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Nota de prensa final de las I Jornadas Laicistas de Granada

Nota de prensa enviada a los medios de comunicación con motivo de las I Jornadas Laicistas de Granada. En los archivos adjuntos pueden verse en formato PDF las noticias aparecidas en Ideal de Granada y El País.

La lucha laicista es una lucha por la emancipación jurídica y política del poder de la religión

Con esta afirmación en la boca del pensador Henri Peña-Ruiz se clausuran hoy las Jornadas sobre laicismo que han tenido lugar en Granada este fin de semana.

El pensador francés de origen español, ve en el ideal laicista el porvenir del mundo, ya que este ideal no impone nada, si no que hace posible la más extensa libertad de la conciencia en su visión más radical.

Libertad religiosa frente a libertad de conciencia

La expresión libertad religiosa, implica en sí la existencia de una creencia religiosa, marginando manifiestamente a todo humanista ateo o agnóstico.

La supremacía de la religión se manifiesta también en la guerra de las palabras que consigue acallar la libertad de las ideas. La libertad religiosa es una libertad particular, como lo es la atea o la agnóstica, y la única que une estas tres libertades es la libertad de conciencia. No parece legítimo que un ciudadano, de iguales derechos a otro, tenga que definir su opción de conciencia como la negación de otra, y por tanto marcándola con unos tintes negativos, como ocurre en los impresos escolares y en muchos otros formularios que preguntan por tu opción de conciencia empleando términos negativos en cuanto a negación de algo y no positivos en cuando a elección de, por ejemplo de un humanismo ateo.

Los valores de los derechos humanos

La tradición judeo-cristiana se arroga el surgimiento de los derechos humanos, no reconociendo el nacimiento y conquista de estos derechos a través de la lucha de los hombres y mujeres en su mayoría libre-pensadores que fueron en su día capaces de liberarse de la opresión ideologizante de la iglesia.

¿Qué es la cultura cristiana? Las cruzadas, la inquisición, la condena de la ciencia, el index de libros prohibidos por la iglesia y no permitidos hasta 1962…..

¿Qué es la cultura? Es un proceso dinámico y liberador, un proceso de distanciamiento crítico de sí misma, por el cual se llega a la libertad de conciencia  al surgimiento de los derechos de los hombres y mujeres. La cultura como tradición estática y paralizadora del dinamismo social, es oscurantista y conlleva un rechazo del que no participa de ella.

El Estado integrador

El estado laico reconoce seres humanos que eligen su opción de conciencia, la cual es ajena al estado y, ni siquiera este tiene por qué conocer, puesto que la misión esencial del Estado está referida sólo a lo que de común hay en la sociedad. La ley ha de formular lo que vale para todos no lo que es particular de cada ser humano y de sus raíces. Este Estado sí integra a todas las opciones incluidas en su esfera pública y es el estado que se defiende desde el laicismo.

Pero la iglesia dominante en cada país persiste en su injerencia permanente en cuestiones de estado. Cita Henri Peña algunos ejemplos de su país:

Cuando el gobierno francés legaliza la píldora del día después, la jerarquía de la iglesia católica francesa se pronuncia diciendo que “deberían haber sido consultados antes”.

La iglesia no tiene que intervenir en las decisiones de los poderes públicos cuando la iglesia pretende ejercer su poder sobre la esfera pública comete injerencias de poder y muestra sus intereses legisladores y de presión frente a los poderes políticos y jurídicos.

Cuando aparecen casos de ablación del clítoris en Francia y hay sectores de la iglesia musulmana que defiende que ‘es su cultura’.

Se le llama cultura a una mutilación física, sexual y personal de una niña, y se pretende la falsedad de que hay que dejar que cada pueblo y religión practique sus ‘ritos culturales’

El laicismo no llama cultura a lo que es imposición a personas, o tolerancia frente al oscurantismo.

El ideal laicista

La libertad de conciencia fortalecida con una educación de la capacidad de juicio crítico en la escuela laica que debe estar fuera del alcance de cualquier poder religioso, y cultivar el ser universal de la pequeña persona y su autonomía de juicio, dándole un horizonte más allá de los límites de su cultura.

El ideal laicista es el ideal de los oprimidos por su opción individual de conciencia.

En un país laico, todas las religiones son iguales con tal de que respeten al estado y de que no quieran imponerse a las leyes.

En un país laico toas las religiones son libres. En un país religioso, sólo la religión oficial es libre.

Desde los grupos de defensa del laicismo, se tiene la convicción fuerte de que si queremos arrancar al mundo del camino de la guerra de los dioses o de las religiones, hay que defender el ideal laico que nos une a todos en cuanto seres humanos y los valores humanistas. La lucha laicista es la lucha por la emancipación social.

La Constitución Europea

El estado de derecho está garantizado por la jerarquía de la norma, un principio constitucional es de mayor rango que una ley y esta es de mayor rango que un decreto. La constitución europea, que se está elaborando actualmente, será de rango superior a las constituciones nacionales, y en ella, el Vaticano pelea porque la Constitución recoja que ‘Europa reconoce su herencia religiosa’.

Este intento del Vaticano no está exento de intencionalidad dominadora y de imposición frente al resto de opciones de conciencia. No se trata en esta afirmación del Vaticano de reconocer las manifestaciones religiosas de la cultura, porque si se tratara de esto también tendríamos que reconocer las aportaciones que desde la mitología griega se han realizado. No se trata de intentar que el nacimiento europeo se asiente sobre el reconocimiento de que ‘las religiones, son el origen de los derechos de los hombres’. La iglesia parece no estar e acuerdo aún con los derechos del hombre y con que estos surgen de pensadores liberados de la tutorización de la iglesia.

Podemos imaginar las consecuencias de una constitución que asiente el nacimiento europeo en estos términos, mirando qué ha pasado en países en los que la religión fue fundador de la nación, por ejemplo Polonia: se impide el aborto, se discriminan a los homosexuales, no hay libertad de elección sexual….

El término inclusivo de todos los hombres y mujeres no es el término ‘religioso’, como pretende imponer en la Constitución Europea, si no la universalidad de la conciencia y la iglesia confunde ambos, o pretende confundirnos a los demás.

Con estas brillantes palabras Henri Peña Ruiz, pensador francés, catedrático de filosofía en la Escuela de Estudios Políticos de París, ha cerrado las Jornadas Laicas que se han celebrado este viernes y sábado en Granada y que han reunido a más de 100 asistentes de toda España. Estas Jornadas han sido organizadas por el Colectivo Escuela de Granada y el Grupo Granada Laica.

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