Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

“Najwa va a seguir luchando, no se va a quitar el velo”

Tres compañeras de la niña apartada de clase en Pozuelo vuelven a acudir al instituto con pañuelo después de que se ratificara el reglamento que lo prohíbe

El instituto Camilo José Cela de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón ha sido de nuevo esta mañana escenario de la batalla que libran unas niñas españolas musulmanas contra la prohibición de cubrir sus cabezas con un velo islámico que impera en este centro. A pesar de que ayer el consejo escolar decidió ratificar el reglamento interno que veta la presencia de esta prenda y de cualquier otra que cubra la cabeza, o precisamente por ello, tres amigas de la chica apartada de clase por negarse a quitárselo han vuelto a escenificar su solidaridad con ella presentándose a las clases con el hiyab. Najwa Malha, de 16 años, tampoco ha ido hoy a clase y ya van dos días. "Najwa no se va a quitar jamás el velo, aún no ha decidido si se cambia de centro pero va a seguir luchando hasta el último día", ha sentenciado una de sus tres amigas.

La entrada lateral del centro escolar ha aparecido plagada de pegatinas del partido de corte racista Democracia Nacional. Stop islamización. Mezquita no. ¿Mezquita, islamización? No han sido hechas ad hoc, sino que algún miembro del grupo ha decidido reutilizar lemas antiguos de otra campaña. Un operario de mantenimiento del instituto y tres alumnos se afanaban en retirarlas porque les molestan sobremanera. "Pertenecen a un partido fascista y un colegio no es lugar para esto", subraya uno de los niños. Allí, a las 8.20, las tres niñas se enfrentan de espaldas al aluvión de cámaras y de periodistas -la dirección del instituto recordó ayer en un comunicado que sus alumnos, por ser menores de edad y no tener permiso de sus representantes legales, no pueden ser entrevistados ni fotografiados por la prensa-. "Me importa una mierda lo que pongan las pegatinas", ha señalado una de las menores.

"El instituto es laico y público"

Las tres cuentan que Najwa, que cursa 4º de la ESO, está "muy mal" -una crisis de ansiedad la llevó a urgencias en la noche del lunes-, "nerviosa" y "todo el día llorando", al tiempo que ratifican que ellas continuarán con la protesta "hasta que esto cambie". Ellas acatan pero no entienden la decisión del centro: "Yo aquí no veo ninguna igualdad y ha sido superinjusto. Es una cosa religiosa que tú no puedes cambiar". A su lado, una madre, Paqui, se ha mostrado totalmente a favor de que no se permita el velo en el centro al que lleva a sus hijos. "Es la norma del instituto, que hay que recordar que es laico y público", zanja. De la misma opinión es uno de los menores que quitaban las pegatinas. "La educación tiene que ser laica", subraya, para añadir que está en contra de los crucifijos en las aulas y también "de los velos". En cambio, a otro alumno le "parece perfecto" que la alumna quiera acudir a clase con la cabeza cubierta. En su opinión, que "entra dentro de la libertad de cada uno".

En febrero, Najwa decidió, según cuenta ella misma por decisión propia, ponerse el velo. El consejo escolar respondió apartándola de clase hace dos semanas invocando su reglamento interno. La niña pasaba su horario lectivo en la sala de visitas -los centros, acuciados por la falta de espacio, suelen usar estas estancias para casos como éste-. Según el instituto, no se la expulsó y tenía "sus necesidades educativas cubiertas". Reunido ayer, el consejo escolar -compuesto por profesores, alumnos, padres, personal no docente y ayuntamiento- se negó a cambiar su ley por abrumadora mayoría: 15 votos contra dos.

Su compañera Latifa no descarta imitarla. "El día que yo me ponga el velo, nadie me lo va a quitar". La chica explica que es una "decisión personal" de la mujer en el islam y que "una vez que se empieza, es para siempre". Ellas, de momento, sólo se lo ponen en apoyo de Najwa y a la entrada y la salida del colegio, como ayer y antes de ayer. No quieren más partes ni perder el curso. La propia afectada les ha pedido que dejen de apoyarla porque no quiere que ellas "tengan problemas" y "sufran". Pero las chicas están decididas a seguir. "Nos arriesgaremos hasta el final, estamos con ella", han reiterado hoy las tres.

Un profesor del centro y la jefa de estudios también han querido intervenir en la improvisada rueda de prensa para defender la postura del consejo escolar. "No se va a volver a debatir el asunto hasta que no se presente otra propuesta. El reglamento es correcto y ha servido desde hace mucho tiempo", sostiene el profesor. La polémica no sólo enfrenta a unos padres, que apoyan la decisión de la menor, con un centro educativo. Los ministerios de Justicia y Educación defienden el derecho de la chica a vestir la prenda y ponen su derecho a la educación por encima de otras consideraciones, mientras el Gobierno de Esperanza Aguirre y el PP defienden abiertamente la prohibición y la autonomía de los institutos para dictar sus propias normas. "Me siento discriminada, me siento mal", declaró ayer a este periódico Najwa, con un hilo de voz, desde su casa de Pozuelo al enterarse por la prensa de la decisión del consejo escolar. Hoy, en su casa no cogen el teléfono.

La polémica del velo en España

Irrumpió en la enseñanza en España en 2002 con Fátima El Idrissi, en Madrid, cinco años después, se repitió con Shaima Saidani, en Girona, a los que se sumaron otras casos similares en Ceuta y Melilla:

Shaima Saidani. La dirección del colegio Joan Puigbert-Annexa de Girona le prohibió vestir en clase el hiyab, el pañuelo que cubre el pelo. Tenía ocho años, era 2007, y los responsables argumentaron que podía ser causa de discriminación. La familia pensó en regresar a Marruecos. No fue necesario. La Generalitat ordenó readmitirla. El derecho a la escolarización, adujo, prevalece sobre las normas de los centros.

Fátima Elidrisi. La joven fue escolarizada con 13 años en el colegio católico Inmaculada Concepción, en Madrid, en 2002. Las monjas le negaron la asistencia a clase con velo. Renunció al colegio y se matriculó en el instituto público Juan de Herrera. Fátima vistió el hiyab hasta que abandonó sus estudios en 2005.

Zoubida Barik. La abogada musulmana fue expulsada del estrado por el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez por llevar el velo. Elevó una queja al Consejo General del Poder Judicial, que dio la razón al magistrado porque la normativa sólo permite una prenda en la cabeza: el birrete. La cuestión está ahora en el Tribunal Supremo.

 Sin velos en el San Juan de la Cruz

Muy cerca de del Camilo José Cela está el IES an Juan de la Cruz, la opción barajada por el Gobierno regional en el caso de que no quiera quitarse el velo. Hasta allí ha llegado polémica y no pasa desapercibida a sus alumnos. Algunos de ellos han señalado Europa Press Televisión que, aunque este año no hay ningún caso, sí recuerdan que en cursos anteriores había alguna alumna con velo.

Una alumna ha explicado que tuvo de compañera a una chica que "por su religión" sí lo llevaba y que "no hubo ningún problema dentro de clase". "Cada uno es libre de llevar lo que quiera", ha subrayado la estudiante, a lo que otra ha agregado: "Aquí la gente viene con sus gorras o con lo que quiere". "Me parece un poco absurdo que se quiera prohibir el velo", ha añadido.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share