La Iglesia católica española es una red de 40.000 instituciones: 67 diócesis, cientos de órdenes y congregaciones, 23.000 parroquias y más de 14.000 fundaciones y asociaciones. Muchos políticos e intelectuales progresistas consideran que mantener económicamente esta inmensa estructura no debería correr a cargo del gasto público de un país que no es confesional.
Pero ¿qué prebendas están en juego? Aunque el PSOE llegó a sugerir en 2002 que se retirara a la Iglesia el dinero que concedían los contribuyentes a través del IRPF, la posición actual es más comprensiva. Se han prorrogado los acuerdos un año más, hasta 2006, pero se buscan alternativas para acabar con este agravio comparativo hacia otras confesiones lo antes posible.
También se revisarán , para intentar acabar con las prebendas, las concesiones de Hacienda. El Ministerio de Hacienda renuncia a cobrarles el IVA por la venta de objetos, los impuestos sobre el Patrimonio, las cesiones y las sucesiones y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
La labor social de la Iglesia, por el contrario, no está en juego. Los colegios concertados (centros privados pero sostenidos con fondos públicos), el patrimonio cultural y las organizaciones asistenciales seguirán recibiendo los mismos fondos.
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