El arzobispo, monseñor Martínez Fernández, consideró que no quería armamento en el interior del templo catedralicio
COMENTARIO: El mismo arzobispo que hoy no les deja entrar, comparte con ellos otras ceremonias, donde ejército, autoridades y monseñor forman parte del espectáculo. Bien que le gusta verlos con la custodia en el Corpus, con la patrona, en la ofrenda floral, o en la Toma de Granada. Y el teniente general del MADOC, en vez de extrañarse de loas órdenes del arzobispo lo que debería es dar órdenes para que ningún militar participe, en cuanto tal, en actos religiosos de ningún tipo. Un ejemplo palpable de confesionalismo, son los militares y las autoridades las que no tienen que participar en actos religiosos. Que vaya cada cual a título personal si así lo desea, pero no en representación, ni como institución del Estado.
Los soldados que daban escolta al Santo Sepulcro no pudieron acceder al interior de la Catedral. El arzobispo, monseñor Martínez Fernández, consideró que no quería armamento en el interior del templo catedralicio y así lo trasladó a la Federación de Cofradías que invitó a los gastadores a abandonar el templo e incorporarse en la Puerta del Perdón.
Observamos que se transmitió la orden recibida a los mandos presentes e incluso el teniente general jefe del Madoc, Francisco Puentes, se asombró de esta disposición pues las ordenanzas militares lo permiten y se hace en otras ciudades. La escuadra de gastadores marchaba, como es preceptivo, con el fusil ‘a la funerala’, es decir dirigido hacia el suelo.
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