Fue Pablo Laguna, responsable del Observatorio de Laicismo, quien me comunicó ayer la muerte de Juan Francisco González Barón el que fuera fundador y primer presidente de la Asociación Europa Laica.
Conocí a Juan Francisco en el año 2000, quien había publicado un blog sobre el laicismo en España, en una recién nacida internet, donde denunciaba la vergüenza de una democracia que todavía mantenía a la Iglesia católica como la religión oficial del Estado, una Iglesia que había significado el contrapeso al progresismo histórico español y había contribuido al atraso finisecular de nuestro país en medio de una atmósfera de oscurantismo y que después se prolongó en el nacional-catolicismo como ideología especifica del fascismo español. Juan Francisco era profesor de filosofía en un instituto de Talavera de la Reina y desde ahí había animado ese blog junto a su mujer, María Jesús Alcón y un grupo de profesores de los que, entre otros, recuerdo a Juan José Andrino Martín. Este blog suscitó el interés de algunos grupos laicistas que, diseminados por España, denunciaban la misma situación y ese fue el origen de la asociación Europa Laica tras un primer encuentro en el local de la calle Limón de Madrid del grupo político «Espacio Alternativo». Juan Francisco tenía una sólida formación filosófica y un conocimiento muy profundo de la literatura francesa ya que, según creo, había estudiado en Francia algún tiempo. Tenía, entonces, vínculos con algunos grupos históricos del laicismo francés como la Federación Nacional de Libre Pensamiento y también conocía al pensador franco español Henri Peña Ruiz, del que Juan Francisco había divulgado su primer libro en español: «La emancipación laica», publicado en la editorial Laberinto.
Cuando en el año 2001 se constituyó oficialmente la asociación, Juan Francisco tenía intención de proponer, como presidente de honor de la misma, a Fernando Savater, pero tras algunas discusiones propusimos esa presidencia de honor a Gonzalo Puente Ojea por su visión estricta de la separación Iglesia-Estado quien se involucró de lleno en los primeros pasos de la asociación. Juan Francisco, una vez elegido presidente de la asociación, centró sus esfuerzos en crear una red de organizaciones laicistas para iniciar un activismo político. Recuerdo un par de campañas que animamos desde un primer momento que fue la de la derogación del concordato con la Santa Sede y también ayudamos a difundir una campaña contra el impuesto religioso alemán en alianza con una asociación laicista alemana, Alliance against the conformisme. También se asociaron, entonces, algunas personas muy significativas de Izquierda Republicana, como su presidente Isabelo Herreros lo que nos dio cierta apertura en Izquierda Unida, que entonces era el partido político más a la izquierda pero que tampoco entendía lo que era el laicismo ya que muchos de sus cuadros estaban atravesados por la ideología católica y tenían vínculos e intereses con esa institución. Juan Francisco tuvo entonces muchas polémicas con un falso laicismo que había anidado en el PSOE y que estaba impulsado por personas de origen político demócrata-cristiano, como Gregorio Peces Barba y otras similares bajo el abrigo de la Fundación Cives, también próxima al PSOE. Juan Francisco cargó duramente contra esos grupos del PSOE ya que, desde el primer momento, mostraron una animosidad contra Europa Laica fuera de lo común y ello simplemente por exigir una estricta separación Iglesia-Estado.
Tras un primer encuentro en Motril y otro en Barcelona, la asociación empezó a tener cierta entidad que se aceleró con la entrada en la misma del que había sido diputado y senador por el PSOE, Francisco Delgado. La verdad es que Europa Laica se convirtió pronto en la única asociación laicista en España junto a la Fundación Ferrer i Guardia y algunas otras de menor tamaño diseminadas por aquí y por allá. Juan Francisco en todo este proceso fue clave para desarrollar un discurso político del laicismo en España, entroncándonos con la tradición histórica del librepensamiento español. En aquel entonces, Juan Francisco era también un activista muy comprometido con Amnistía Internacional precisamente por la labor que desarrollaba en todo el mundo en favor de los presos de conciencia, y quizás por eso el grupo de Talavera de la Reina se involucró en una lucha en contra de los secuestros de menores por una orden religiosa apoyada en Toledo por Cañizares y José Bono, Fraternidad Reparadora, que se instaló en Oropesa y que se nutría de jóvenes adolescentes acosadas por un proselitismo sectario abusivo.
Juan Francisco aportó a nuestra asociación un discurso riguroso sobre el laicismo apoyado en el concepto fuerza de libertad de conciencia y advirtiendo del peligro de adaptarse a discursos de la laicidad abierta que abren la puerta al multiconfesionalismo pero salvaguardando los privilegios del catolicismo en nuestro país. Cuando en 2002 Juan Francisco dejó la presidencia de la Asociación se fue apartando gradualmente del activismo laicista, aunque siguió publicando un blog personal sobre «laicismo y política» y público algunos libros sobre la historia de la blasfemia y algunos libros literarios. Siempre le recordaré en su casa de Talavera frente al rio Tajo, junto a su mujer María Jesús, polemizando con los que entonces constituimos la primera Junta Directiva de la Asociación y quizás por ello recordar el poema del escritor brasileño Manuel Bandeira:
Ser como el río que fluye
adentro de la noche, silencioso.
No temer las tinieblas de la noche.
Si en el cielo hay estrellas, reflejarlas.
Y si en el cielo se amontonan nubes,
como el río, las nubes son de agua,
reflejarlas también sin afligirse
en la tranquilidad de lo profundo