Según la Casa Blanca, esta oficina debe de ser un "recurso" para ayudar a las asociaciones para que tengan más impacto frente a sus comunidades, utilicen de la mejor manera el apoyo del gobierno, eviten los pesados trámites burocráticos y conozcan mejor sus obligaciones legales.
La oficina tendrá un consejo y estará compuesto de 25 miembros: jefes religiosos y laicos y expertos que asumirán el cargo durante un año.
El objetivo de la institución "será simplemente de actuar en nombre de las organizaciones que quieren trabajar representando a grupos comunitarios y que quieren hacerlo sin sobrepasar los límites que los fundadores de nuestra república establecieron, con gran sabiduría, entre la iglesia y el Estado", dijo Obama.
"Este trabajo es importante; un grupo laico que aconseja a una familia confrontada al embargo de su casa o un grupo de inspiración religiosa que proporciona formación profesional a los que buscan trabajo, hay pocas personas que estén tan cerca de lo que pasa en nuestras calles y barrios como esos grupos… y nosotros vamos a ayudarles", dijo.
"Le tenderemos también la mano a los dirigentes y expertos de todo el mundo para favorecer un diálogo más productivo y más pacífico sobre la fe", afirmó.
Obama aseguró que no era un "ingenuo" que pensaba que las divisiones desaparecerían de la noche a la mañana: "pero creo que si empezamos a hablarnos abiertamente y honestamente, quizá las viejas diferencias empezarán a desaparecer y nacerán nuevas asociaciones".