Piden frenar al sindicato de maestros, para que éste no sea el único ente que defina las políticas en la materia
COMENTARIO: La sospecha de que la modificación del artículo 24 de la Constitución Federal de México era un intento de la iglesia católica para poder adoctrinar con la religión en la escuela, va tomando cuerpo. No sólo vienen defendiendo esa modificación ante la ratificación que deben realizar los Congresos de cada Estado, sino que ya empiezan a sacar sus cartas planteando abiertamente esa "enseñanza de religión" en la escuela pública. Un privilegio del que gozan en países como España y quieren ampliar a otros como México, donde las iglesias evangélicas están ampliando su base social a costa del catolicismo, algo que la jerarquía y sus devotos políticos seguidores no pueden permitir, aunque sea vulnerando la laicidad del Estado y adoctrinando en la escuela.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) presentó su proyecto de Educación, denominado “Educar para una Nueva Sociedad”, en el cual describe la situación del país en la materia como una “emergencia nacional”, y llama a que se impartan clases de religión en las escuelas públicas.
La propuesta es un libro de 155 páginas, presentado en un inmueble contiguo a Ciudad Universitaria y, en él, los obispos católicos del país llaman a la sociedad civil a participar activamente en el diseño de un proyecto educativo nacional y piden un freno al sindicato de maestros, a fin de que éste no sea el único ente que defina las políticas educativas.
“Los privilegios derivados de la centralización y de prácticas corporativistas y clientelares de los sindicatos, generaron una estructura de dominación y de control que ha vulnerado la autonomía del proceso educativo y ha despojado de capacidad de decisión a la escuela y al maestro y ha contaminado gravemente la noble tarea de educar.
“La corrupción propiciada por este sistema sindical consume enormes cantidades de recursos públicos que no llegan a derramar sus beneficios en los centros escolares (…) Es deber de todos colaborar para que los sindicatos no sean coptados por liderazgos sempiternos o ideologías con intenciones ajenas a la labor educativa”, señalan los obispos en el documento.
En el evento de presentación del plan educativo de la Iglesia, presidido por el arzobispo de Tlalnepantla y presidente de la CEM, Carlos Aguiar Retes, los mitrados se dijeron partidarios de que la educación pública siga siendo laica, pero que pueda existir la posibilidad de que en los centros escolares se impartan clases de religión, si así lo desean los padres de familia.
El plan educativo de la jerarquía católica del país fue enviado al presidente Calderón y al secretario de Educación Pública, al igual que al Papa.
El obispo de Cuernavaca, Alfonso Cortés Contreras, presidente de la Dimensión de Pastoral Educativa de la CEM, indicó que las clases de religión no deberían restringirse a temas sobre la fe católica, o el Cristianismo en general, sino a otros preceptos como el Islam, el Judaísmo o el credo de los Testigos de Jehová.
“Que si en una escuela, unos padres de familia piden que sus hijos tengan la educación religiosa, musulmana, judía, da igual, es un derecho, y el Estado puede atenderlo, ahí está ese derecho de los padres, aún en la educación pública, eso es un derecho humano.”
El clero destacó que el común de los preceptos religiosos son los valores morales y éticos, los cuales han estado ausentes en los últimos años de la enseñanza.
El documento consta de cuatro partes, en la primera se describen los rasgos característicos del desafío educativo mexicano. En la segunda se hace un recorrido histórico del papel jugado por la Iglesia católica en la educación en México.
En el tercer apartado, se traza la idea de educación que necesita nuestro país, con una intención humanista que haga superar la crisis de valores, y el último bloque, la Iglesia propone acciones concretas.
Rodrigo Guerra López, del Centro de Investigación Avanzada, (Cisav) aclaró que no es pretensión de la Iglesia “oscurecer al Estado laico” sino hacer una contribución ante el deterioro del sistema educativo y frenar las obstrucción que representa el sindicato magisterial.