Carta apoyando la anulación del concierto a un centro del Opus en Granada
El pasado domingo, se publicó una carta en Ideal en la que la firmante, Sra. Carmen Martí se quejaba agriamente de que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía haya decidido retirar el concierto educativo a la “Escuela Familiar Agraria EFA El Soto de Chauchina”. La Junta de Andalucía ha motivado el cese del concierto con ese centro sobre la base de que dicha escuela imparte una enseñanza que discrimina por sexos. A mi juicio la decisión de la Junta es un acierto por partida doble. Por un lado no es constitucional sufragar con fondos públicos enseñanzas que discriminan por sexos (así lo dictaminan las dos últimas sentencias del Constitucional), y por otro lado no es de recibo concertar un centro con clara y nítida inspiración doctrinal en el Opus Dei, al mismo tiempo que aumentan los alumnos por aula y se prescinde de profesores en la enseñanza pública, con el consiguiente e inevitable deterioro en la calidad que ello lleva consigo.
La Sra. Martí nos quiere hacer “comulgar con ruedas de molino” al intentar hacernos creer que el alumnado de dicho centro tiene “escasos recursos económicos”. Puede que eso sea cierto en algún caso aislado, pero es de sobra sabido que el grueso del alumnado que asiste a los centros del Opus Dei no se caracteriza precisamente por pertenecer a las rentas medias o bajas de la sociedad. Salvo casos muy aislados.
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Sr. Director de Ideal, me gustaría replicar a la réplica que el Sr. Julián Gutiérrez me escribe en Ideal el martes 5 de marzo.
Sr. Gutiérrez, lo que digo en mi carta del domingo 3 de marzo es que “NO ES CONSTITUCIONAL concertar (sufragar con fondos públicos) enseñanzas que discriminan por sexos”. Son legales desde luego como usted dice, pero no es constitucional concertar una enseñanza que separa alumnos de alumnas. Y con ese argumento la Junta le iba a retirar el concierto a el “El Soto de Chauchina”. Al final no parece que vaya a ser así ya que a lo que leí el mismo Domingo en Ideal, el citado centro abandona la enseñanza discriminada por sexos, para no perder el concierto educativo. Parece claro por tanto que la Junta no ha tenido en absoluto en cuenta la orientación confesional del Centro, a la hora de mantener el concierto. En mi opinión las confesiones religiosas tendrían que estar relegadas al ámbito privado, pero ese es ya otro debate.
No sé con qué motivo evita usted llamar a las cosas por su nombre, y llama “determinadas instituciones de la Iglesia” al Opus Dei, del que dice usted que digo yo que es sinónimo de riqueza y opulencia. Y dice usted que eso “es un tópico”. Sr. Gutiérrez, no todo en los tópicos es falso, por el contrario, en los tópicos casi todo es cierto y un poco no lo es. Lo que yo digo en mi carta es que no es una característica de los miembros del Opus Dei el pertenecer a las rentas medias o bajas de la sociedad, salvo casos muy aislados. Los hechos son tozudos y por muchas veces que lo nieguen, el Opus Dei es una organización elitista en lo económico, formada en su grueso por ciudadanos pertenecientes a las capas de rentas medias-altas, altas y muy altas, con algunos pocos integrantes de rentas medias o medias-bajas, me imagino que para poder decirlo.
Sr. Julián Gutiérrez, no me escandalizo de que los padres de alumnos que acuden a “El Soto de Chauchina” hayan preferido para sus hijos un colegio con ideario católico. Ellos sabrán. Me escandalizo de que durante años la Junta de Andalucía haya concertado un centro que ha discriminado por sexos a sus alumnos, lo que significa que se ha estado pagando con el dinero de todos nosotros una enseñanza que no es constitucional concertar. Me escandaliza que se concierten centros mientras que la enseñanza pública se deteriora de manera notable por los consabidos “recortes”.
Dice usted al final de su carta que no me culpa de mis razonamientos. Pues se equivoca Sr. Gutiérrez, la culpa de mis razonamientos y opiniones, la tengo yo, solo yo y nadie más que yo.
