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Mujeres musulmanas contra el ‘burkini’: “Es una falsa libertad”

“El ‘burkini‘ no sólo es un retroceso, sino una degradación para la mujer, es una falsa libertad. Es una prenda donde las musulmanas se refugian de un patriarcado que les han impuesto”. Quien así habla es la marroquí musulmana Intissar El Mrabet, una militante feminista de la Asociación de Iniciativas para la Protección del Derecho de las Mujeres, que se muestra en contra de la ropa de baño que se ha prohibido en playas francesas.

El Mrabet, doctoranda en la Universidad de Casablanca, señala a EL MUNDO que “la realidad en los países musulmanes es que la mujer no es libre por la presión de la sociedad, por lo que hay que considerar que el ‘burkini’ es una imposición, y no una elección”.

Hay mujeres en Marruecos que opinan igual. No están “en absoluto” a favor de la prohibición dictada en Francia, pero tampoco creen que las mujeres con ‘burkini’ sean libres. Las palabras de El Mrabet coinciden con las de una diputada de origen marroquí, Nadia Sminate, perteneciente al partido flamenco N-VA en Bélgica: “Hay que evitar absolutamente que estas jóvenes se paseen en ‘burkini’. Ni en las piscinas ni en las playas. No pienso que las mujeres quieran, en el nombre de la fe, pasearse con tal horror en la playa”.

En la misma línea, la jurista musulmana y experta en género y derechos humanosFatiha Daoudi dice a este diario que llevar ‘burkini’ “no puede constituir una libertad”. “Las mujeres que lo llevan lo hacen bajo la influencia de un argumentario radical que reduce su cuerpo a su sexo y a un elemento de seducción que deben esconder”, señala. “Paradójicamente, el ‘burkini’ no esconde el cuerpo de la mujer, sino todo lo contrario: lo remarca”, expresa esta doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Grenoble (Francia).

En las playas de Marruecos se sumergen bajo una misma ola mujeres con ‘burkini’, con bikini y con ropa de calle. En algunos clubes con piscina hay carteles anunciando que, “por razones de higiene”, no se permite bañarse con la polémica prenda, pero no así en los espacios públicos.

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si el uso del velo islámico es obligatorio en el Corán. Un versículo de la sura de La Luz indica que las mujeres que profesan esta religión deberían cubrirse con modestia. Especifica únicamente que “deben colocar sus velos sobre su pecho y no mostrar su belleza, excepto a sus maridos”, pero no precisa más detalles de dicha cobertura, por lo que hay discrepancias.

Meriem Talha, profesora de Francés y encargada de supervisar un internado de niñas en una pequeña ciudad cerca de Beni Mellal, ha visto cómo las niñas que viven en el internado están cambiando su forma de pensar desde hace unos años y, ahora, “estas chicas con ‘burkini’ intentan imponer su ley a las jóvenes que no portan el velo, ya que consideran a estas chicas como impías”.

“Ellas creen defender su religión y preservar el valor, cuando nuestra religión tiene como base la clemencia y la tolerancia ante las apariencias. Eso que claman no es el islam”, afirma de manera rotunda al otro lado del teléfono recalcando que este atuendo “es una provocación, y no una elección”.

Tanto Meriem Talha como Fatiha Daoudi, mayores de 50 años, evocan cómo se vestían hace unas décadas cuando iban a la playa. ¿Tan diferente era la percepción?

“Cuando yo tenía 20 años, salía en pantalón corto por la calle, me ponía bañador y nadie me decía nada. Ahora, la mayoría de las chicas que superviso se cubren la cabeza obligadas. No han elegido el velo. Y, además, están preparadas para quitárselo a la primera que pueden. Lo que reivindico es que hay que curar el alma, cuidar el espíritu y purificar el corazón antes de imponer una vestimenta. ¿De qué sirve un velo o un turbante si detrás se esconde, perdone las palabras, una puta o un violador?”, opina Meriem Talha.

“Las mujeres en Marruecos, jóvenes y mayores, llevaron en los años 60 el bañador, y continúan llevándolo en nuestros días; sin embargo, son muchas ahora las que lo evitan por el miedo de ser agredidas por personas que están bajo la influencia del wahabismo, una rama de la religión musulmana que no tiene nada que ver con el que se practica aquí en Marruecos”, reitera Fatiha Daoudi.

Hace unas semanas, unos individuos crearon en Facebook un perfil donde subían imágenes de mujeres en bikini condenándolas con la siguiente frase: “No al vicio contra el islam en Marruecos”. Ya lo manifestó la escritora egipcia Nawal Al Saadawi, de 84 años: “Mi madre era más libre que mi hija”.

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