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Partidos deben tener presente al Estado laico

Ante las inminentes elecciones en 14 estados del país, los partidos políticos deben estar atentos a la definición de Estado laico, "que hoy implica neutralidad e imparcialidad, no valoración positiva o negativa de lo religioso", sino libertad de conciencia en armonía con la libertad de expresión, dice el magistrado Alejandro Luna Ramos.

"El Estado no es anticlerical o simplemente ateo o agnóstico, pues tal circunstancia lo colocaría ante un juicio de valor frente a la religión, sino que implica separación absoluta entre religión y Estado, entre dogma y política, entre canon y norma civil, sin embargo debe acentuarse que esto no conlleva implícitamente, una noción de rechazo a las diferentes Iglesias o a actitudes anticlericales", dijo Luna Ramos.

La norma encierra la noción de Estado laico, misma que ha variado con el tiempo, ya que el laicismo implica actualmente por definición, neutralidad, imparcialidad, no valoración positiva o negativa de lo religiosos en cuanto a tal, lo que a su vez supone que el Estado debe actuar sólo como parte, agregó el magistrado.

El fin de la prohibición electoral indicada en el Artículo 130 constitucional y el 38, del Cofipe, es evitar que en el proceso electoral de renovación de los Poderes civiles, "esto es, en la conformación de la voluntad estatal se inmiscuyan cuestiones de carácter estrictamente religioso, contrariando los principios consagrados en la Ley Fundamental".

En consecuencia, deben sopesarse las sucesivas reformas a la legislación federal electoral de este siglo que, en todo caso, buscaron la consagración y regulación a detalle de este principio histórico en las relaciones de los partidos políticos, "a efecto de que éstos no pudiesen en ningún momento, aprovechar en su beneficio de la fe de un pueblo".

El valor en la norma asegura que ninguna de las fuerzas políticas pueda coaccionar, moral o espiritualmente, a ningún ciudadano a efecto de que se afilie o vote por ella, con lo cual se garantiza la libertad de conciencia de los ciudadanos participantes en el proceso electoral y se consigue mantener libre de elementos religiosos al proceso de renovación y elección de los órganos del Estado, sostiene Luna Ramos.

El planteamiento, "que es orientador y pedagógico", tiene un papel muy importante ahora que se inician en 14 entidades de la república procesos electorales para determinar que los candidatos, puedan en un momento dado, conocer cuándo están haciendo propaganda electoral usando los símbolos religiosos y cuándo no se trata de eso".

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