Este jueves tuvo lugar una reunión, en “audiencia privada”, entre el papa Francisco y la vicepresidenta de la nación, Gabriela Michetti. La misma ocurrió en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, lugar considerado de primer orden a la hora de mostrar predisposición hacia las visitas, por parte de Francisco.
La conversión duró 55 minutos y fue Michetti, a través de su cuenta de Twitter, la que definió que se trató de “una conversación muy parecida a la que teníamos antes. Hablamos mucho sobre nuestro país”.
La relación entre Michetti y el papa tiene una historia extendida en el tiempo. Se remonta al período en que Jorge Bergoglio era cardenal y Arzobispo de Buenos Aires.
En una entrevista con La Nación, este mismo jueves, Michetti recordó que se conocen desde 2004. “Lo llamé, le dije que era legisladora de un proyecto nuevo, de Mauricio Macri, que me gustaría hablar con él, soy católica, practicante y ahí empezó. Y después fue una cosa de continuidad, yo era vicejefa de la Ciudad, dos por tres yo lo llamaba, o él me llamaba y me decía: “¿Dónde nos vemos?” “No, yo cruzo y voy a su oficina”. Y venía él de la Catedral, cruzaba porque estábamos en Bolívar 1. Y la mayoría de las veces iba yo y hasta me confesó una vez en el escritorio del Palacio de Gobierno”.
Según se informó este jueves, en un comunicado de Vicepresidencia, Michetti habló con el papa de su proyecto de la recuperación de las artesanías textiles, “capacitando mujeres en todo el país en calidad y diseño para vender sus productos al mundo”.
Según señala la misma fuente, Francisco se “mostró interesado y le aconsejó que mantuviera su foco en ese proyecto. También le pidió que se pusiera el ojo en la desforestación ilegal y en la venta ilimitada de tierras a extranjeros”.
En la reunión, como ocurre en las visitas que llevan adelante funcionarios de diversos país hubo intercambio de obsequios por parte de ambos. La vicepresidente le regaló una Virgen del Panecillo que está hecha -según la información difundida- “por un artesano muy bueno”. Por su lado el Papa le obsequió un rosario de perlas, una medalla de la Virgen, junto con las dos exportaciones apostólicas y la Carta Encíclica que él mismo escribió.
Aunque se conocen desde hace muchos años, la reunión entre el papa Francisco y la vicepresidenta de la nación, Gabriela Michetti, debe enmarcarse en el marco de los gestos políticos que despliega el Vaticano en aras de sostener la gobernabilidad de Mauricio Macri. Se trata de una nueva muestra de un apoyo parcial a la gestión de Cambiemos, en ese caso realizado a través de la muy buena sintonía con la vicepresidenta.
