante su ingreso "al menos dos chicas se quitaron la vida". Describe el caso de una de ellas, que se habría precipitado por el hueco de la escalera: "Se decía que había dado a luz el día antes y le habían quitado el niño. Y cuando supo que sus padres venían para llevársela a casa, no pudo más". Recuerda además visitas de matrimonios a la guardería del centro: "Se ponían todas las cunitas en fila y los veían a todos. Al cabo de unos días, faltaba un niño y, claro, su madre también. Todas sabíamos que iban a escoger al niño que se iban a llevar, como si se tratara de un mercado".

Recuerdo que a las madres les decían que habían muerto, pero se rumoreaba que se los llevaban familias en adopción. Yo no dejaba a mi hija sola ni un minuto, tenía pánico a que se pusiera malita y perderla".

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