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Para la Iglesia católica “lo que sucede en Bolivia no es un golpe de Estado”

Así lo definieron desde la Conferencia Episcopal Boliviana, la máxima autoridad eclesiástica de ese país. Mientras tanto, Francisco no condena el golpe y solo pide “paz y serenidad”.

El domingo, mientras se consumaba el golpe de Estado en Bolivia, la máxima jerarquía de la Iglesia católica (con fuerte incidencia en la vida pública del país andino) afirmaba que “lo que sucede en Bolivia no es un golpe de Estado”.

Así lo difundió la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) a través de un comunicado (escrito y en video) en conjunto con otras organizaciones golpistas como Comunidad Ciudadana, los Comités Cívicos y el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade).

Tal como se ve y escucha en un video publicado el mismo domingo desde La Paz, la curia boliviana se alineó deliberadamente del lado de las Fuerzas Armadas, la Policía, la derecha, el imperialismo yanqui y la OEA.

“No es un golpe”

Quien habla, rodeado de los referentes de las otras tres organizaciones, es José Fuentes Cano, secretario general adjunto de la CEB. El texto que lee dice, entre otras cosas, que los obispos bolivianos, junto a Comunidad Ciudadana, los Comités Cívicos del país y el Conade, “reunidos en un diálogo constructivo sobre la inédita situación que se ha creado”, declaran que “lo que sucede que Bolivia no es un golpe de Estado”.

“Lo decimos ante todos los ciudadanos bolivianos y ante la comunidad internacional. Llamamos a los bolivianos a la paz, no cometer actos vandálicos ni de revancha ni nada de lo que podamos arrepentirnos”, afirman desde la CEB.

Habla de paz y no violencia, pero al mismo tiempo llaman “a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de la nación a cumplir con urgencia con su rol de defensa de la propiedad y de las personas”, sabiendo que ello inevitablemente significa represión, tortura y muerte.

“Recen por ustedes”

Por esas mismas horas, desde la Plaza de San Pedro de Roma el papa Francisco le dedicaba unos breves segundos del habitual Ángelus al tema que en esos momentos conmocionaba a toda Latinoamérica. Allí, según la agencias vaticanas, “invitó a rezar” por “la situación de la amada Bolivia, cerca de mi tierra natal”.

Dicho sea de paso, esas mismas agencias eclesiásticas (como la argentina AICA) dijeron, por ejemplo, que “en los últimos días cientos de policías se amotinaron y defendieron a los manifestantes”. Un claro posicionamiento del lado del golpismo.

En el Ángelus Jorge Bergoglio dijo que “los actores políticos y sociales” de Bolivia debían “esperar con un espíritu constructivo, en un clima de paz y serenidad, los resultados del proceso de revisión electoral, que actualmente está en marcha”. En ese mismo momento sus subordinados bolivianos lanzaban un llamado a la Policía y las Fuerzas Armadas a consumar el golpe contra Evo Morales, lo que finalmente se concretaría poco después con la renuncia y huída de La Paz del mandatario.

Trascurrido un día y medio de la renuncia de Morales y luego de una jornada de masivas movilizaciones en el país natal del Papa contra el golpe en Bolivia, en las usinas informativas del Vaticano la palabra Bolivia sigue sin ser mencionada. Lo mismo sucede con la cuenta oficial de Twitter del Papa, donde el tema brilla por su ausencia. Mucho menos, obviamente, la expresión “golpe de Estado”.

La Conferencia Episcopal Argentina, por su parte, este lunes publicó un brevísimo comunicado en el que también se encuentra ausente la condena al golpe en Bolivia.

“En esta dificil hora que atraviesan los países de nuestra región, en nombre de la Conferencia Episcopal Argentina invitamos a nuestras comunidades a rezar por la paz y la plena vigencia de las instituciones, principalmente en las hermanas Republicas de Bolivia y Chile”, dice el texto firmado por la Comisión Ejecutiva de la CEA.

Para los obispos latinoamericanos ni Piñera es un represor ni los militares bolivianos son golpistas. Nada que envidiarle a la jerarquía eclesiástica de antaño, cuando las dictaduras asediaban el subcontinente con el aval del Vaticano y sus sucursales.

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