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Menos de un tercio de los católicos catalanes marcan la casilla de la Iglesia en el IRPF

Cataluña es el territorio del Estado donde menos contribuyentes optan por enviar recursos a la Conferencia Episcopal, un 17,4% del total, cerca de la mitad de la media española

La Conferencia Episcopal Española difundió el jueves que el año pasado recibieron más recursos que nunca de la declaración de la renta, con datos del ejercicio 2018, que sería como una muestra de confianza de los feligreses. Sin embargo, lo cierto es que, como suele ocurrir con los datos, estos se pueden leer de otra manera. Y es que el porcentaje de declaraciones de IRPF con la casilla de la Iglesia marcada fue más bajo que nunca porque menos de la mitad de los católicos puso la X. En Cataluña, la situación es aún peor: sólo un 17,4 % de declaraciones la tenían, el equivalente a menos de un tercio de los católicos catalanes.

Aproximadamente un tercio de los españoles que hicieron declaración de la renta pidieron ceder el 0,7% de los impuestos de todos a la Iglesia católica (concretamente, un 32,3%). Sin embargo, Cataluña es el territorio donde la confianza con esta institución religiosa es menor, ya que aquellos que marcaron esta casilla son casi la mitad que en el conjunto del Estado.

Las otras comunidades con menos aportaciones, en relación al total de declarantes, fueron Galicia (24,9%) y el País Vasco (25,9%), si bien las Baleares (27,6%) o la Comunidad Valenciana (30,6%) también se sitúan por debajo de la media estatal. En cambio, la fe en la Conferencia Episcopal es muy elevada en Castilla-La Mancha o la Rioja, donde casi la mitad de los contribuyentes quisieron contribuir (45% y 44,9%, respectivamente), por encima de Extremadura (44,1%), Murcia (43,8%) o Castilla y León (42,2%).

En todos los casos, sin embargo, son porcentajes nítidamente inferiores al de ciudadanos que se declaran católicos, lo que evidenciaría que, a pesar de la fe en la religión, ésta no se mantiene en la estructura institucionalizada erigida en su entorno. Como en Cataluña, el porcentaje de declarantes que ceden parte de sus impuestos a la Iglesia en Galicia, éste no llega al tercio (31,2%), y son también muy pocos en Canarias (34,2%).

Sea como sea, asumiendo esta limitación demoscópica, el número de declarantes que marcan la casilla de la Iglesia sólo equivale a cerca del 47% de ciudadanos que se identifican como católicos -practicantes o no-. El porcentaje, sin embargo, es muy elevado en Madrid (62%), La Rioja (61,8%), Castilla-La Mancha (59%) o Castilla y León (55,5%).

Los datos completos sobre la religiosidad por territorios se puede consultar en el siguiente gráfico, el cual evidencia que Murcia y Extremadura es donde más personas se definen como católicas, con cifras superiores al 80%, si bien Castilla y León y Castilla-La Mancha es donde hay más practicantes (32,6%). En cambio, Cataluña es el territorio con menos católicos, aunque estos superan el 50% de la ciudadanía, y donde hay más agnósticos y ateos, los cuales representan casi el 40%.

En todo caso, la Conferencia Episcopal tiene razón en cuanto al techo alcanzado en relación a los  recursos percibidos por la cruz de las declaraciones de la renta, con 284 millones, 16 más que el año anterior, creciendo después de que, entre 2008 y 2016, la cantidad se hubiera estancado en torno a los 250 millones. Según datos de la misma institución, las mujeres marcan más la casilla (un 34,9%, frente al 32,6% de los hombres) y la mayor cantidad de declarantes que envían recursos están entre 40 y 60 años, aunque también hay muchos jóvenes: un 32,6% de los menores de 19 años lo hacen, un porcentaje similar a la media global.

El récord en recaudación, sin embargo, no se debe a un incremento de personas que hagan confianza en la Iglesia católica, sino a la mejora global de la situación económica. Por el contrario, las declaraciones relativas a la renta del 2018 fijaron también un mínimo histórico en el porcentaje de personas que marcaron esta casilla, situándose en el 32,3% del total, cayendo progresivamente después de que la cifra se hubiera estancado entorno del 35% entre los años 2007 y 2015.

En cuanto a Cataluña, el número de declarantes que destinaron recursos a la Conferencia Episcopal en 2011 fue el 20,1% del total, 2,7 puntos por encima que siete años después en 2018. La fe en la Iglesia católica, al menos en cuanto a la gestión de recursos, cae progresivamente.

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