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Poder político y religión: El (nuevo) PSOE, en una encrucijada

Con la reunión del Consejo de Ministros del pasado 24 de agosto se inició (de hecho) el curso político 2018/19, aunque hemos asistido a un mes de agosto, en donde, por unas u otras cuestiones, la política ha estado muy presente, de forma muy alterada y confrontada.

Por ello, ante algunas noticias que se han producido durante este verano, como la cuestión de las in-matriculaciones, la reforma de la Enseñanza… o el Valle de los Caídos…  es pertinente reflexionar, una vez más, sobre un viejo y complejo debate: La cuestión religiosa y la laicidad, ya que, desde el 1 de junio en la Moncloa, hay un nuevo inquilino, comprometido en el último Congreso de su partido con la laicidad, al menos en la teoría.

Sin embargo, en tan breve espacio de tiempo (tres meses) una vez más, se observa un posible pacto -más o menos oculto- del Gobierno del (nuevo) PSOE con la jerarquía católica, para que los privilegios históricos de los que disfruta la Iglesia continúen intactos, en lo fundamental. Recalco: “en lo fundamental”: Educación, patrimonio, financiación y fiscalidad.

Al margen de ello y desde hace años, vamos observando que existe un acuerdo interesado, para que algunos de esos privilegios se vayan otorgando, poco a poco, a otras religiones, de mayor o menor implantación, en ese nuevo “relato multi-confesional”, que se desliza por las instituciones, de forma cada vez más evidente, frente a lo que debería ser la construcción de un Estado “verdaderamente laico” en una sociedad plural y secularizada, donde todas las opciones de conciencia (religiosas o no), tengan el mismo trato, en el seno de un Estado Democrático y de Derecho.

Hace justo un año, en vísperas de ser relevado en la presidencia de Europa Laica, elaboré un detallado informe, en donde trataba de analizar la situación de la laicidad en España y a nivel internacional, ofreciendo mi opinión (personal) sobre la posición de todos los partidos políticos con representación parlamentaria en ese momento, ante la hipótesis (posiblemente lejana) de un proceso hacia un Estado laico.

Casi un año después la situación de gobernabilidad ha variado sensiblemente, aunque la debilidad, en la aritmética parlamentaria, del actual Gobierno, hace prever que estamos abocados a un inminente proceso electoral general y, desde luego, a los obligados procesos electorales europeo, autonómicos y municipales, en muy pocos meses.  Y de esa diversidad de elecciones saldrán configuraciones más o menos favorables a avanzar hacia un Estado laico o, bien, avanzar hacia un Estado pluri-confesional, manteniendo, en lo fundamental, el actual “statu quo” con la Iglesia católica.

Relaciones del PSOE con la Iglesia católica

La reunión (aparentemente discreta) del presidente Sánchez con el máximo responsable de la Conferencia Episcopal, a los pocos días de tomar posesión, ya marcaban una tendencia, que es histórica, en las relaciones que el PSOE (como institución) mantuvo (casi siempre) con la Iglesia católica oficial, a pesar de puntuales y múltiples desencuentros en temas como el divorcio, el aborto, la igualdad de género, la diversidad de modelos de familia, la muerte digna, los conciertos educativos,… etc. etc.

Pasó durante la II República (al menos lo intentaron -privadamente- destacados miembros del Partido, aunque con un pésimo resultado… ya que la Iglesia ya estaba decantada contra la República, aun antes de 1931, con el cardenal Segura a la cabeza).

Durante la Transición (reformista) de la dictadura a la democracia (formal), los dirigentes del PSOE, mantuvieron una buena relación con la cúpula eclesial, así como, en la oposición, durante los Gobiernos de Suárez.

Los varios mandatos el presidente González y sus gobiernos (al margen de las discrepancias de los primeros meses, sobre todo relacionadas con la cuestión de la Enseñanza…) mantuvieron, en general, una muy buena sintonía, que hizo que se consolidaran, a favor de la Iglesia, los Acuerdos concordatarios de 1979, sobre todo en materia de Enseñanza y financiación.

Situación que continuó con el presidente Zapatero, aunque durante su mandato se consolidaron algunas conquistas sociales (en contra de la opinión de la jerarquía católica…), éste, a pesar de haber anunciado (a bombo y platillo) la denuncia de los Acuerdos concordatarios de 1979, hizo todo lo contrario: Aumentó considerablemente algunos privilegios, por ejemplo… con la excusa de una (torticera) regularización en la financiación directa de la Iglesia, vía IRPF. Y en materia de Enseñanza, con la LOE se reafirmaron los conciertos, al considerarlos como servicio público (vieja aspiración de los Obispos) y se estableció la consolidación y estabilidad de los “catequistas” en la escuela.

Ello nos lleva a la conclusión de que, durante los 22 años de gobernanza del PSOE, hubo relaciones con la Iglesia católica más que cordiales. Jamás, hasta hoy, se planteó (con firmeza) la denuncia de los Acuerdos concordatarios (y mucho menos su derogación). Sin embargo, en 1992 se firmaron acuerdos con otras religiones y, lo más grave, durante ese tiempo se amplió el papel de la Iglesia en la enseñanza, en los servicios sociales y en la sanidad.

Durante esos 22 años de gobernabilidad, también se ocultó (a sabiendas) la cuestión de las in-matriculaciones, situación que hizo que la corporación católica aumentara -enormemente- su patrimonio rústico y urbano (y, con ello, su poder) a costa del Estado y de la ciudadanía y, ello, desde 1946, hasta 2015.

Hace unos días, en cumplimiento de un mandato del Congreso, el Ministerio de Justicia ha anunciado  hacer público, en su momento, un listado de apropiaciones. Pero muy limitado y con unas soluciones (inicialmente) totalmente equivocadas, en mi opinión.

También los gobiernos del PSOE, fueron cómplices (directos o indirectos) en sus diferentes reformas de leyes, como las de Fundaciones y Haciendas locales (a nivel estatal y territorial), cuya consecuencia hizo que aumentaran, considerablemente, las posibilidades de las exenciones fiscales a los negocios de todo tipo y al patrimonio de la Iglesia. Salvo la cuestión del IVA (obligado por la UE), tema insignificante, ya que la mayoría de los negocios y culto de la Iglesia, queda fuera de ese impuesto.

También, a lo largo de estos años, se ha permitido la opacidad de las cuentas de la Iglesia y de su enorme patrimonio. Se les eximió del cumplimiento de la Ley de Asociaciones… Y ello en cascada ha ocurrido en las CCAA y municipios gobernados por este partido y sus aliados, en cada caso y momento.

Por ello, la reunión de Sánchez/Blázquez del mes de junio, muy previsiblemente, ha podido dar “sus frutos” para mantener (a corto y medio plazo, al menos) el “status quo” que negociaron los presidentes González y Zapatero, en su momento, con El Vaticano.

PSOE IGLESIA

Una tenue luz en el horizonte

Hay que reconocer que la toma de posesión del presidente y de los ministros y altos cargos, sin biblia y sin crucifijo, por vez primera en democracia, fue un enorme gesto simbólico que una sociedad muy secularizada reconoció y que fue muy aplaudido en general. Como lo fue, en su día, la promesa civil y laica del lendakari Patxi López, en su toma de posesión (2009), frente a una tradición ancestral de juramento religiosamente humillante.

Como es una “luz”, el hecho de que en el seno del PSOE hay un amplio sector de la militancia que viene exigiendo que el Partido, de pasos firmes hacia la laicidad, al menos en la línea que se aprobó en el último Congreso.

El lobby de cristianos socialistas

Según cuentan los medios de comunicación, el grupo de cristianos socialistas organizados dentro del PSOE, desde hace años (un verdadero lobby interno), está muy activo, desde que Sánchez llegó a la Moncloa y se ha llegado a publicar que han podido “negociar” con la jerarquía católica…  que no hagan  movimientos contrarios y expresos (por ejemplo) ante la posible exhumación de los restos del dictador Franco del maldito “valle de loa caídos”.

Por lo que es de prever, según cuentan algunas crónicas, que pudiera haber algunas contrapartidas de cierto calado, que El Vaticano acepta. Además de otros compromisos que afectarían (negativamente) a la construcción del Estado laico, en los próximos años, y por, ende, a la denuncia de los Acuerdos.

Acuerdos que en la hipótesis que maneja el actual (nuevo) PSOE, de lo que a mí me consta hasta ahora, sólo pretendería, en su caso, una pequeña adaptación a los tiempos y que (torticeramente) sigan siendo de carácter internacional. Hecho aberrante, ya que no cumple ningún requisito para que se les de esa consideración.

Por ello, el (nuevo) PSOE está en una compleja encrucijada

Sánchez, cuando salió elegido secretario general en el Congreso de 2014, se comprometió a denunciar los Acuerdos concordatarios (Dijo, en público: “-No somos un partido anticlerical, pero sí somos un partido laico, por ello propondremos romper los acuerdos con la Santa Sede“…).

También diferentes dirigentes -con bastante peso político- del (nuevo) PSOE se han venido comprometiendo, públicamente, a: “-sacar la religión de la escuela”, -“que la Iglesia tenga un tratamiento no privilegiado en materia fiscal”, -“dejar de financiarla vía IRPF, -“eliminar la opacidad de sus cuentas y patrimonio…”, -“Hacer público todas las in-matriculaciones hechas por la Iglesia católica y tomar medidas POLÍTICAS (no jurídicas) para RESTAURAR a la ciudadanía y al Estado dicho espolio”, es decir para restaurar la legalidad que se vulneró a partir de 1946, con la Ley Hipotecaria de Franco.

Sin embargo, una vez más, esas promesas se podrían aplazar… “sine díe…”, poniendo, como excusa, la “eterna” cantinela de que hay cosas más importantes por hacer o que la estabilidad del Gobierno es muy limitada o, sin más, (como en otras ocasiones) que no es electoralista… Esa es la enorme encrucijada.

Separación Iglesia / Estado, no es sólo necesaria y justa, sino obligada, como consecuencia de los nubarrones e incertidumbres que se observan en el horizonte

La Transición sobre la cuestión religiosa que quedó pendiente en 1978, hace cuatro décadas, no está en la prioridad de la mayoría de las agendas políticas en este momento, tampoco del (nuevo) PSOE, en la actualidad, para que nadie se llame a engaños.

Ello es un grave riesgo, si nos atenemos a las corrientes conservadoras y neo-fascistas que están ganado espacio por toda Europa, como consecuencia de la enorme crisis social, económica y política, del achicamiento del papel del Estado redistribuidor, de una insolidaridad generalizada, ante las corrientes migratorias, de los nuevos nacionalismos… alentado, todo ello, por un capitalismo depredador insaciable, que tiene, en las corporaciones religiosas de todo tipo, sus mejores y más fieles aliados, incluso aprovechando la pugna que hay entre ellas.

Si en España (y los pueblos, sensibilidades y territorios que la componen), los poderes políticos, en cada caso, siguen apoyando esos enormes privilegios de los que goza la Iglesia, ese poder seguirá estando sometido a la Religión, de forma muy peligrosa, en momentos de tantas incertidumbres internas y a nivel planetario, sobre todo en Europa.

Por ello, las organizaciones laicistas, feministas, cristianos de base, ateos, etc. etc. que defendemos un modelo de Estado laico…  tenemos que seguir “dando la batalla” social y política, sin descanso, pero -sobre todo- con mucha pedagogía, para que la ciudadanía no nos perciba, como anti religiosos… eso es un error… Ya que lo que pretendemos es la separación republicana e ilustrada, entre el Estado y  las religiones, a sabiendas que tenemos en contra El Vaticano, la Comisión Islámica de España y a otras organizaciones religiosas, así como los partidos y entidades sociales cómplices y muchos medios de comunicación.

Síntomas confesionales (en casi todo el arco político), más allá de simples anécdotas puntuales

Para terminar, es un grave síntoma, que año tras año (ver en: laicismo.org), políticos y políticas de todo pelaje y color, vayan aumentado su presencia hiperactiva en las liturgias y actos religiosos de romerías y fiestas (cuando es y sería perfectamente separable, la parte religiosa… de la civil…).

O que estén aumentado la concesión de medallas, bastones y honores a santos, vírgenes, cofradías… O que aumente la cesión, a las corporaciones religiosas, de servicios sociales, que deberían de ser gestionados públicamente, alimentando -así- el muy peligroso mercadeo de la caridad.

Por supuesto, estos síntomas no sólo se observan en responsables políticos y públicos del PSOE… sino que, con magníficas excepciones muy puntuales y conocidas, además de la derecha política (que no lo ocultan y lo resaltan en sus programas, no engañando a nadie…), se observan en partidos del arco de la izquierda, también en nacionalistas, republicanos… etc. etc. etc. Y, además, sin citar nombres, personas de muy alta responsabilidad, cuyo ejemplo deja mucho que desear y, a la cabeza, la alcaldesa de la ciudad de mayor número de habitantes del Estado o del alcalde “anticapitalista” (PODEMOS) de una ciudad del sur de España.

Ello sin ánimo de incordiar y con todo respeto, por las gentes de estos sectores de la izquierda plural, que tienen -muy claro- que habría que avanzar hacia un Estado laico, pero que sus líderes una vez aupados al poder… dejan de tenerlo como una prioridad, en algunos casos, a pesar de compromisos adquiridos en las campañas electorales.

Estamos en puertas de otras… campañas y elecciones. Y, de nuevo, “vuelta a empezar”, con la cuestión religiosa… y la laicidad.

Francisco Delgado Ruiz

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*Los artículos de opinión expresan la de su autor, sin que la publicación suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan todo lo expresado en el mismo. Europa Laica expresa sus opiniones a través de sus comunicados.

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