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Los pecados inconfesos de la Iglesia española

En España no ha habido denuncias masivas como en Irlanda // Un total de siete sacerdotes han sido condenados

El desgarrador informe sobre abusos sexuales cometidos durante varias décadas por sacerdotes y religiosos de la católica Irlanda a miles de menores ha desatado una corriente de condena y una sensación de profunda frustración entre buena parte de los católicos en todo el mundo. También en España, donde estos hechos no han sido contestados aún con ninguna declaración de repulsa por parte de la jerarquía episcopal.

El del seminario de Ontaneda es el único caso de abusos continuados

Inmediatamente después de conocer la magnitud de los abusos, surge una pregunta, hasta la fecha sin respuesta. Lo sucedido en Irlanda, o anteriormente en Estados Unidos y Australia, ¿podría haberse producido en el seno de la Iglesia española?

Hasta la fecha, en España no se ha dado ningún proceso conjunto de denuncia de atrocidades similares a las llevadas a cabo por el clero irlandés. No obstante, ha habido un total de siete condenas en firme contra sacerdotes españoles.

Hoy por hoy, el único caso de abusos continuados en una institución eclesiástica con sede en España es el del seminario de Ontaneda (Cantabria), donde en las décadas de 1950 y 1960 se produjeron diversos casos de acoso sexual a seminaristas por parte del fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel. Años después, los casos fueron denunciados ante la Santa Sede, que condenó a Maciel al silencio. Ahora, tras su muerte, Benedicto XVI ha ordenado una profunda investigación sobre los centros de esta congregación en todo el mundo.

Silencio y encubrimiento

"¿Por qué el abusador de menores es un enfermo? Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso, si te descuidas, te provocan", afirmó hace pocos meses el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez. La Conferencia Episcopal no se desmarcó de estas opiniones.

Y es que si algo se puede achacar a la jerarquía eclesiástica en estas lides, ha sido su opción por "lavar los trapos sucios en casa". Aunque los casos de abusos entre el clero español que han trascendido son pocos, lo cierto es que el denominador común de la mayoría de ellos está en la cautela, cuando no en el encubrimiento. Algo que no se produce, por ejemplo, a la hora de condenar a teólogos "díscolos" con la jerarquía.

Sólo tres sacerdotes españoles han sido encarcelados por abusos sexuales

El caso más conocido es el del sacerdote de la diócesis de Madrid Rafael Sanz Nieto, que fue condenado por la Audiencia Provincial a dos años de cárcel por abusos sexuales a un niño. El fallo fue confirmado por el Tribunal Supremo (TS). La diócesis pastoreada por el presidente del Episcopado, Antonio María Rouco Varela, fue obligada a pagar una indemnización de 30.000 euros por responsabilidad civil. No recurrió la condena al sacerdote, pero sí la impuesta al Obispado. El recurso fue desestimado por el TS.

En el caso de Sanz, además, se da la circunstancia de que el que planteó la denuncia fue un grupo de catequistas, al cual expulsó de la parroquia. Finalmente, el Arzobispado reconoció haber tenido constancia de los hechos, momento en el cual decidió "apartarlo de su labor" y recluir al sacerdote en un convento, pero no avalar la denuncia. Ese cura está ahora jubilado.

La diócesis de Madrid también amparó al sacerdote José Martín de la Peña, cuya condena a 10 años de prisión por abusos a una menor durante nueve años de los 4 a los 13 fue confirmada por el TS en 2005. El Alto Tribunal consideró probado que el cura sometió a la niña "a innumerables tocamientos lúbricos" y la obligó a practicarle felaciones.

En ocasiones, no es sólo la institución eclesiástica la que protege. Así, en febrero de 2002, el entonces alcalde de Casar de las Hurdes (Cáceres), Olegario Rodríguez, decía querer recoger firmas de apoyo a Ignacio Lajas Obregón, el joven sacerdote del pueblo, que fue detenido por la Policía Nacional acusado de pornografía infantil. Dos años después, fue condenado a 16 meses de prisión por un delito de corrupción de menores. Al no tener antecedentes penales, tampoco fue encarcelado.

Hasta la fecha, sólo tres sacerdotes españoles han cumplido, o cumplen, condena por abusos sexuales. El más conocido es José Domingo Rey Godoy, ex párroco de Peñarroya (Córdoba), que en 2004 fue condenado a 11 años por abusos sexuales a seis niñas. En este caso, el sacerdote tuvo el apoyo incondicional de su obispo, que lo mantuvo en su cargo hasta el día que ingresó en prisión.

Otro caso es el de Edelmiro Rial, de la diócesis de Tui-Vigo, quien fue condenado a 15 años por abusar de seis menores, alumnos suyos y monaguillos en su parroquia. Recurrida la sentencia, el TS la elevó a 21 años. El último es el de Luis José Beltrán Calvo, ex párroco de Alcalá La Real (Jaén), condenado a ocho años de cárcel por abusos a un monaguillo.

El escándalo de Irlanda salpica otra vez a la institución

"Abusos endémicos". El informe del Gobierno de Irlanda califica de "abusos endémicos" los practicados por la Iglesia. La investigación ha documentado casos que se remontan hasta 1914 y otros denunciados en 2000, que afectarían a 9.000 personas.

Compensaciones. En 2002 se firmó un acuerdo según el cual algunas congregaciones pagarían hasta 127 millones de euros en concepto de indemnizaciones a las víctimas.

Estados Unidos. El caso de Irlanda tuvo un grave precedente hace unos años en EEUU. Un informe revela que la Iglesia estadounidense pagó 436 millones de dólares en 2008 por casos de abusos sexuales.

Condenas canónicas. El Código de Derecho Canónico afirma que el religioso que cometa "homicidio, violación carnal o retiene a otro con el uso de la violencia, o mutila y hiere gravemente a una persona" será condenado a penas que pueden conllevar la suspensión del estado clerical.

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