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Maduro envía una carta al Papa pidiéndole que medie en la crisis en Venezuela

El Gobierno de Venezuela ha entregado este martes al nuncio Apostólico, Aldo Giordano, una carta escrita por el presidente, Nicolás Maduro, pidiendo al Papa Francisco que medie en la crisis en el país, denunciando que sectores opositores usan niños y adolescentes en protestas violentas. En la misiva, fechada el 12 de junio y publicada por la agencia estatal venezolana de noticias, AVN, el mandatario agradece al Sumo Pontífice «todo lo que ha hecho y hace por la paz, el diálogo y la convivencia pacífica en Venezuela aquí y ahora».

Maduro afirma que «interpreta el sentir de la inmensa mayoría» de sus compatriotas «que rechazan abiertamente a quienes están jugando la carta de la violencia, de la guerra civil». «Se trata de una minoría cada vez mas reducida y, por eso mismo, cada vez más enloquecida: una minoría que sigue actuando en función de incendiar a Venezuela para alcanzar sus inconfesados y tenebrosos fines políticos», indica.

Asimismo, recalca que «ya son más de 70 días en los que Venezuela ha tenido que padecer la violencia generalizada de una derecha del todo histérica, del todo prepolítica, del todo apátrida». «A pesar de que las grandes mayorías siguen en sus labores de cada día y desoyen a quienes no creen ni en el diálogo ni en la convivencia, esta violencia focalizada y de una enorme ferocidad, distorsiona totalmente la vida en paz del país», lamenta.

Maduro afirma que «reconoce y respeta la validez de la protesta política cuando se le da el cauce de paz», recalcando que «es inadmisible la puesta en marcha de una lógica de guerra que ya ha causado demasiadas muertes, demasiada destrucción, obstruyendo así todos los efectos sensibles y los efectos bien dirigidos para alcanzar un genuino diálogo nacional».

Por ello, denuncia las «acciones vandálicas» de «las fuerzas de las tinieblas» bajo «el signo del más abyecto y brutal terrorismo», agregando que todo ello tiene como objetivo «imponerle a Venezuela un clima de odio generalizado». «Es claro que la extrema derecha se desespera porque no llega la anhelada intervención militar estadounidense con la que sueñan», señala, haciendo hincapié en «la utilización frecuente y perversa de niños, niñas y adolescentes en acciones de violencia terrorista callejera». «Lamentablemente las mismas han sido alentadas de forma pública y notoria por parte del liderazgo de la derecha: hay numerosas pruebas y evidencias en este preciso sentido que configuran un expediente indiscutiblemente criminal», resalta.

En este sentido, manifiesta que esta situación ha causado la muerte de varios menores de edad, detallando que «han estado generalmente asociadas a la manipulación indebida de armas y explosivos de fabricación casera». Por ello, Maduro ha pedido al Sumo Pontífice su mediación, en el marco del diálogo, «para que los dirigentes y organizaciones políticas de la oposición, en especial de la MUD, dejen estas acciones tanto criminales como inhumanas», apuntando que «deben desistir de ellas de manera inmediata».

«Se trata, Santo Padre, de conjurar lo peor, esto es que no se siga multiplicando la aflicción de tantas familias y de la sociedad venezolana como un todo», puntualiza Maduro. «En su condición de Vicario de Cristo, tengo la plena certeza de que su concurso activo y orientador puede abrir una nueva etapa de diálogo nacional. Basta ya de tanta violencia: necesario es darle una oportunidad a la paz sin trampa, sin dobleces», indica. «Yo seguiré reiterando mi llamado al diálogo nacional. Hay quienes se han desviado hacia el campo de la desestabilización, el terrorismo y el golpismo: mi deber es traerlos hacia el campo de la Constitución y el debate político», remacha Maduro, asegurando que «está siguiendo rigurosamente el ejemplo del comandante (Hugo) Chávez».

La crisis en Venezuela

La tensión política en Venezuela alcanzó un nuevo pico el pasado marzo, cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) despojó de sus poderes a la Asamblea Nacional —controlada por la oposición desde 2016— y dejó sin inmunidad parlamentaria a los diputados.

El Gobierno de Nicolás Maduro ordenó dar marcha atrás en ambas decisiones, algo que el TSJ cumplió, pero la oposición y la Organización de Estados Americanos (OEA) consideran que se ha producido una «ruptura del orden constitucional» que requiere elecciones anticipadas. Desde entonces, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) no ha dejado de convocar manifestaciones multitudinarias que han acabado en duros enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Gobierno y oposición se han acusado mutuamente de armar a civiles para desatar la violencia.

Maduro ha convocado una Asamblea Constituyente por considerar que es la única forma de devolver la paz a Venezuela. La MUD, por su parte, ha denunciado que de esta manera el «chavismo» pretende consumar el «autogolpe» que comenzó con las polémicas sentencias del TSJ.

La Asamblea Constituyente estará formada por 500 «ciudadanos» que serán elegidos en las próximas semanas «a través del voto universal, directo y secreto», de los cuales la mitad, 250, saldrán de sectores de marcado corte oficialista, según ha detallado Maduro.

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