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Philip Pullman: “Si existe un Dios, está muy lejos ahora mismo”

Hombre de firmes convicciones progresistas, europeísta y materialista convencido, Philip Pullman, uno de los escritores más importantes de la literatura juvenil actual, regresa al inquietante Oxford de ‘La materia oscura’ , una trilogía con la que consiguió un gran éxito internacional. 20 años después retoma la historia desde otro punto de vista y nos propone una turbadora metáfora del diluvio universal

Sobre la mesa, un ejemplar de la primera edición inglesa del monumental poema El paraíso perdido de John Milton, uno de sus escritores de cabecera junto a Blake. En sus manos, la misma pluma con la que escribió en su día La materia oscura y ahora La bella salvaje, el primer volumen de la nueva trilogía con la que regresa de nuevo al universo de Lyra, los daimonions, el aletiómetro y la república de los cielos. En su casa de Cumnor, a las afueras de Oxford, Philip Pullman (Norwich, 1946) cosecha galardones y críticas a partes iguales, lo mismo que le sucedió hace veinte años cuando vio la luz el primero de los libros de La materia oscura, La brújula dorada. Entonces, su reinterpretación del capítulo tres del Génesis sobre la tentación en el jardín del Edén y el fin de la inocencia suscitó un alud de enconadas críticas por parte de estamentos religiosos, a la vez que encumbraba a Pullman en el podio de los escritores ingleses más venerados, y no sólo por el público juvenil. Ahora vuelve a la carga con El libro de la oscuridad , en cuyo primer volumen, La bella salvaje , nos presenta un diluvio que amenaza con hacer desaparecer Oxford y un niño de 11 años, Malcolm, protagonizando la épica gesta de salvar un bebé, Lyra, y no sólo de las aguas.

¿De verdad escribe sus obras en papel?

(Ríe) Sí, de verdad. Con esta pluma. Después trabajo los textos en el ordenador.

Ha tardado 17 años en retomar la historia de Lyra.

Pero no he dejado de escribir. He escrito dos libros cortos para niños; un libro sobre Jesús y Cristo y mi versión de El libro verde de las hadas. No he estado sólo aquí escondiéndome.

¿Qué le quedó por explicar?

Bueno, siempre estuve fascinado por el mundo de Lyra, por la idea de los daimonions, y me llevó a preguntarme qué le había pasado a Lyra después del final de La materia oscura, cómo sería como una mujer joven y cómo llegó a vivir en el college. Juntar estos dos pensamientos fue el punto de partida para el nuevo libro.

Un libro que no es ni una secuela ni una precuela.

Es una historia paralela. Malcolm ofrece un punto de vista diferente de Oxford. El Oxford de Lyra es académico, el de Malcolm es de gente trabajadora y se centra en el río y en los canales. Hay mucha agua en Oxford. Y su pequeña canoa, la belle sauvage, es realmente el foco de todo el libro, porque es desde la canoa que él ve todo lo que está sucediendo, por lo que se trata de una especie de punto de vista acuoso.

¿Una reinterpretación del diluvio universal?

Sí, esta idea se encuentra detrás de la trama. En muchas culturas del mundo encontramos una historia sobre un gigantesco diluvio y pensé que era una idea interesante con la que jugar. También, de niño, cuando vivíamos en Australia, fui testigo de una enorme inundación con mis padres. La visión de ese inmenso cuerpo de agua deslizándose a través de todo el paisaje fue enormemente poderosa y me causó una gran impresión. Siempre lo recordaré.

De nuevo critica la autoridad religiosa pero pinta un convento amable en oposición al de las Hermanas de la Santa Obediencia que atormentan a los huérfanos a su cuidado. ¿Se ha ablandado?

No. Me he dado cuenta, y siempre fue así, de que mucha gente religiosa es buena, pero no hay que ser religioso para ser bueno. Si eres una mala persona, ser religioso es lo peor que puede pasar, porque usas la religión como excusa para ejercer tu poder sobre otras personas. Cuando la religión se mezcla con el poder político es cuando todo va mal, pero las personas individuales pueden ser buenas y religiosas a la vez.

Con ‘La materia oscura’ y su adaptación al cine fue muy criticado por diversos sectores religiosos. ¿Con este libro remueve de nuevo el avispero?

Las críticas ya han comenzado. A los que no les ha gustado el libro han dicho que es porque no les gustó mi actitud religiosa. Pero ya dije lo que quería decir sobre la religión, la política y el poder en la trilogía anterior, por lo que el énfasis en este libro es ligeramente distinto.

Por cierto, qué le pareció la película?

(Demuda la cara y coloca la mano con el pulgar hacia abajo)

¿De quién recibe más críticas? ¿Católicos, anglicanos…?

Hay una diferencia entre las personas religiosas de mente estrecha y las de mente abierta, o bien entre religiosos fundamentalistas y liberales. Hablando en general, no les gusto a los fundamentalistas y sí a los liberales, ya sean religiosos o no.

En la edad media lo hubieran quemado en la hoguera por sus libros.

Sí. Y por ello deberíamos estar muy agradecidos de vivir en estos tiempos en los que somos libres de decir cosas, escribir cosas y hacer cosas que habrían sido castigadas severamente en otros tiempos o en otras partes del mundo actual. Aquí en la Europa Occidental estos son unos tiempos preciosos, valiosos, tiempos especiales de libertad y pensamiento liberal. Deberíamos agradecérselo a nuestros ancestros que lograron esto para nosotros y deberíamos trabajar para preservarlo lo máximo que podamos, lo que significa no al Brexit.

¿Cree que ahora hay realmente libertad de religión?

Sí. En Europa Occidental sí y en América. No en algunas partes del mundo, y estoy pensando en Arabia Saudí o en Irán. Por lo que somos afortunados de vivir aquí y ahora.

Le supongo horrorizado con los atentados realizados en nombre de la religión.

Por supuesto. Es terrible que la gente haga estas cosas y reivindicar la protección de la religión. No es el impulso religioso en los seres humanos lo que yo critico, porque el deseo de preguntar y pensar sobre cuestiones religiosas es parte de la humanidad y no podemos, o mejor dicho, no deberíamos intentar negarlo. Es de nuevo cuando la religión se mezcla con el poder el verdadero problema.

¿En qué cree Philip Pullman?

Creo que estoy vivo, que estamos vivos. Creo que estamos conscientes; creo que el mundo es un lugar maravilloso. La pregunta sobre si hay un Dios o no, no ocupa gran parte de mi tiempo. No creo que necesite un Dios para explicar por qué todo está aquí. Si hay un Dios, está muy lejos ahora mismo.

Sigue sin gustarle la noción de Dios.

Si es un Dios como el de la Biblia, es un criminal y estamos mejor sin él.

¿Qué opinión le merece el papa Francisco y los cambios que ha propiciado en el Vaticano?

Estoy muy interesado en el nuevo Papa. Me gusta mucho. Parece estar diciendo y defendiendo cosas que me parecen buenas.

¿Algún ejemplo?

Bueno, él ha dejado claro que cree que necesitamos cuidar la Tierra en la que vivimos, en contraste con Donald Trump, por ejemplo.

Ya que lo menciona, opine, opine…

Es un hombre terrible. Los historiadores del futuro, dentro de doscientos, trescientos años, encontrarán increíble, imposible de creer que una democracia sofisticada pueda elegir a tal monstruo de la estupidez, la arrogancia y el odio.

Si medio mundo opina lo mismo, ¿cómo es que está en la Casa Blanca?

Es una pregunta difícil de contestar. Es la misma pregunta de por qué Reino Unido va a abandonar la Unión Europea. Igualmente estúpido, igualmente autodestructivo, igualmente inexplicable para cualquiera con algo de sentido común. Todo lo que puedo pensar es que en el 2016 el mundo se volvió loco.

Volviendo al libro, ¿cuánto hay de usted en Malcolm?

Me gusta pensar en él como un artesano debido a su interés en como se hacen las cosas, como se forman. Lo hice un chico curioso, intelectualmente curioso, no solo fisgón, porque creo que es una de las mejores cualidades que las personas pueden tener. Él es también valiente. Yo soy curioso pero no muy valiente, por lo que de algún modo él es mejor que yo.

En este libro hay aspectos que resultan muy inquietantes como la Liga de San Alexander, que recluta a niños y los convierte en delatores. Me ha recordado mucho a las Juventudes Hitlerianas.

Sí, y también las organizaciones en la Rusia soviética que animaban a los niños a espiar a sus padres. Esto es característico de muchos regímenes totalitarios y es algo muy malvado, por supuesto.

¿Cree que catalogar sus libros en juvenil es correcto?

No clasifico mis libros en absoluto. Eso es tarea de los editores, libreros, bibliotecarios, profesores. Todo lo que hago es escribir la historia y no estoy pensando en lectores jóvenes o mayores o en nadie más que yo y la historia. Pero entiendo que los libreros, especialmente los bibliotecarios, necesitan saber donde poner el libro, en qué estantería colocarlo. No hay nada que te impida ponerlo en dos secciones separadas, en la de niños y en la de adultos si quieres. No quiero decirle a la gente cómo leer mi libro.

Se han realizado tesis doctorales e infinidad de interpretaciones de sus libros. ¿Se ha reído con alguna?

A veces me sorprendo, pero no creo que estén equivocados. El sentido del libro no existe solo en el libro. Existe cuando alguien abre el libro y lo lee, porque consiste en una interacción con él. Nunca le diría a alguien que se ha equivocado. Leer es un proceso enteramente democrático.

¿Qué piensa de la juventud de hoy?

Debe ser muy difícil ser joven hoy ­debido a internet, que permite a la gente ser cruel sin ninguna sanción social ni vergüenza porque pueden ser anónimos. A la vez, los jóvenes tienen ahora menos expectativas de conseguir todas las cosas que solíamos esperar cuando yo era joven. Creo que viven en tiempos duros.

Usted pregona que necesitamos libros, tiempo y silencio. ¿Cree que se fomenta poco la lectura entre los jóvenes?

Estamos poniéndoselo cada vez más difícil porque estamos cerrando bibliotecas. Eso es algo que está sucediendo en este país. Y tienen menos tiempo, porque les hacemos trabajar demasiado duro en el colegio.

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